sábado, 27 de octubre de 2007

Consabido dilema

Escasos días después del retorno de Fortunato al hogar, su esposa, Gabriela, mantuvo una conversación con su hermana Lea. La escena se desarrolló en el jardín del domicilio de la primera, sentadas a una mesa metálica y con una cafetera y un plato de pastas como complementos.

- y qué vas a hacer entonces? …..Te engaño y tú sabes tan bien como yo que lo que te contó no son más que excusas, una retahíla de mentiras bien enhebradas, nada más…
- Sí, lo sé pero…..todavía lo quiero y sé que no voy a encontrar a otro hombre como él…y me gustaría creer que todo fue resultado de algún rapto pasajero, una perturbación mental o yo qué sé….
- Mira, él ya no es ése hombre del que te enamoraste….ha cambiado y se ha convertido en un individuo perverso y manipulador….ya no puedes volver a confiar en él y si continúas a su lado, no tendrás descanso…..y tu no eres de ésas que aguanta sólo por motivaciones económicas….
- Tienes razón en todo lo que me dices y lo primero que hice cuando lo vi con la otra, fue llamar al Dr. Pincherle …..lo que pasa es que cuando estuve junto a él me vine abajo…..no creí lo que me contaba pero no pude dejar de sucumbir a sus encantos….tu ya sabes lo cautivador que es……sentí que me abandonaba toda voluntad y me dejé conducir a la cama..…. yo lo amo aunque no se lo merezca y esto es algo que no logro reprimir…
La otra noche, después de hacer el amor, se quedó dormido y yo no podía dejar de mirarlo………y fui tan tonta que me pregunté en qué había fallado y porqué necesitó buscar otro cuerpo femenino…
- No, no pienses eso….no eres tú quien se equivocó sino él….
Si la quiere a ella, que se vaya con ella….tu tienes orgullo suficiente como para no andar mendigando que te quieran…..
- ya, pero me da rabia que mi matrimonio se desmorone…y no sé hasta qué punto debería perdonarle esta infidelidad si con ello supiera que la posibilidad de perder a su familia le serviría de escarmiento….
- Áhí te estás equivocando y él juega con eso, por eso quiso regresar a casa y volver a acostarse contigo…¿qué clase de culpabilidad siente si tras echarte un polvo se da la vuelta y se queda dormido? ¿por qué tú, en cambio, no pudiste hacer lo mismo?.....Te estás dejando llevar por la pasión y el romanticismo en lugar de ser pragmática….
- No sé qué hacer…..no confío en él pero lo amo…..lo veo jugando con los niños y me entran unas ganas de llorar que ni te imaginas….lo adoran y yo….bueno, cuando me mira con esos ojos suyos que parece que te taladran, me tiembla todo el cuerpo y lo deseo con todos y cada uno de los poros de mi piel……nunca he conocido a alguien como él…..
- Entonces estás bien jodida, pero tienes que empezar a pensar con frialdad y dejar las hormonas aparcadas…..
- Sí…pero dáme unos días para reflexionar……..¿te sirvo otro café?

martes, 23 de octubre de 2007

Confianza

- Vamos, Gabriela….¿de verdad piensas que ésa mujer va a sustituirte….? Tú eres lo mejor que me ha pasado en la vida…..la madre de mis hijos …y la mujer que me rescató cuando yo no quería vivir y apenas era un muerto que estaba fuera de este mundo…sin ti yo no soy nada..
- pero me engañaste…..¿por qué? Yo te he amado con locura, te he hecho padre dos veces y lo he dado todo por ti, Fortunato………pensé que envejeceríamos juntos y nunca nada ni nadie se interpondría entre nosotros….¿qué te da ella que yo no?
- No se trata de nada de eso…..ésa mujer me destruyó una vez y quiere apartarme de vosotros...y acabar con todo lo que tanto me costó construir....no soporta que me vaya bien
- ¿de qué me estás hablando?
- Ésa mujer es la Innombrable….una mujer a la que conocí antes que a mi primera esposa y con la que viví varios años….hasta que me dejó por otro hombre, uno que podía comprarle el futuro y ofrecerle lo que yo era incapaz….me engañó y me compartía con el otro mientras yo, infeliz, la seguía amando y creyendo que viviríamos felices y tendríamos un montón de hijos…
- ¿y por qué te acostaste con ella? ¿aún la quieres?
- No, en absoluto….apareció hace unas semanas por aquí y me amenazó con hablar contigo y contarte toda clase de mentiras y no dejarnos en paz.….y te aseguro que sabe ser convincente y dañina como las malas de las telenovelas, utilizando mentiras y verdades a medias con gran maestría…..yo.estaba totalmente desesperado… me entró el pánico, e incluso acudí a la policía…..me dijeron que no podían hacer nada…que ella no había cometido ningún delito….no me quedó otra que aceptar verla e intentar alejarla de ti y los niños….me dijo que si volvía a acostarme con ella, desaparecería para siempre y accedí….ahora se fue a Buenos Aires y espero no volver a verla nunca más en toda mi vida….
- ¿y por qué no me contaste nada?
- Era una historia personal mía y quería solucionarlo sin exponeros…..nunca me perdonaría que salieráis heridos por culpa de esa arpía……para mí no fue fácil nada de esto, me sentí sucio y desleal pero no podía hacer otra cosa….tú no la conoces pero, la Innombrable es capaz de todo……..de absolutamente todo ¡
- ¿y ahora?
- Ahora he regresado a casa porque tu y los niños lo sois todo para mí……sin vosotros nada tiene sentido…
- ¿y ella? ¿cómo sé que el mes que viene no reaparecerá y querrá acostarse contigo o tra vez o exigirte cualquier otra cosa?
- No, se acabó, ya no tiene nada que hacer….cedí una vez, no sé si acertadamente o no, porque la verdad es que tenía que haberlo hablado contigo antes …..pero no estoy dispuesto a ceder a sus chantajes o caprichos de neurótica…
Yo te amo a ti, Gabriela….y el resto poco me importa…
- Ahora mismo me cuesta confiar en ti….
- Lo sé y me lo tengo merecido pero te juro que haré todo lo que esté en mi mano para volver a ser ese hombre en el que confiabas plenamente..

Esa misma noche, las suaves sábanas blancas de la cama matrimonial fueron testigos de un encuentro carnal apasionado hasta lo frenético. Algunas situaciones se arreglan de esta manera.

sábado, 20 de octubre de 2007

Sólo Fortunato

Mientras almorzaba solo en el restaurante semivacío del hotel, pensaba en la reciente llamada del abogado Pincherle. La pasada noche tenía una esposa en su hogar, una amante en su cama y hoy, apenas unas horas más tarde, la primera quería divorciarse y la segunda viajaba en un avión rumbo a Buenos Aires. Cualquier hombre se sentiría molesto, alarmado e incluso puede que desesperado ante el hecho de tener que lidiar con una situación semejante. El, en cambio, experimentaba una sensación de paz y serenidad no exenta de gozo, malsano y morboso dirían algunos, ésos que son incapaces de enfrentarse a sus íntimos deseos y la experimentación sincera de sus emociones. Había comprendido que sólo podría sentirse realizado, en plenitud, siendo egoísta, no precisando de nadie más allá de cualquier consideración pragmática y no entregándose más que a la creación literaria. Cuanto menos apego tuviera por las personas menos le decepcionarían y más, siguiendo los incongruentes esquemas humanos, le desearían y querrían. Así, con las bases de su nueva filosofía vital establecida, la Innombrable iba a regresar en breve, tras ultimar la venta de su vivienda en Argentina y con la errada ilusión de que compartirían sus vidas. Y en cuanto a Gabriela….confiaba en hacerla desistir de sus planes de separación (sabía ser convincente cuando se lo proponía y ahora, tampoco le importaba manipular).
“Bueno, ya está bien de pensar” se dijo antes de llamar al camarero y pedir otro plato y otra copa de vino. Se le había abierto el apetito.

http://www.youtube.com/watch?v=Ubg3OIp4GPI

domingo, 14 de octubre de 2007

Tres (otra de Fortunato)

Había notado algo distinto en él durante las últimas semanas. Como una incierta pulsión que amenazara por manifestarse de manera concreta y desconocida. Sin embargo, desdeñó las advertencias de sus sentidos y lo achacó a temores supersticiosos. A fin de cuentas, ése algo era apenas perceptible y no soportaría el más mínimo razonamiento lógico. Fortunato era un artista, un escritor renombrado y quién sabe con que pensamientos andaba lidiando. Siempre estaba confeccionando intrincadas tramas y personajes atrapados por inesperadas vicisitudes existenciales, víctimas propiciatorias de los caprichos del azar y necesitados de redención. Todo esto, indudablemente, debía perseguirlo durante todo el día y no era fácil, ni siquiera para él, aislarse de la ficción sin sufrir su influjo.
Aunque también se le había pasado por la cabeza la presencia de otra mujer, la desechó inmediatamente. Su marido nunca le había dado motivos de alerta, a pesar del descaro con que algunas se le insinuaban en las escasas reuniones o fiestas que acudían, e incluso en actos públicos o en la misma calle. En tales circunstancias, no podía evitar sentir celos pero se tranquilizaba al comprobar que ni siquiera reparaba en ellas, como si no existieran y apenas las trataba con la corrección propia de un hombre educado. Cuando escuchó la voz de esa mujer al otro lado del teléfono tuvo conciencia de su error al no haber estado más atenta a las señales, a esos signos que parecían dispersos pero que, unidos, conformaban un indicador de lo que ahora se le revelaba.
Tras colgar, llevó a los niños y los perros a casa de su hermana. “No estás para viajar” le dijo ésta al verla llorar y en creciente estado de alteración, pero ella no estaba para escuchar consejos de nadie y, a bordo de su Alfa Romeo, puso rumbo a Roma. Su única idea era presentarse allí y comprobar que lo que ésa mujer le había dicho era cierto. Durante todo el trayecto evocó una y otra vez aquellas perturbadoras palabras: “usted no me conoce, soy….bueno, no importa mi nombre, pero soy la mujer que Fortunato nunca dejó de amar. Sí, estoy con él, y si no me cree, venga mañana a Roma, al Hotel Roma y nos verá salir por la puerta del establecimiento a media mañana. Ahora tengo que colgar, que está a punto de salir de la ducha”.
Pasó la noche, sin dormir, en un hotel capitalino muy cercano al de ellos, aguardando la llegada del nuevo día. Ansiosa salió a desayunar a la calle muy temprano, decantándose intencionadamente por un Café ubicado en frente al establecimiento donde se suponía su marido y ésa mujer compartían cama.
Entró en el local, que a esa hora casi estaba vacío, y fue a ocupar una mesa junto a una amplia ventana desde donde se veía, en la acera de enfrente, la entrada del Hotel Roma. Por fin, pasadas las diez y media, ambos aparecieron por la puerta, y les sacó una foto en el preciso instante en que ella le plantaba un beso en la boca a Fortunato. Volvió a disparar dos fotos más y guardó la cámara digital en su bolso.
Apenas tres minutos después, con su teléfono móvil en la mano marcó un número.
- ¿Doctor Pincherle?
- Sí, soy yo…
- Hola, soy Gabriela Limentani, la esposa de Fortunato Archevolti ¿Podría pasarme mañana por su despacho?
- Sí, claro, a las cinco estaría bien…¿ocurre algo?
- Sí, quiero divorciarme.

jueves, 11 de octubre de 2007

Escena

Ayer, vagabundeando sin rumbo por esta ciudad que no me vió nacer pero que hace tiempo me adoptó y considero mía, entré en un Café cualquiera, uno del Centro, para tomar una refrescante cerveza de grifo (en pocos sitios la tiran tan bien como en Madrid). El local estaba bastante lleno pero, como si me estuviera esperando, había una mesa libre junto al enorme ventanal que daba a una gran avenida. Me gusta sentarme a mirar, entregarme a extrañas conjeturas y embrollarme en soliloquios, lo cual, visto desde fuera hace que el observador dude de mi salud mental.
“¿Tenés hora?” me preguntó un muchacho que ocupaba la mesa vecina. Se la dije y me dió las gracias. “Este es porteño” pensé para mí, y lo corroboré cuando, al rato, apareció otro de idéntica procedencia y se embarcaron en la siguiente conversación:

- ¿Cómo andás? – preguntó, pongámosle Hernán, el recién llegado
- Bien, ¿o querés que te cuente la verdad? – contestó, el primero, llamémosle Gustavo
- Contá
- Entonces, ando como el culo…. Silvia me dejó
- No me digas….¿Adónde te dejó?
- Dejáte de joder, boludo….esto es serio
- Bueno, dále, contáme
- Pasó que cree que no soy sincero con ella, que la estoy utilizando, que me burlo de ella y que mantengo, o puedo mantener en el futuro próximo, una historia furtiva con alguna de mis conocidas…no confía en mí y se siente traicionada..
- ¿Vos creés que es por eso?
- ¿La verdad? No sólo por eso, pero está tejiendo ésta trama para no enfrentarse a lo que de verdad le ocurre
- Y….flaco, lo pasó mal, está traumatizada y tiene recelo hacia los hombres…
- Ya lo sé pero está dando una importancia desmesurada a una pavada. Está bien que me guste coquetear, pero cualquiera que me conozca sabe que yo no soy un frívolo y que no engaño a la mujer que esté a mi lado.
- A lo mejor es que ella no te conoce lo suficiente…pero, aparte de esto, lo que pasa es que tiene miedo, porque no quiere volver a enamorarse y que le hagan daño
- Claro, y tengo que pagar yo por lo que otros le hicieron….
- Y….sí, así son las cosas
- ¿Y ahora qué hago?
- ¿La querés?
- Mucho
- Entonces no hagás nada, es ella quien tiene que decidir si te quiere a vos y cuánto….
- ¿no hago nada?
- No, esperá y jodéte. Ahora se agarró a ése mal consejero que es el orgullo y no quiere saber nada de vos. Piensa que sos como todos y el haber tomado esta decisión tan drástica, la liberó de la angustia que le provocaba una historia que no podía controlar y por tanto asustaba. Pero, mañana o pasado, tal vez te eche de menos y necesite escuchar tu voz para cerciorarse de que se equivocó con vos, que la querés de verdad y que el miedo a perderla te hizo aprender la lección y a ella comprender que sos importante en su vida…. a lo mejor quiere escucharte decir palabras creadas en exclusiva para ella y que después no vas a regalar o compartir con otras….
- ¿Y si no quiere saber nada más de mí?
- Entonces no te quería lo suficiente o no es tan especial como vos me contabas.
- Ahí te equivocás…..lo es

RECESO

POR SUCESOS DE SEVERO CALADO, DEBO PASAR AL RETIRO DURANTE UNOS DÍAS. ESPERO QUE LA REFLEXIÓN ME LLEVE A DESPRENDERME DE ALGUNOS DE MIS DEFECTOS, POTENCIADOS, A LO QUE PARECE, DE UN TIEMPO A ESTA PARTE.
UN CORDIAL SALUDO.

http://www.youtube.com/watch?v=kXYHcjUtmRA

lunes, 1 de octubre de 2007

Ése otro

Estábamos los dos en la cama, descansando y recuperando fuerzas para el próximo asalto mañanero cuando, a eso de las 4 y media sonó su teléfono móvil. Saltó de la cama como impulsada con un resorte y se lo llevó al pasillo, cerrando la puerta despacio tras mirar si dormía. Yo estaba despierto, pero fingía con el mismo esmero que si esperara la obtención de un Oscar. Desde mi sitio, no podía escuchar más que murmullos pero, por el tono, deduje que la conversación no era, ni mucho menos, amistosa. Con sigilo, me levanté de la cama y me quedé parado junto a la puerta, forzando mis oídos a escuchar lo que hablaban. Sólo me llegaba lo que ella decía, con la parcialidad que ello suponía para un posterior análisis:
- ¿Por qué no me dejas en paz?
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- Creía que eso ya lo habíamos hablado….
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- No, no, yo no lo entiendo pero creo que ya es tarde ¿no te parece?
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- Eso no es asunto tuyo………. ¿ o me vas a decir que ahora te importa…?
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- Me da igual lo que pienses…
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- No, ya te llamo yo ¿me has oído bien ¿ Te lla-mo yo ¡¡
¡Cabrón¡ escupió con rabia cuando cortó la llamada.

Corriendo de puntillas retorné a la cama y me hice otra vez el dormido. Aunque me sentía humillado y furioso por su cobardía al no contarme nada sobre la existencia de otro hombre, aún cuando éste no fuera más que un fantasma, hice un esfuerzo por relajarme y dormirme. Me iba a hacer falta, más ahora que había comprendido la esencia de nuestra relación: si no iba a ser la madre de mis hijos, que fuera la madre de mi placer.
Me dormí cinco minutos más tarde.


*REITERO el mismo AVISO del post anterior.