domingo, 1 de marzo de 2009

COSAS QUE TAMBIÉN PASAN

Había aceptado impartir aquel taller de escritura. No por ánimo didáctico sino porque me parecía una manera fácil de ganar dinero. Si bien las frecuentes colaboraciones en periódicos y revistas, más los derechos de autor de mis libros (dos novelas y dos volúmenes de cuentos) me permitían pagar mi departamento, las cuotas del Suzuki Swift y vivir de un modo digno, no rechazaba fuentes extras de ingresos provenientes de la tv, publicidad, cine o cualquier otra que cayera dentro de los límites de la legalidad vigente. Por eso, cuando mi amigo Ernesto Klein me ofreció aquel curso, le dije que sí sin pensarlo siquiera.

Desde el primer día advertí cuán diferentes eran las motivaciones de aquel grupo tan ecléctico que me habían asignado. En él, se mezclaban jovencitas alocadas con aire rebelde, amas de casas aburridas, funcionarios con caras grises y exceso de tiempo libre, estudiantes universitarios, licenciados en carreras que detestaban, vagos profesionales que pensaban aprender algo que les facilitara el levantarse minas, individuos inclasificables en su hermetismo estético y la singular Silvina.
Silvina tenía un apellido compuesto que evidenciaba su pertenencia a la casta dominante y una piel lustrosa como manzana de supermercado que reflejaba una infancia con mimos, desayunos con cereales y mucho jugo de frutas. Su pelo, era castaño claro (siempre que lo miraba me daba por pensar en champú enriquecido con miel), sus ojos verdes con irisaciones pardas y su cuerpo una amalgama de músculos y huesos sabiamente unificados al capricho de una generosa genética y el sano ejercicio físico. Sin embargo, existía algo en ella que, por encima de su belleza, la volvía de lo más atrayente a mis ojos, y era su empeño en escribir y escribir, aún cuando no tenía madera de escritora y únicamente conseguía emborronar las hojas de su cuaderno con historias sin contenido protagonizadas por personajes de absurdas psicologías. Me seducía y enternecía ese proceder afanoso suyo por superarse y no tardé en dedicarle el casi íntegro monopolio de mis miradas, como si el resto de los alumnos no existiera. Ella, como no podía ser de otro modo, lo advirtió de inmediato pero, lejos de cohibirse, me respondía en idéntica medida y con tal familiaridad, que al final siempre terminaba siendo yo quien apartaba la vista el primero. Nos entretenía esta dinámica visual, inócua por si sola pero que presagiaba algo de mayor calado que pintaba en un horizonte cuya distancia no nos asustaba. Sabíamos que, tarde o temprano íbamos a encontrarnos fuera del aula y esta certeza nos provocaba una certera indolencia que resultó derrotada, gracias a ella, cuando yo menos lo esperaba.

Era jueves y como de costumbre, tras impartir el curso, emprendí a pie el camino hasta casa. Por el camino, me detuve en uno de los locales de la calle Tucumán donde me gustaba sentarme a degustar comida sefardí y charlar con la paisanada mientras por el ventanal contemplaba el transitar de familias jasídicas unidas por una fe que a mí me faltaba. Cuál no sería mi sorpresa cuando, sentado a una mesa del local del viejo Salomón, vi a Silvina entrando por la puerta y dirigirse hacia mi mesa, centrando en su figura la atención de todo el personal masculino allí congregado.
La recibí con una sonrisa, la invité a tomar asiento y asumí la iniciativa, llevándola hacia unos derroteros que hicieran evitables ciertas preguntas de incómodas respuestas.
- voy a pedir algo de comer, ¿querés que pida también por vos?

Asintió con la cabeza, confirmándome que quería estar conmigo y que agradecía mi manera de llevar las cosas. No era el momento de entrar en declaraciones íntimas así que charlamos de asuntos mundanos que iban desde la gastronomía a las últimas novedades editoriales pasando por el aumento de los impuestos o la perniciosa sequía que azotaba el campo. Cuando salimos del local, nos tomamos de la mano y dirigimos en un concentrado semi-silencio hacia mi departamento, como si fuéramos una pareja asentada y estos ritos fueran parte de nuestra rutina.

Tras ésa primera noche juntos, los acontecimientos se aceleraron, sorprendiendo a extraños en la misma proporción que a nosotros nos resultaba lo más natural del mundo, como si todo fuera un recorrido lógico ante el cual, dilatar el tiempo supusiera una frivolidad que no podíamos permitirnos. Silvina, abandonó a su novio de toda la vida; un jugador de polo con apellido francés, se convirtió al Judaísmo, montó una galería de Arte, editó, con sonada repercusión mediática, su primer libro de Poesía bajo el pseudónimo de Alma Lerham y pasó a manejar mi Suzuki Swift. Yo, por mi parte, me fui a vivir a su departamento de la calle Charcas aunque sigo manteniendo el mío como estudio, escribí un guión de cine que resultó premiado, concluí una tercera novela abandonada hacía un lustro, repetí como docente y me compré un auto familiar porque, con semejante mezcla de genes, nuestra unión augura algo más que prometedor..... ¿O no?.

34 comentarios:

Isabel chiara dijo...

Dónde se encuentran esos amores repentinos? En la ficción of course, no puede ser de otro modo, tanta naturalidad asusta. Yo recuerdo a un profesor de literatura que miraba y miraba, y yo le correspondía. Era muy guapo y muy interesante en el estrado, con toda la verborrea literaria que llevaba a cuestas, pero a solas, fuera del púlpito, era un imberbe neurótico, con problemas de autoestima, violento y absurdo. Aún sigue lanzando miradas desde el púlpito, pero ya no despierta admiración, sus alumnas prefieren tipos depilados y más sencillos, jajaja.

Buenas historias para empezar la semana con una sonrisa.

Besos

Carlos Paredes Leví dijo...

Isabel Chiara:
No sé, porque a mí, no me pasaron cosas así aunque, tengo que reconocer, tuve algunas historias muy singulares...
Es curioso el caso que señalas y me hizo pensar en eso tan real de que muchos escritores son tremendamente torpes hablando o en los humoristas que fuera del escenario son personas amargadas....
¿Tipos depilados? Esos no son gays ??.

Un saludo.

TortugaBoba dijo...

Me gustó la historia tanto como la de Malena. Me resulta dulce y muy cotidiana. Lo que cuentas puede ocurrir en cualquier momento por casualidad y sin uno llegar siquiera a imaginarlo. He ahí la magia. El simple gesto de que a él le atraiga que ella no sepa escribir bien, o el cogerse de la mano porque sí, son señales inequívocas de que las palabras sobran en muchas ocasiones (hasta en los escritos). A mí personalmente me gustan los silencios y prefiero las miradas a una conversación absurda. No pretendo ser lo que no puedo ser. A veces eso puede resultar hasta atractivo.
Saludo, esta vez completo (iba a poner beso completo pero suena mal che)

Carlos Paredes Leví dijo...

TortugaBoba:
Sí, éstas cosas ocurren a todas horas pero, siempre a otros, no ?.
Hay modos de comunicarse que entronca con nuestra parte física y animal y no necesariamente por nuestro uso del lenguaje. El silencio adquiere entonces una dimensaión cuyo significado sobrepasa nuestro entendimiento.
Un saludo.

Remembranza dijo...

No quiero dejar pasar como me llama la atención las descripciones del grupo femenino, las comparaciones y la riqueza de adjetivos que siempre hay en los relatos. Que poder de observación!
Este texto, lo viví mientras lo leía, porque así son las cosas, sin más ni menos. Un amor.
Un abrazo

Carlos Paredes Leví dijo...

Remembranza:

Bueno, no es para tanto....sólo hago lo que puedo y me fijo en algunas cosas...
Sí, a veces ocurren cosas así, generalmente cuando menos lo esperamos pero más necesitamos.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

La muchacha acepta todas las condiciones del protagonista.
Ud.es realmente una exelente persona pués no engaña ni imaginando.Eso lo valoro mucho en un escritor.
Ud la hace buscarlo en su sitio ,convertirse y adoptar el mundo del protagonista.
Se olvidò de describir como tenìa las piernas!!!!!!!!

Carlos Paredes Leví dijo...

Ana María Parente:
La verdad es que no pensé cómo tenía exactamente las piernas, porque me la imaginaba con los jeans puestos....
Ella acepta las condiciones de él y éste a su vez también se deja llevar. Supongo que ambos están dispuestos a hacer concesiones para mejorar sus vidas y parte de éstas pasan por acercarse al otro. Nada sale gratis y hay tarifas que se pagan con gusto...
Las cosas pasan porque pasan y lo mejor, si nos gusta lo sucedido, es no oponer resistencia agarrándose a estúpidos miedos o falsos pudores.
Un saludo.

Arantza G. dijo...

Grandioso el poder de una mirada.
Y la verdad es que lo dice todo, no hace falta hablar, ¿para qué? si los ojos lo cuentan todo.
Lo que me sorprende es esa decisión tan repentina.
Muy seguros los veo...y los envidio.
Se dejan llevar por la pasión abandonando todo lo que complementaba su vida para comenzar de nuevo.
Hay que tener las cosas muy claritas y echarle ganas a la vida.
Un beso.

Carlos Paredes Leví dijo...

Arantza G.
A través de determinadas miradas se transmiten muchas cosas que resultan difíciles de explicar con palabras...
Cuando la pasión asoma e instala de un modo convincente, hay que dejarse llevar y no tener miedo. De lo contrario, uno vive a medias, con el freno echado y perdiéndose esas sensaciones que nos hacen sentir vivos.
Un saludo.

Anónimo dijo...

No lo vaya a tomar como crìtica ,por favor mi amigo ,al contrario lo considero incluso parecido a mi.Teniendo yo otras creencias.
Me parece tan valiente expresarse asì.
Fíjese al protagonista ,la chica lo busca en su mundo.Va a su mundo.
Me hace acordar al caso de Jackeline Du Plé con BAREMBOIM .
Esta extraordinaria violoncelista llegò a ser considerada del clan judio que lideraba la mùsica en mi juventud.
Incluso està enterrada en cementerio israelita.

Carlos Paredes Leví dijo...

Ana María Parente:
No lo tomé como una crítica. Aquí cada uno expresa libremente su opinión que, no siempre coinciden con la mía...
No sabía que Jaqueline Dupré estaba enterrada en un cementerio israelita. Supongo que se habría convertido...
A veces, un cambio de mundo es beneficioso.
Un saludo.

Remembranza dijo...

Más que en algunas cosas es, como se dice, detallista pero desde un ángulo positivo.
Un abrazo

olhodopombo dijo...

gostei da descrição detalhada que fez da jovem,,,,no proximo irão aparecer ou não os niños?

Carlos Paredes Leví dijo...

Remembranza:
Eso me gusta....
Un abrazo

Olhodopombo:
jaja deje a los niños con sus padres...No, no creo que este texto tenga continuación..
un saludo.

jovialiste dijo...

Buena historia. Un taller de escritura es un mundo.

Arantza G. dijo...

Y si pisas el acelerador...te puedes llevar por delante a quien no deseas hacer daño.
Un beso.

Carlos Paredes Leví dijo...

Jovialiste:
Sí, un mundo donde uno puede ver de todo...
Un saludo

Arantza G.:
Bueno, ése es un riesgo que uno debe asumir....
Un saludo.

Ines dijo...

Claro que pasan, doy fé .

(siempre me han intrigado los talleres esos de escritura )
Un beso

olhodopombo dijo...

gostar dos escritores so pode ser de forma platonica,
eles são seres que vivem no ar,,,,,

Carlos Paredes Leví dijo...

Olhodopombo:
Puede ser eso....

Un saludo.

Arantza G. dijo...

En Vitoria hay varios talleres de escritura.
No me gustan, la verdad es que no he ido nunca pero conozco quien lo hace y su forma de escribir es mecánica, no tiene vida, escribe sin sentimiento y para mi gusto fría.
Tal vez no sea justa porque solo se de esa persona pero yo no soportaría que nadie pusiese reglas a mis sentimientos.
Un beso.

Carlos Paredes Leví dijo...

Arantza G.:
No sé qué decirte, porque los únicos talleres que conozco son los mecánicos y en ellos, sólo me fijo en los calendarios de las chicas desnudas....
Es posible que haya algunos interesantes y supongo que, como todo, dependerá de quién esté a cargo de los mismos....
Un saludo.

PD: en la COpa del Rey de baloncesto, yo iba con el TAU, y eso que ya no esta Scola...

olhodopombo dijo...

e assim amando de forma platonica podemos ter mais de dez e ninguem vem com cobranças morais, hehehe!
a melhor e mais completa forma.

Arantza G. dijo...

Que pillo!! ja,ja.

Es que el Tau Baskonia es la sucursal de la selección argentina. Ja,ja
No te gusta Prigioni?
Es el base del Tau Baskonia y es muy bueno. Está en el equipo desde 2003.
En Vitoria se le adora; en general a todos los jugadores argentinos.
Luis Scola,Fabricio Oberto y Andrés Nocioni salieron del Tau para irse a la NBA, Marcelo Nicola dejó el equipo y se retiró.
Tienen fuerza, genio y son
luchadores hasta decir basta.
Son auténticos ídolos en la ciudad.
Besos

Carlos Paredes Leví dijo...

Olhodopombo:
Sí, le tengo que dar toda la razón, Doña....
Un saludo.

Arantza G.:
Es que yo no me fiaría de un taller donde no hubiera calendarios de mujeres desnudas...
Sí, me gusta Prigioni y me gustaba mucho Nocioni. Nicola se retiró ? Yo pensaba que andaba en los Houston Rockets...
Un saludo.

TortugaBoba dijo...

Pues yo iba con el Unicaja, y ganó el Tau por 2 puntos de nada, o sea que estoy medio contenta.
Lo del taller mecánico con calendario me ha dejado un poco descolocada. No sé si aún no me he repuesto de la tremenda siesta que me he pegado o qué.
Bso (banda sonora original, evidentemente).

Makiavelo dijo...

Carlos, ya me diras si ls Silvina tiene relación con la Mangano.

Parece que estar a su lado proporciona suerte. Espero que me la presentes.

Saludos.

la cocina de frabisa dijo...

Dicen que los designios del señor, son inexcrutables, aunque yo quiero creer que en este caso fueron los protagonistas los que decidieron escribir su historia.

La relación alumna-profesor puede dar mucho de sí, tiene muchos ingredientes de morbo que puede generar chispas.
Yo misma he tenido una historia de este tipo siendo muy jovencita, pero eso quedará para otro momento.

un beso

Arantza G. dijo...

Me ha dicho un amigo socio del Baskonia que Nicola anunció su retirada hace más de un año porque las lesiones se cebaron con él.
Esto parece el boletín deportivo.ja,ja.
Felices sueños.

Carlos Paredes Leví dijo...

TortugaBoba:
Además, el público del Unicaja me parece muy cateto (todavía me estoy acordando de la última visita del Maccabi a Málaga....). Perder por dos sigue siendo perder....
Un saludo y ten cuidado, no sea que te reencarnes en marmota o en lirón careto.

Makiavelo:
PUes no, va a ser que no tiene relación con S. Mangano. Mejor que estar a su lado seguro que resulta estar encima....
Un saludo.

Frabisa:
PUes yo prefiero creen en lo inexcrutable....Sí, supongo que por ése morbo hay tipos a los que les gusta que sus parejas se vistan de colegialas (lo leí por ahí...).
Otro día a ver si nos escribe un post con esa vivencia suya que se antoja tan interesante...
Un saludo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Arantza G.:
Bueno, seguro que con el dinero que tiene puede montar una mercería para su esposa en su pueblo. O sino, que regrese a Vitoria e instale un locutorio...
Gracias por la primicia y felices suyos también para ti.

Arantza G. dijo...

No, por favor. Más locutorios no!
Creo que tenemos bastantes
locutorios y tiendas de chinos, teniendo en cuenta que esta ciudad es de tipo medio...mejor una mercería en su pueblo...así nunca tendrá un botón suelto.
Un beso

Carlos Paredes Leví dijo...

Arantza G:
Además, con lo alto que es él, no necesitaría escaleras para agarrar las cajas con botones o cremalleras de las estanterías de más arriba...
Un saludo.