jueves, 6 de diciembre de 2007

Uno de los Justos (en Buenos Aires)

Se llamaba Marcos Malerenco, y llegó a ser un célebre actor teatral, allá por las primeras décadas del siglo XX. Había comenzado en el teatro yiddish y sobrevivió al mismo reconvirtiéndose en un actor versátil, que se movía con igual soltura en la comedia como en el drama. En aquellos años lo tuvo todo: desde el amor de las más deslumbrantes mujeres hasta la envidia de los mediocres, pasando por la generosa posesión de bienes materiales y una salud de hierro.

Cuando yo lo conocí, tenía 94 años pero su aspecto aparentaba más de diez menos. Alto, desgarbado, con ojos gris acero y rasgos fuertes, como si los hubiera esculpido un artista, miraba de frente, directamente a los ojos, transmitiendo la sensación de saberlo todo de uno. Vestía pulcramente, con trajes de excelente corte pero que habían conocido tiempo mejores y sus cabellos, blancos , con una tonalidad amarillenta como descolorido con lejía (lavandina para los argentinos) se aplastaban sobre su cráneo, peinados hacia atrás y resaltados con una raya lateral trazada con esmero.

Coincidíamos en un viejo Café cercano a mi nuevo domicilio, y durante días nos observamos desde nuestras respectivas mesas sin decirnos nada, lo cual era lo normal, dado que éramos dos desconocidos. Él siempre ocupaba la misma mesa, a mitad de salón, y yo optaba, invariablemente, por una de las cuatro pegadas al gran ventanal que daba a la calle. Me gustaba acudir allí todas las mañanas, después de maratonianas noches en las que trabaja sin descanso en mi nueva novela. La lectura del periódico acompañado de un café con leche y media lunas y la inevitable anotación de ideas que me asaltaban de súbito, suponían un moderado pero no por ello menos terapeútico descanso en mi frenética actividad literaria. Así, día tras día hasta que inesperadamente, una mañana se plantó frente a mí y me preguntó:
- discúlpeme que le moleste, le vengo observando hace tiempo y no me cabe ninguna duda de que usted es escritor ¿me equivoco?
- no, no se equivoca……..publiqué un par de novelas
- eso está muy bien……¿le importaría que me siente?
- no, por favor
- cuando yo era jóven, allá por la Edad Media, conocí a muchos escritores. Siempre me gustaron porque compartimos el gusto por las historias, lo cual nos acerca a Dios, quien creó al hombre precisamente por eso: porque le gustan las historias. ¿Quiere que le cuente una?.
- sí - respondí seducido por sus palabras
- Entonces le contaré la mía pero le pido tenga paciencia si no sigo un orden lógico. Soy muy mayor y mi memoria se ha vuelto lacustre, es decir, está llena de lagunas……
Esa mañana, me contó las nostalgias de sus primeras actuaciones en el Ombú, el Excelsior, el Soleil y su posterior carrera en el teatro convencional, cosechando éxitos de público y crítica durante muchos años. Después, como si D-i-os o el destino se pusieran celosos de su buena estrella, un par de fracasos le relegaron a un creciente olvido apenas interrumpido por esporádicas apariciones en alguna obra menor o algún papelito en varias películas nacionales y series de televisión. Sólo los viejos se acordaban ya de su nombre . Este hombre, famoso y que incluso había trabado amistad con el mítico Maurice Schwartz, Paul Muni o el mismísimo Borges, vivía desde hace muchos años, de las rentas que le proporcionaban el alquiler de los numerosos inmuebles que poseía. Soltero por convicción y sin herederos, destinaba gran parte de sus ingresos a instituciones benéficas y ayudar a todo aquel ser desamparado que se cruzaba en su camino. Tenía apadrinados a varios niños del Tercer Mundo y convivía con 6 perros que había rescatado de la calle.

Tras este primer encuentro, nos vimos a diario durante seis meses, hasta su posterior fallecimiento. Por razones que se me escapan, me nombró heredero universal de sus bienes, con la disposición explícita de hacerme cargo de sus animales, sus apadrinados y continuar esmerándome en obrar el bien entre los más necesitados. Acepté, emotivamente agradecido y deseoso de imprimir nuevas significaciones a mi existencia.
Terminada mi novela, con él aún en vida, comencé a madurar la idea de narrar su historia, algo que ahora me obsesiona sabiendo que mi homenaje será de su agrado. Ya comencé a escribirla, aunque llevo muy poco y sólo puedo desvelar el principio:
“Se llamaba Marcos Malerenco y …..”

22 comentarios:

Makiavelo dijo...

¡Guau! te vino a visitar la musa, no la dejes escapar y átala a la pata de la cama.

Esto si que es una lotería y todo lo demás es cuento.

Wanted mecenas. Saludos.

Gi dijo...

Quisiera saber de dónde saca tantos y tan variados personajes. Debe ser ud un hombre muy observador. Ya me lo imagino, sentado en la mesa de ese café que describe, comiéndose el mundo con los ojos.

Raquel Barbieri dijo...

Me pareció adorable Marcos con sus ojos de acero que en su juventud deben haberle quitado el sueño a más de una.

...y ocurrió en Buenos Aires.

cariños,

Las dos;)

Carlos Paredes Leví dijo...

Makiavelo:
Bueno, exagera usted un poco....y con respectoa la Loter�a tradicional, le comento que yo, ni saco reintegro.
Saludos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Laluz:
No los saco de ningún sitio, son ellos los que acuden a mí por voluntad propia.
Hace tiempo que no voy a ningún Café y cuando lo hago, no me entretengo demasiado en observar a los demás.
Un saludo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Raquel:
Buenos Aires es una ciudad con un componente mágico tal, que cualquier suceso es posible.
Marcos, sin lugar a dudas fue un seductor.
Saludos a las dos.

Anónimo dijo...

Buenos días,

magnífica sorpresa la que me encuentro visitando su casa esta mañana.
Me gusta Marcos, atractivo, decidido y buena gente. Seguro tuvo una vida de lo más interesante, si este escritor publicase seguro me hacía con un ejemplar.

Besos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Mavi:
S� yo creo que tambi�n me comprar�a el libro porque la historia del protagonista es de lo m�s interesante. Una vida llena de an�cdotas.
Un saludo.

Sibyla dijo...

Dice mucho, a favor del venerable anciano, el legado que dejó. Preocupándose del futuro de sus apadrinados, animales y el compromiso de prolongar la obra de asistir al necesitado.
Por favor, continúe hablándonos de Marcos Marelenco...

Carlos Paredes Leví dijo...

Sibyla:
S� de ah� el t�tulo del post. Sin embargo, aqu� terminan las referencias al personaje. Como siempre, vendr�n otros.
Un saludo.

Peggy dijo...

Es interesante descubrir en los otros una vida plena ...., tu personaje la trasmite

Carlos Paredes Leví dijo...

Peggy:
S� es interesante sobre todo para los que tenemos queja de la nuestra...
Un saludo

Churra dijo...

Pues ya te estas poniendo ...no, que ya se que este blog no es autobiografico , que lo has repetido mil veces , pero te digo que muchas veces me gustaria que lo fuera , como ahora para poder leer esa novela .
besos

Carlos Paredes Leví dijo...

Churra:
Me estoy riendo de tu comentario pero la verdad es que yo no tengo el talento suficiente para emprender una tarea semejante....
Un saludo.

Isabel chiara dijo...

Muy interesante la estructura circular del relato, yo nunca consigo hacerlo, mi caos me lo impide; pero Ud. es capaz de obligarnos a leerlo una y otra vez, para seguir sacando información.

Lástima que no sea el afortunado escritor para contar más detalles de Malerenco.

Como siempre, me gustan los nombres de sus personajes.

Saludos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Isabel:
Me gustan los personajes y me divierte inventarme sus nombres y sus historias. Seguramente porque mi vida es m�s aburrida que un deshielo.
Por eso me sorprende la pobreza de los personajes de las series y pel�culas espa�olas. Los encuentro terriblemente planos, sin ning�n tipo de aristas y encanto. Supongo que cualquiera puede escribir para televisi�n.
En fin, es lo que hay.
Un saludo.

Lebeche dijo...

Carlos: Desde hace unos post a esta parte te veo "regenerado" y nuevamente congraciado con tu arte. No creas que no te leo. Siempre ando por aquí.
Un saludo

Carlos Paredes Leví dijo...

Lebeche:
Mi arte ? Arte degenerado, en todo caso......
Un saludo, maestro.

Gi dijo...

Ud tiene talento para comenzar una novela, de hecho, todo el tiempo escribe textos que son comienzos. Ya se lo dije alguna vez, la mayoría de las veces, escribe principios. Así que, si es por comenzar, ya está preparado. Lo difícil es continuarla, pero a ud no le faltan recursos para inventarse una buena historia

Pd: luego le paso presupuesto por los halagos

Carlos Paredes Leví dijo...

Laluz:
Me halaga usted y s�lo puedo decirle "gracias". En cuanto a lo del presupuesto, p�semelo y lo estudiar� atentamente.

Isabel chiara dijo...

Como la de todos Carlos, un tirá palante, pero el día que un avispado se percate de lo sabrosón de los relatos internáuticos mandan a los lelos que tienen ahora a barrer los platós.

Carlos Paredes Leví dijo...

Isabel:
Nosotros sabemos escribir, mucho m�s si nos pagaran por ello, as� que ser�a un desperdicio trabajar para un medio plagado de idiotas como es la televisi�n. Yo, por ejemplo, jam�s voy a hacerlo. Y esto lo hago extensivo a la Publicidad o el cine espa�ol, sectores hacia los que tambi�n extiendo ciertos prejuicios.
Adem�s, le informo de que pagan muy mal...
Un saludo.