domingo, 14 de octubre de 2007

Tres (otra de Fortunato)

Había notado algo distinto en él durante las últimas semanas. Como una incierta pulsión que amenazara por manifestarse de manera concreta y desconocida. Sin embargo, desdeñó las advertencias de sus sentidos y lo achacó a temores supersticiosos. A fin de cuentas, ése algo era apenas perceptible y no soportaría el más mínimo razonamiento lógico. Fortunato era un artista, un escritor renombrado y quién sabe con que pensamientos andaba lidiando. Siempre estaba confeccionando intrincadas tramas y personajes atrapados por inesperadas vicisitudes existenciales, víctimas propiciatorias de los caprichos del azar y necesitados de redención. Todo esto, indudablemente, debía perseguirlo durante todo el día y no era fácil, ni siquiera para él, aislarse de la ficción sin sufrir su influjo.
Aunque también se le había pasado por la cabeza la presencia de otra mujer, la desechó inmediatamente. Su marido nunca le había dado motivos de alerta, a pesar del descaro con que algunas se le insinuaban en las escasas reuniones o fiestas que acudían, e incluso en actos públicos o en la misma calle. En tales circunstancias, no podía evitar sentir celos pero se tranquilizaba al comprobar que ni siquiera reparaba en ellas, como si no existieran y apenas las trataba con la corrección propia de un hombre educado. Cuando escuchó la voz de esa mujer al otro lado del teléfono tuvo conciencia de su error al no haber estado más atenta a las señales, a esos signos que parecían dispersos pero que, unidos, conformaban un indicador de lo que ahora se le revelaba.
Tras colgar, llevó a los niños y los perros a casa de su hermana. “No estás para viajar” le dijo ésta al verla llorar y en creciente estado de alteración, pero ella no estaba para escuchar consejos de nadie y, a bordo de su Alfa Romeo, puso rumbo a Roma. Su única idea era presentarse allí y comprobar que lo que ésa mujer le había dicho era cierto. Durante todo el trayecto evocó una y otra vez aquellas perturbadoras palabras: “usted no me conoce, soy….bueno, no importa mi nombre, pero soy la mujer que Fortunato nunca dejó de amar. Sí, estoy con él, y si no me cree, venga mañana a Roma, al Hotel Roma y nos verá salir por la puerta del establecimiento a media mañana. Ahora tengo que colgar, que está a punto de salir de la ducha”.
Pasó la noche, sin dormir, en un hotel capitalino muy cercano al de ellos, aguardando la llegada del nuevo día. Ansiosa salió a desayunar a la calle muy temprano, decantándose intencionadamente por un Café ubicado en frente al establecimiento donde se suponía su marido y ésa mujer compartían cama.
Entró en el local, que a esa hora casi estaba vacío, y fue a ocupar una mesa junto a una amplia ventana desde donde se veía, en la acera de enfrente, la entrada del Hotel Roma. Por fin, pasadas las diez y media, ambos aparecieron por la puerta, y les sacó una foto en el preciso instante en que ella le plantaba un beso en la boca a Fortunato. Volvió a disparar dos fotos más y guardó la cámara digital en su bolso.
Apenas tres minutos después, con su teléfono móvil en la mano marcó un número.
- ¿Doctor Pincherle?
- Sí, soy yo…
- Hola, soy Gabriela Limentani, la esposa de Fortunato Archevolti ¿Podría pasarme mañana por su despacho?
- Sí, claro, a las cinco estaría bien…¿ocurre algo?
- Sí, quiero divorciarme.

66 comentarios:

Peggy dijo...

Golpe bajo , aunque esperable de la perversa...

Carlos Paredes Leví dijo...

Peggy:
Qué rápida su aparición por aquí..¡ Acabo de sacar el post del horno...
Sí, esperable pero no por ello menos dañina.Supongo que, como golpe bajo, Fortunato habría preferido una patada en su partes..

Peggy dijo...

Es que soy nocturna ..mi hora de blogueo ....

Gi dijo...

Debería informarme sobre las anteriores aventuras de este tal Fortunato, porque al parecer, habrá más, o quizás desventuras.
Hay mujeres pérfidas!

Carlos Paredes Leví dijo...

Peggy:
De noche, me parece a mí, la gente se sincera más...

Carlos Paredes Leví dijo...

Laluz:
Fortunato es un escritor italo-argentino que ya ha dado varios post y posiblemente los siga dando.
Sí, hay mujeres pérfidas y de las otras...

Gi dijo...

Tal como le dice a Peggy, de noche la gente es más sincera, por eso, yo tengo mi noche propia.
Fortunato existe?

Juan Pablo dijo...

genial comentario de laluz.


Carlos, ¿doctor pincherle? parece de la zaga de Hijitus! jajaj.

Muy lindo el post, ella, una perra.

Carlos Paredes Leví dijo...

Laluz:
No me diga que no leyó nada de Fortunato Archevolti ?. Corra a su librería más próxima, entonces

Carlos Paredes Leví dijo...

Juan Pablo:
Ya verá lo poco que tarda alguna en tacharme de misógino...
Un saludo, paisano.

Letra dijo...

Sí, una perra ella, como todas las mujeres de este blog, las de los posts digo eh???!!!

Carlos Paredes Leví dijo...

Letra:
No diga eso, que me va a crear imagen de misógino....
Un saludo, literata.

Anónimo dijo...

yo sigo creyendo que deberias escribir para televisón, cine y publicidad porque tenés mucho que aportar.Te lo dije muchas veces y te lo repito.

un beso cálido de domingo

Anónimo dijo...

Me olvidaba de decir que nunca me gustó la Innombrable

aprovecho y te doy otro beso

Carlos Paredes Leví dijo...

Gabriela:
Y yo le repito que Nunca Jamás me dedicaré a esos sectores. De todos modos ¿de cuánto dinero estaríamos hablando...?
Un saludo.

Sibyla dijo...

Se esperaba una venganza de la Innombrable, pero lo que me sorprendió, fue,lo rápido que actuó Gabriela.
Esa mujer no se anda con chiquitas.
No esperó a escuchar las mil excusas posibles, inventadas por Fortunato.
Es implacable,no perdona ese tipo de traición.
Me gusta,( es de las mías).
Un relato excelente, maestro.

Carlos Paredes Leví dijo...

Sibyla:
Y qué excusa puede ser tan creíble como para que ella quede convencida ??. Yo creo que ante tal evidencia, uno se engaña si quiere engañarse...
Un saludo.

Isabel chiara dijo...

Muy cinematográfico Sr. Leví. La imagen de Gabriela subiendo a su alfa romeo, con un pañuelo en la cabeza y unas gafas de sol enormes posiblemente, dispuesta a desenmascarar a Fortunato... Una escena muy hitchkoniana. A Gabriela la visualizo como la tremenda Ava Gardner. Y qué poderío y concreción con el doctor Pincherle.

Carlos Paredes Leví dijo...

Isabel Chiara:
La verdad es que no había imaginado así a Gabriela pero....podrái ser. A mí, siempre me gustó don Alfred.

Makiavelo dijo...

Carlos, es como una partida de ajedrez, Gabriela le tocó mover ficha y debería tomar prestadas las palabras de Hannibal "vuela, vuela, vuela", lo siento por Fortunato es un tío simpatico pero se la estaba jugando.

Acerca de lo que comentais arriba sobre lo cinamatográfico del relato, yo me apunto por Mankiewicz.

Tienes el patio lleno, falta el cafetito y las pastas, a las féminas les gusta.

Saludos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Makiavelo:
Ya veremos que pasa. Fortunato jugó con fuego y como suele ocurrir en estos casos, se quemo. Ahora bien, a mí me da que cierta pulsión morboso iba creciendo en él empujándolo hasta esta situación.
Mankiewicz ? Me viene a la mente la magnífica "La huella".
El café y las pastas corren de mi cuenta.
Saludos.

Makiavelo dijo...

Tienes razón Carlos "La Huella" es una de las mejores películas de Mankiewicz. Cuando leí el comentario de Isabel en el que menciona a Ava Gardner me trajo a la memoria escenas de la película "La Condesa Descalza",
algo más floja pero con Ava.

Nos leemos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Makiavela:
Ava, en "Mogambo" se rompe de tan buena que está. Por eso cuando dicen que Penélope Cruz es un sex symbol, yo me pregunto entonces qué era doña Ava, porque miro a una y a otra y me cuesta pensar que son de la misma especie.

Sibyla dijo...

Pero también es cierto, que hay mujeres que por no perder su status social y no sufrir, la desestabilidad
emocional que acarrea un divorcio,
están dispuestas a mirar para otro lado,aceptando cualquier excusa absurda que le cuente su maridito.
Por eso me gusta Gabriela, es digna,
y está dispuesta a afrontar la situación con valor, sin temor a las consecuencias.
Una mujer inteligente y práctica. Tenía preparada la cámara digital, para poder presentar pruebas tangibles.
A Fortunato, me temo que se le va a caer el pelo...
Un saludo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Sibyla:
Gabriela ha tenido un comportamiento digno. Yo, conociéndola, no esperaba menos de ella. El que no deja de sorprenderme es Fortuanto. Algo en él ha cambiado, como si hubiera permeabilizado la frontera entre autor y personaje y se decantara por convertirse en lo segundo.
Ya veremos quá ocurre.
Un saludo.

Sibyla dijo...

Fortunato, como todo ser que convive con una " nutria", es imprevisible...
Un saludo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Sibyla:
siempre hay excepciones...
Un saludo.

MaLena Ezcurra dijo...

Tu texto es impecable, me recuerda a un film de Antonioni.

Es irremediable tener esa actitud después de ver a Fortunato, cumplimentar ciertos ritos con otra.

Abrazos desde Baires primavereada.

Carlos Paredes Leví dijo...

Malena:
Tanto como impecable....pero bueno, se agradece.
Es irremediable esa actitud si se tienen principios y uno no se vende a componendas de ninguna clase.
Un saludo, paisana.

Anónimo dijo...

Ay pobre Fortunato!!, con estas dos féminas a los lados, poco tiene que hacer!!

Ellas ya han decidido sus siguientes jugadas mientras él se ha quedado paradito.

El que arriesga, a veces gana y a veces pierde, pero el que subestima a los contrincantes.... ese siempre sale escaldado.

Carlos Paredes Leví dijo...

Mavi:
No se fíe usted de Fortunato, que no es en absoluto tonto....y todavía no acabó la partida

Makiavelo dijo...

Carlos, vuelvo con Ava, la llamaban el animal más bello del mundo, lo que no entiendo es cómo se pudo rodear de tanto gilipolla, insuperable en Mogambo y en tantas otras, tan sexy y elegante al mismo tiempo.

Isabel chiara dijo...

Observo que Ava estimula a los señores, es normal, yo tampoco me explico la comparación con P Cruz. La Gardner era un mujerón, igual que la Loren, y otra que se me ocurre y que podría dar también en el papel de Gabriela, Kim Novack. Pero me resulta difícil ponerle imagen a Fortunato, sobre todo después de saber que él va a pronunciarse y va a jugar su mano. Usted qué opina, podría ser un Caine, quizás, o Olivier?

Carlos Paredes Leví dijo...

Makiavelo:
Supongo que esas debilidades suyas serían los efectos secundarios del alcohol...

Carlos Paredes Leví dijo...

Isabel Chiara:
Si no nos estimulara ella, entonces estaríamos bien jodidos...
Fortunato ahora le veo que va pareciéndose al Michael Caine más cínico y refinado...
Como datos físicos, le diré que es un cuarentón alto, delgado y de pelo blanco que a veces lleva muy corto y otras deja crecer bastante.

Unknown dijo...

jajaja, Yo sabía que esa carta dulzona implorando piedad y tratando de conquistar afectos era pura estrategia...

Aquella mujer se la jugó... y no solo el destino de Fortunato está en juego... lo que hasta ahora ha disfrutado a cuenta gotas puede evaporarse de su vida...

Abierto el juego está... las cartas marcadas están hechadas...

Carlos Paredes Leví dijo...

Ma. Candela:
Sí, al final, la cabra siempre tira al monte y la Innombrable no podía dejar pasar por alto la humillación de que fue objeto.

Unknown dijo...

Esto va más allá de la humillación, Carlos... esta acción no sólo implica venganza, es una medida de presión para sacar a Gabriela del juego y así atacar a un Fortunato sin obligaciones... esta llamada anónima esconde muchos intereses creados, aquella desea ser algo más que una amante de ocasión...

Carlos Paredes Leví dijo...

Ma. Candela:
Sí, yo también creo que desea mucho más..... pasión y poder

Oscar dijo...

La crisis que atreviesa esta pareja no es tan grave como tus seguidores quieren pintarla...
Irse a Roma con un ligue un par de noches no es del todo malo, puede incluso ayudarte a valorar lo que tienes en casa... pero hay que ser muy mala malosa para llamar contando esas delicias... no me ha gustado su actitud...

Voy a buscar las otras dos partes... eres un gran descubrimiento.

p.d. te imaginas el hijo de estos dos???? apellidandose Archevolti Limentani yo lo daria todo por el... ;)

Carlos Paredes Leví dijo...

Oscar:
Este post es continuación de otros previos. La amante, es la Innombrable, una mujer decisiva en la vida de Fortunato y que lo abandonó, hace unos años, por otro que podía comprarle el futuro. Ahora, regresa y quiere demostrar su poder sobre él.
Un saludo.

Edgardo Limentani es el protagonista de "La Garza", una estupenda novela de Giorgio Bassani.

Ijon Tichy dijo...

Hummmm, ya anticipábamos en capítulos anteriores que Fortunato la estaba cagando.

Por cierto, que me perdone malena, pero en distintos comentarios han aparecido Hitchcock, Mankiewicz, Ford y Antonioni. Evidentemente, hay uno que no está a la altura.

Recomenzar dijo...

Buen escrito y me alegro que seas argentina
Besos

verarex dijo...

Carlos sos argentinAAA?
dios mio entre esto y la mugre de la innombrable...no hay reservas morales che!!

jajajaja

(es con buena onda "mi despertar")

Germánico dijo...

Clásica reacción de mujer herida, enormemente emocional en el fondo, pero fría en las formas. Me imagino a un hombre, en la misma situación, sin cámara a mano, saliendo al paso de la pareja enervado, acaso armado.

Carlos Paredes Leví dijo...

Ijon:
Tiene razón, soy yo el que no está a la altura...

Carlos Paredes Leví dijo...

Mi despertar:
Gracias pero no me cambie de género...

Carlos Paredes Leví dijo...

Vera:
Sí, la laxitud moral lo contamina todo...

Carlos Paredes Leví dijo...

Germánico:
Sí, la Innombrable sigue la mejor tradición de las mujeres fatales..

Polakia dijo...

Vamos señores, que estamos catalogando de emocional a la Innombrable, cuando Fortunato no tuvo más que una reacción de total despecho en su anterior encuentro (y que tuvo muy bien guardadito por muchos años).
A pesar de todo, no justifico su actitud de "si no lo tengo yo, no lo tiene nadie" y si realmente lo amara, solo quisiera que fuera feliz.
Para ella Fortunato es un trofeo, y lo ha vuelto a ganar.

Carlos Paredes Leví dijo...

Polakia:
Fortunato está pasando por una etapa de descubrimiento de sí mismo y está disfrutando, a pesar de todo, de pasarse al otro lado de su cómoda y rígida moral de antaño...

Polakia dijo...

Y por eso me gusta Fortunato ... porque quien hace lo que siente, no engaña (aunque a veces lo oculta al otro).
El siente que tiene que confirmar que siente realmente por la Innombrable, sino nunca va a lograr ser feliz con su esposa o sin ella.
Y como dijeron anteriormente el que juega con fuego corre el riesgo de quemarse, pero hay que arriesgarse.

Polakia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Carlos Paredes Leví dijo...

Polakia:
Yo creo que ni él mismo sabe lo que quiere, y su metamorfosis moral está muy por encima de la Innombrable. El siente cierta atracción creciente por el desastre y lidiar con situaciones que le superan porque, de alguna manera, quiere ser otro.

Polakia dijo...

... conozco esa sensación.

Carlos Paredes Leví dijo...

Polakia:
Bueno, eso no siempre es algo negativo...

X'stian dijo...

Ay ay ay . Que tarde he llegado.
permiso.

Al principio pensé que Fortunato la estaba cagando, pero ahora me doy cuenta que no estoy en posición de juzgarlo. Está inmerso en el medio de las consecuencias de sus acciones. Y todos lo están. Están actuando humanamente, es decir en forma emotiva , pasional. Motivados por los sentimientos que generan en ellos las acciones del otro.
Aquí hay codicia, cariño, placer, decepción, rencor, ira, y un largo etc.
Amor? NO se.. Todo lo anterior y nada de lo anterior es amor. Que algun valiente me saque de la duda.

Saludos Carlos. Espero ansioso el tiro del final.

Carlos Paredes Leví dijo...

X'istian:
Sí, tenés razón con lo de codicia, cariño, placer.....esto va tomando forma de telenovela
Me gusta eso que decís, y es muy exacto, de "todo lo anterior y nada de lo anterior es amor". Ahí pegaste en el clavo.
Saludos.

Letra dijo...

X'istian:
me pareció IMPRESIONANTE tu comentario, es contradictorio de prinicipio a fin, como el amor mismo, por eso me gustó tanto, las contradicciones son mucho más bellas que las congruencias. No creo que ningún valiente se atreva a sacarte la duda, el que lo intente, no sabe nada del amor, ni de la vida.
Gracias, Leví por darme el espacio, valía la pena!

Raquel Barbieri dijo...

Carlos,

Más allá de que la historia de Fortunato es atrapante, yo sigo disfrutando de los comentarios que se generan acá porque es como un backstage, con todo el sabor que los backstages tienen.

Una de las cosas que me dan más risa... es cuando dicen "la innombrable".

Saludos:)

Raquel

Carlos Paredes Leví dijo...

Letra:
Mi espacio siempre está a su disposición, literata.

Carlos Paredes Leví dijo...

Raquel:
La Innombrable es el sobrenombre con el que Fortunato bautizó a su ex...
Saludos.

Sibyla dijo...

Es curioso, al final del relato, Gabriela marca un número de teléfono,
se supone que es el de su abogado,
pero se dirige a él llamándole doctor, aquí en España denominamos así a los médicos,¿tal vez en su país a todos los licenciados les llaman "doctor"?
Le agradecería me sacara de dudas.

Carlos Paredes Leví dijo...

Sibyla:
Sí, doctor en Derecho...

Luci dijo...

no estoy leyendo tu historia pero por los comentarios, siento que habla de mí... ¿seré la perversa?
jajajajajajaja

Carlos Paredes Leví dijo...

Lucía:
pues va a ser que no...pero nunca se sabe