jueves, 31 de mayo de 2007

Nombres

Para aquellos que creen que los nombres no son importantes, les diré que me llamo Marcos Chaplin pero lo mismo podría haberme llamado Marcos Kaplan, sino fuera por el caprichoso destino y mi singular abuelo. El padre de mi padre, era el único hijo varón de un ilustrado sastre de Varvosia y una piadosa mujer dedicada en exclusiva a las labores del hogar. Mimado por ésta y sus dos hermanas (mayores que él) y tratado con condescendencia por un progenitor demasiado atareado, creció al amparo de sus impulsos y una innata rebeldía ante toda norma, Habituado, desde la infancia, a las calles y las peleas, comenzó a ganar dinero defendiendo a los muchachos judíos que acudían a la Yeshiva y eran increpados por obtusos muchachos eslavos cabellos rubios y rasgos brutales. Su elevada estatura y recia constitución pero, sobre todo, la osadía y temeridad inhabitual en sus correligionarios, sorprendía a un enemigo que, aunque mayor en número, temía la agresiva impiedad de sus puños. Al principio se les enfrentaba él solo pero luego lideró su propia banda, extendiendo los límites de su territorio, a la par que aumentó las cuotas de sus clientes pagaban a cambio de protección. Ambicioso, y aún insatisfecho ante este incremento de los ingresos, decidió diversificar sus actividades con pequeños hurtos en tiendas y granjas de las afueras, además de robos a borrachos, que seguían a la salida de los locales, y en almacenes de distinta índole. Indiferente a la insistencia paterna porque aprendiera un oficio pasado de padres a hijos durante generaciones, se las arreglaba para estar en la sastrería familiar el menor tiempo posible, aprovechando la más mínima ocasión para escabullirse a la calle. Siendo poco más que un adolescente, se vio envuelto en la desaparición de unas valiosas joyas de cierta condesa polaca con quien tuvo un affaire, y no lo quedó más remedio que abandonar el país si no quería perder su preciada libertad. Huyó a París y nada más pisar suelo galo, cambió su nombre Chaim Kaplan por el afrancesado Jacques Chaplin (pronunciese Shaplán). Recién llegado y sin saber una palabra de francés, se asoció con un paisano suyo, en una empresa de distribución de café y cacao y con un sefardita de Corfú que importaba bienes de lujo, desde alfombras hasta lámparas de cristal pasando por joyas y objetos de culto, que vendían a los judíos ricos de la capital. Aprendió el idioma con una facilidad increíble, tanto como cuando de niño lo hizo con el polaco (en su familia hablaban en yiddish). Sus dotes de seducción le ayudaron tanto para medrar en los negocios como para andar siempre envuelto en alguna aventura con mujeres, hábito que no perdió aún cuando mi abuela entró en su vida. Ella, mi abuela, era hija de un rico empresario maderero de Besarabia y se encontraba en París estudiando Bellas Artes. Se conocieron en un Café frecuentado por artistas, se enamoraron nada más verse y, a los pocos meses, se casaron. Un año después, vino al mundo mi padre, Serge y mi abuelo, con su don de la lucidez y la premonición, no sólo comenzó a comprar cuadros de incipientes pintores que con el tiempo se harían célebres sino que, liquidados sus demás bienes, se trasladó con su esposa e hijos a la Argentina apenas los nazis invadieron Polonia. Con una discreta fortuna en efectivo y sabedor de que las pinturas adquiridas subirían de precio, aunque jamás sospechara que tanto, montó una tienda de antigüedades en el barrio más selecto del europeo Buenos Aires.
De aquí en adelante, su fortuna creció y creció, con la especulación ocasional de algunos de sus cuadros comprados en París y otros negocios, no pocos de los cuales se desarrollaban en lo furtivo y al margen de toda legalidad. Tras su fallecimiento, mi padre, que a juicio de mi abuelo era un soso que ni bebía ni engañaba a su mujer y era demasiado honrado, se hizo cargo del negocio y algún día, espero que lejano, me lo traspasará a mí. De momento, llevo casi diez años viviendo en Madrid, gracias a la generosidad del viejo Jacques, que me legó un inmenso piso en herencia, en pleno Chamberí, un par de cuadros cuyo precio de tasación es de varios millones de euros y el inestimable consejo de que me deje llevar por mis intuiciones y no por lo que me diga mi padre. Como no quiero vender las preciadas obras y mucho menos pedir dinero a mi familia, me dedico a trabajar como contable además de escribir, de manera más o menos regular para revistas de arte y decoración. Nada fatigoso pero sí lo suficientemente entretenido para hacer llevaderas las horas del día.
Aparte de eso, no tengo novia (ni la busco) y me encamo con todas las puedo, como con la que quedé para cenar esta noche; Mónica, aspirante a actriz a la que le da mucho morbo liarse con un descendiente del genial cómico británico (una mentira muy socorrida por mi parte, cuyas versiones varían, y que me ha otorgado no poca satisfacciones). Bueno, y ahora les dejó que todavía me tengo que duchar, afeitar y cambiar de ropa. Ustedes, mientras, pueden seguir pensando en eso de que los nombres no son importantes pero yo les aseguro que, de apellidarme García, esta noche me tocaba dormir solo. Gracias, abuelo.

71 comentarios:

Leuma dijo...

Magnífico relato, creo q de los más largos q te he leído y en un tono totalmente diferente. Imagino que por supuesto no es nada autobiográfico. Suerte en esa cita Sr Chaplin, perdón Paredes, qué lío de nombres!

Carlos Paredes Leví dijo...

Leuma:
No sé qué motivaciones oscuras y hondas me han llevado a escribir este texto (estaa corrigiéndolo cuando se me coló su comentario)pero le aseguro que de autobiográfico, no tiene nada. No es más que una ensoñación para equilibrar, mal que bien, las frustraciones de mi vida real.

Anónimo dijo...

Me ha encantado Carlos. Me gustan tus personajes tan cargados de soledades y a la vez de ternuras.
Ultimamente escribís cosas donde el pesimismo y las desgracias se quedan relegadas en el camino. ¿es por algo en especial?.

un beso cálido.

Mónica dijo...

Si, muy diferente a lo que veníamos leyendo. Se lo lee muy sano, muy calmado.

Creo igualmente, que si fuera García tendría que tener algún encanto como para encontrar alguna compañía nocturna.

Saludos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Gabriela:
La verdad es que últimamente escribo historias donde los personajes, cansados de búsquedas insatisfechas y golpeados por la vida y mal llevando el enfrentamiento entre vida real y soñada, encuentran una salida que les permite dejar de ser parias de la realidad. De alguna manera, lo hago para ver si se me pega algo y abandono mis crisis.
Otro beso cálido.

Carlos Paredes Leví dijo...

Mónica:
Lo de García fue sin ánimo de ofender a nadie y así debe ser entendido. El tipo se vale de apellidarse Chaplin para levantarse minas y el tono del texto, sobre todo el final, es un tanto, o más áun, jocoso.
En los últimos tiempos escribo cosas un poco más luminosas, con la esperanza de que la Ley de Atracción repare en mí.
Un saludo.

Mónica dijo...

si Carlos, se entendió.

Yo sólo soy de creer que no haría falta tal herramienta, si no se tuviera, que todos tenemos alguito para seducir, no?
A no ser que sea tremendo bagre insípido..

besos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Mónica:
me temo que éste, salió un seductor como su abuelo, lo que no quita que le guste jugar con ventaja...

Mónica dijo...

Suena lógico.
Saludos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Mónica:
tan lógico como que si aún consigo ser coherente, es que todavía no me volví loco.

Mónica dijo...

Ser coherente está bien, pero no creo que sea tan malo estar un poco loco.

Carlos Paredes Leví dijo...

Mónica:
Cierto, tanto que yo no me hago ilusiones.

Anónimo dijo...

Buenos días Carlos,

Me cae bien tu personaje, es ese tipo de persona a la que llamo cuando me encuentro fatal para que me cuente alguna banalidad, reirme y poder quitarle así solemnidad a mis miserias.

Si sigue por ese camino estoy segura de que la Ley repará en usted, cuando lo haga, habléle de mi.

Anónimo dijo...

Perdón... "háblele".

Carlos Paredes Leví dijo...

Mavi:
Mis personajes, que tienen tantos puntos en común que no son más que la variación de uno solo, tienen exceso de complejidades y comportamientos imprevisibles. Ya veremos cómo termina....acaso dejado de la mano de la Ley de la Atracción..

Carlos Paredes Leví dijo...

Mavi:
La solemnidad de las miserias, sólo se quita a base de humor. Cualquier otra medida, producirá el efecto contrario al deseado.

Anónimo dijo...

Carlos, ayer por la tarde, cuando ya no podía llegar a estar más bajo mi ánimo me acordé de sus consejos y he de decirle que ya conozco personalmente al señor Zimmer.

Carlos Paredes Leví dijo...

Mavi:
Una noticia que me agrada escuchar...espero entonces a conocer a Héctor Mann...

El Castor dijo...

Los nombres tienen la importancia que cada uno quiera darles ¿no?. Si no hay dinero o poder no creo que el nombre por sí sólo diga mucho a una mayoría de gente. Saludos, caballero.

Anónimo dijo...

Carlos, que grata sorpresa!!

Pues sí, esta misma mañana he estado con el señor Mann mientras un tal Chase le estaba despojando de su vida, por suerte llegué hasta el final y no me quedé con mal sabor de boca. Veremos que hace ahora el Sr. Zimmer.

Es viernes y hace sol.

Carlos Paredes Leví dijo...

Castor:
No estoy tan seguro....por lo menos, a priori, se puede engañar bastante...
Saludos, caballero.

Carlos Paredes Leví dijo...

Mavi:
¿Es viernes y hace sol? bueno, entonces no es mal comienzo...

Carlos Paredes Leví dijo...

Mavi:
al final he decidido que cada uno haga lo que le apetezca....
yo, me conformo con escribir para mí mismo y ser leído por unos pocos fieles...

La Mamba dijo...

hola chicos:
Me ha encantado Carlos, me gustaria me dieras el telefono de este Sr. Chaplín para quedar con el (jijiji), me parece todo un seductor.
Castor: desde luego que un nombre te ayuda mucho. logicamente un nombre conocido ya que es de lógica que estemos hablando de nombre con peso, eso es evidente. No todos los nombres que te puede ayudar traen consigo poder y dinero, tambien pueden evocar respeto, admiracion, ingenio, dignidad...... desde luego mi apellido poco ayudara a mi Paula.
Mavi, estamos de cabeza. Lebeche ha pasado de parado a no parar. Nos vamos a mudar y encima la escolarizacion de la peque, cuadrar nuestros horarios y yo he estado en mi mega reunion de 3 dias en Madrid. Uff que stress.
un beso a todos

Leuma dijo...

Buenos días, no sé quién pero han echado en la espalda un saco de patatas y me pesa enormemente, será el peso de mis apellidos???

Carlos Paredes Leví dijo...

La Mamba:
Me alegro que le haya gustado y le anticipo que, en breve, aparecerán curiosos personajes por estas tierras...
Un saludo y enhorabuena por las nuevas y buenas noticias.

Anónimo dijo...

Carlos me alegro de que hayas recosiderado tus opciones y elegido ésta.
Sí, hoy ha salido el sol, he descansado, y planeo un fin de semana bastante solitario que creo que me hace falta. Últimamente con quien mejor me encuentro es conmigo misma (sin contar a Zimmer y a Horario, claro)

Si necesita un baño de sol y proveerse de una dosis de vitamina D, que dicen es buena para el ánimo, ya sabe, en el levante ya es verano.

Carlos Paredes Leví dijo...

Leuma:
No se agobie, que usted puede con todo...ah,por cierto, anoche gané al póker..

Carlos Paredes Leví dijo...

Mavi:
A mí también me va a tocar un fin de semana solitario, lo cual me vendrá bien para hacer ejercicio y pensar..

Anónimo dijo...

Es raro, porque yo siempre he destestado la soledad, pero cada vez, necesito de ella. Espero no volverme una persona solitaria.

Carlos Paredes Leví dijo...

Mavi:
nuestro problema es el exceso de pensamiento...

Anónimo dijo...

Jajajaja, entonces me agarraré una botella de Oporto como compañía para este fin de semana, seguro que cuando la acabe ya no puedo pensar tanto.

benjamin1974© dijo...

Sr Levi. Es cierto, los nombres tienen importancia. Como el suyo en la comunidad judia. Lo digo por su segundo apellido. Ud me entiende, no?
Un abrazo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Mavi:
mate el pensamiento a base de oporto...ya vera como luego se siente mejor..

Carlos Paredes Leví dijo...

Cómo no le voy a entender, paisano Benjamín ??

Germánico dijo...

Muy bueno. El tío cuenta una biografía apasionante para al final decir: de todo eso me queda un apellido con el que follo.

Un tipo corriente, con un trabajo corriente y poco más, tiene un apellido que ni siquiera tiene que ver con el del genial cómico....pero con el que folla.

Claro que ¿quién era el genial cómico, Charles Chaplin el actor de cine mudo y pantomima o su abuelo, que también lo era, en la comedia de la vida...o es acaso él el que hace honor al apellido con la comedia de ser nieto del otro Chaplin para mejor llevar al huerto a las mujeres?.

Carlos Paredes Leví dijo...

Germánico:
Y quién asegura que el abuelo de Marcos y el genial cómico no fueran parientes...? A fin de cuentas, el padre de éste último era un judío de orígen francés...acaso antiguamente Kaplan...

Churra dijo...

Es que hay nombres que se comen a las personas . A dios gracias tambien hay personas que se comen a los nombres .....que seria si no de esos miles de Garcias ...
Besos

Carlos Paredes Leví dijo...

Churra:
muy bueno tu comentario....
Un saludo

Kala dijo...

Carlos,

Me gustó mucho tu relato por el tono del texto, la historia familiar del protagonista que incluyes antes de presentarlo y su manera de ver la vida.

Pero, ¿cómo es eso de tienes "la esperanza de que la ley repare en ti"? ¡No dudes tú, que eres el que me convence de que yo no debo dudar!

Un beso.

Carlos Paredes Leví dijo...

Kala:
He sufrido un bajón en mi creencia en la Ley, no porque dude de ella, sino porque la primavera está afectando a mi espíritu. Ahora, estoy recargándome otra vez ya que sé que cuando tengo fe en ella, me suceden cosas positivas.

Kala dijo...

Y a mí me pasa que cuando me suceden cosas positivas, tengo fe en ella. Me parece que todo es como un círculo ¿no? No sé si fue primero la fe o las cosas positivas, pero de alguna manera debemos evitar romperlo para que el ciclo continúe y el universo nos entregue lo que pedimos.

Para mí también ha sido una primavera extraña, llena de cambios radicales, de largos ratos sola, de sorpresas muy buenas y muy malas. Lo cierto es que nada ha quedado intermedio, todo ha sido extremista, pero alguna cosa tendría que aprender de todo esto, quizás a escribir; nunca antes había escrito sobre muertes, suicidios y tragedias en general.

No me extiendo más, sólo te digo que es necesario que sigamos creyendo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Kala:
Yo, analizándolo y basándome en mi experiencia propia, te diré que primero es la fe. Cuando he creído en la Ley y la he aplicado, sintiéndome a diario en un estado rayano en la euforia, me sucedieron cosas positivas. Ahora, perdí energia pero estoy en proceso de recuperarla. Por desgracia, no se consigue de un día para otro pero lo fundamental es tener voluntad; lo demás vendrá por añadidura.

Kala dijo...

Carlos, te doy la razón, yo creo que en mi caso lo que sucede es que veo destellos de que las cosas comenzarán a suceder y es entonces que mi ánimo mejora y me siento más optimista y creyente en la ley que antes. Pero seguramente lo importante es siempre tenerla presente, nunca dudar y simplemente esperar que se materialice.

Esa voluntad, junto con su amiga paciencia, son a veces dos virtudes que me cuesta trabajo mantener cerca. Pero después escribo historias "feas" y me consuelo pensando que todo podría ser peor, y que debo concentrarme en que mi vida sea exactamente opuesta a las que a veces describo.

Por cierto, ¿has visto la película "The Secret?

Carlos Paredes Leví dijo...

Kala:
Nuestro problema radica en que la duda es insistente y al final la dejamos actuar...
No y ni siquiera me suena el título...¿De qué trata y quienes la protagonizan?

Leuma dijo...

Sr Leví, veo-leo de nuevo su casa muy concurrida...

Kala dijo...

Es más bien un documental, de origen estadounidense que explica (muy a su manera) de qué trata la Ley de Atracción, cómo funciona, cómo podemos activarla. Aparecen diferentes invitados, explicando varios conceptos y dando sus comentarios sobre las experiencias vividas.

A mí me regaló una copia un amigo y me pidió que la viera al menos una vez por semana para no olvidarla (cabe mencionar que no le he hecho mucho caso). Es una manera "light" digamos de entrar en contacto con la Ley o de entenderla un poco mejor.

Kala dijo...

Hola Leuma, ¿trajiste cafecito? Aunque creo que por la hora de allá, a ustedes ya puedo invitarles un tequila.

Carlos Paredes Leví dijo...

Kala:
parece interesante...

Carlos Paredes Leví dijo...

Leuma:
un cafecito mejicano no estaría mal... a estas horas...

Kala dijo...

Cómo información adicional me parece que vale la pena verlo, lo que pasa es que de repente te da la sensación de que están queriendo venderte algo. Pero si ya conoces el tema, puedes quedarte sólo con lo que sabes te será útil. Si te interesa verlo, puedo copiarlo y enviártelo.

Un aromático café recién molido de Veracruz, me suena bastante bien.

Carlos Paredes Leví dijo...

Kala:
teniendo claro el concepto, lo demás depende de nosotros...
A mí me encanta la comida mejicana y también el café. Con el tequila no puedo: eso es para los muy machos.

Kala dijo...

A todo se acostumbra uno, hay muchas maneras de disfrutar el tequila. Hay un licor de tequila que es muy rico y mucho más suave. Lo que sí es para los muy, muy, pero muy machos, es el aguardiente, que puede tener hasta 95 grados de alcohol, ese sí, nada más de olerlo te emborrachas, ja ja.

Carlos Paredes Leví dijo...

Kala:
95 ? ¿no será un desinfectante?

Carlos Paredes Leví dijo...

Kala:
La dejo, que voy a ver el partido de España. Tómese un café y un tequila y que lo anoten en mi cuenta.

Kala dijo...

Ja, ja, ja, para como quedan las personas que he visto que lo toman, probablemente sí.

Peggy dijo...

este relato , un vividor , yo no lo veo pesimista ...carpe diem ....mira un vecino de mi barrio chamberi:)

Carlos Paredes Leví dijo...

Peggy:
No, yo tampoco lo veo pesimista....a fin de cuentas, el tal Marcos quiere parecerse a su abuelo, un vividor con éxtito.

Leuma dijo...

La influencia de los ascendentes va mucho más allá de los genes...

Carlos Paredes Leví dijo...

Leuma:
O no....a lo mejor los genes recuerdan otras épocas....

Leuma dijo...

otras épocas?

Carlos Paredes Leví dijo...

Leuma:
Tal vez los genes trasmitan cierta memoria de generación en generación...

La Mamba dijo...

He terminado el libro de las ilusiones y me ha encantado, buena recomendacion.
Que es eso de que ya no crees en la afamada ley? si has sido tu el que nos la has trasmitido?....
animo

Carlos Paredes Leví dijo...

La Mamba:
sabía que te iba a gustar...
estoy en trámite de reencontrarme con la ley, gracias por el ánimo...
un saludo.

benjamin1974© dijo...

Sr Levi se encuentra bien? O tiene carpeta medica?

Lebeche dijo...

Carlos. Creo que ya va siendo hora de enpieces con algo más largo. Poco a poco tu estilo se va definiendo y vas alcanzando una mayor precisión, un mejor pulso. En el anterior escrito te comentaba lo del guión que ronda por tui cabeza, no porque estuviera pensando en cine sino porque creo que Fortunato tendría muchas posibilidades de convertirse en el personaje central de una novela. Lo has matizado y le has dado entidad. Has esbozado un argumento muy válido. Yo te mando todo mi ánimo para que acometas el proyecto.
Un saludo,

Carlos Paredes Leví dijo...

Benjamín:
sólo sufro pereza...

Carlos Paredes Leví dijo...

Lebeche:
Gracias por tu ánimo. La verdad es que en los últimos días no ando con muchas ganas de escribir. Espero que sea temporal.
Un saludo.

el nombre... dijo...

carlos: desde ya que considero que el nombre de alguien tiene toda su importancia...
y en este cuento, se demuestra perfectamente, cómo un "nombre" devenido famoso, puede cambiar el rumbo de un momento. Y en algunas personas, lo reconozco,de una vida.
cuantos hay que se casan por apellidarse tal o cual!!!!
mi perspectiva acerca de los nombres (cuando hablo de que es sólo una palabra), tiene que ver con que en realidad es una palabra que nos define, nos sostiene, pero que TAMBIÉN hay que construir.

saludos cordiales.

Carlos Paredes Leví dijo...

El Nombre:
certero comentario.....tanto que no puedo añadir nada.
Un saludo

Anónimo dijo...

Extrañamente encontré esta nota en el internet..extrañamente porque el nombre de mi padre (ahora fallecido y argentino aunque despues residente mexicano,como yo) era Marcos Kaplan...parece que aquellos Kaplan si ingresaron a la Argentina con apellido ileso)
nada mas eso...coincidencias...

luciana@ambulante.com.mx