jueves, 8 de marzo de 2007

Inmaduro

Tenía que haber un orden secreto, o algo, que determinara los destinos humanos. Se resistía, erosionado por demasiadas rutinas, a aceptar el libre albedrío y a resignarse ante las injusticias de la vida. Su propósito, indiferente a las objeciones de los demás, era discernir un código oculto cuya interpretación, y manipulación, le permitiera transformar su anodina existencia en otra heróica, plena de significación y satisfacciones. Lo malo, era que no sabía dónde buscar y hubo de admitir, que entregarse en brazos de los sueños nocturnos, que a pesar de todo apuntaba a diario en una libreta, era de una ingenuidad angelical. Lenta, inconscientemente, envejecía, esperando una señal o un indicio, y autoengañándose ante el inexorable basándose en que su rostro apenas quedaban huellas. Ciego, como todo aquél que no quiere ver, no supo que si parecía más jóven no era porque la vida le deparara una misión especial, sino por algo mucho menos relevante: era lento de maduración.

37 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi un hombre que piensa de esa manera y se plantea cuestiones con tanto significado, no me parece nada inmaduro sino más bien, alguien un poco fuera de lugar en este mundo que vivimos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Tal vez tengas razón, y no sea un inmaduro, pero si un inadaptado a estos tiempos, un hombre fuera del mundo tan pragmático que vivimos, como si él no comprendiera el lenguaje de las realidades y esperara algo revelador que le permitiera discernir el verdadero significado de su existencia que, a lo que parece, se le antoja absurda.

Ijon Tichy dijo...

Dices, Carlos: "...un hombre fuera del mundo tan pragmático que vivimos, como si él no comprendiera el lenguaje de las realidades y esperara algo revelador que le permitiera discernir el verdadero significado de su existencia....".

Vamos, un tardoadolescente (Umbral dixit), o sea, un inmaduro.

Carlos Paredes Leví dijo...

Sí, puede ser un adolescente o puede ser más complicado...

Anónimo dijo...

La verdad es que tiene todo para ser un inmaduro, porque es ingenuo y miedoso, además de un solemne pelotudo....

Un beso mañanero

Lebeche dijo...

Yo cuando era inmaduro era más feliz. No sé si servirá de algo...

Carlos Paredes Leví dijo...

Flaca, querida, yo no creo que el tipo fuera pelotudo, pero sí un infeliz...
Son cosas muy distintas.

Lebeche dijo...

No quiero decir que ahora sea un tipo completamente maduro... lo que soy es porque no me ha quedado más remedio.
Viva la inconsciencia!

Carlos Paredes Leví dijo...

Lebeche: yo creo que así como el exceso de pensamiento y consciencia nos aleja de ese espejismo llamado felicidad, la carencia de tales ejercicios debe acercarnos, de alguna manera, a ese estado tan deseado.
Sea como sea, uno no puede traicionar su naturaleza. O no, sin pagar un precio.

pietrapómez dijo...

Pues como el buen vino(de reserva, claro): cuanto más tiempo en su barrica de roble madurando, más rico sale

Carlos Paredes Leví dijo...

Sí, pero no olvides que hay inmaduros de cualquier edad...y que, como el vino, algunos no maduran sino que se echan a perder..

Germánico dijo...

Nada, nada, que no, que lo que hay que hacer es aplicarse las tres transformaciones de Nietzsche: Primero uno es un camello y carga con lo que le echen (léase responsabilidades), luego se transforma en un León y se pelea con el dragón del "tú debes", y al final acaba por ser un niño que juega alegremente, y vive jugando.

Esas tres transformaciones, sobra decirlo, han de darse en la madurez. Antes uno es también niño, pero de una forma más ingenua.

Carlos Paredes Leví dijo...

Germánico, tu siempre sentando cátedra con la eficacia de tu pensamiento... Voy a ponerte en nómina.

Germánico dijo...

Hombre, uno tiene su vanidad, pero el pensamiento era de Nietzsche.....

Cada vez hay más personas con complejo de Peter Pan, que no quieren madurar. Nuestra sociedad ofrece muchas cosas pero nadie quiere hacerlas. Este es un grave dilema.

No todos podemos cumplir el sueño de Rimbaud de vivir de las rentas. Tampoco Rimbaud lo cumplió, pues murió joven.

Uno tiene que seguir soñando con el papelito que le dan en la administración de lotería.

Aunque según dicen los premiados con loterías vuelven a su nivel de infelicidad habitual al año del premio. Muchos estudiosos de la mente creen que nuestro estado de ánimo tiende a un determinado nivel, desde el que sube o baja en circunstancias extraordinarias, pero al que ineluctablemente siempre retornamos.

Carlos Paredes Leví dijo...

O sea, un nivel vicioso, viciado al que estamos predestinado ???

Germánico dijo...

Bueno, al menos hasta que llegaron las farmacéuticas.

Carlos Paredes Leví dijo...

Sí, tienes razón, Germánico...hay una farmaceútica rubia, aquí, al lado de mi casa, que al verla, te aseguro se me ocurren varios vicios....

Claudia dijo...

Yo conozco a algunos hombres que, hasta la fecha, no han madurado (no me atrevería a decir que nunca lo harán, pero es lo mas seguro). Lo peor del caso es que -como en tu historia- no se han dado cuenta.
Saludos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Y, es un mal muy extendido ése de no hacer autocrítica...

Germánico dijo...

jejejeje

Tus vicios definitivamente son incorregibles Carlos....¿y quién no los tiene?

Carlos Paredes Leví dijo...

Quien no los tenga, que se joda. De los míos, el más confesable, es el de comprar libros. Ayer, sin ir más lejos, dando un paseo, un libro salió y mi encuentro y no pude resistirme. Lo cogí en brazos y me lo traje a casa: "El salmo de Kaplan", del colombiano Marco Schwartz.
un saludo

Carlos Paredes Leví dijo...

Si alguien anda aburrido y no tiene lecturas a las que recurrir, quisiera sugerirles algunas, aunque sólo sea para que no me hagan caso:

- "El rufián moldavo", del argentino Edgardo Cozarinsky. ed. Seix Barral
- "Vía férrea", de Aharon Appelfeld. ed. Losada
- "Con las peores intenciones", del italiano Alessandro Piperno. ed. Mondadori

Ahora, ya podéis hacer lo que os de la gana.

Anónimo dijo...

Bárbaro, gracias por el consejo, pero qué hago ahora con mi Harry Potter?

Carlos Paredes Leví dijo...

Te iba a decir una grosería del tipo: te lo podés meter en el tujes, o algo así.

Anónimo dijo...

Sabés que lo del inmaduro me recordó a un novio futbolista que tuve? ¿Qué te parece?

Carlos Paredes Leví dijo...

Me parece una forma de suicidio poco convencional...

Anónimo dijo...

Lo mismitito me ha pasado a mi , que de tanto inmadurar aparento diez años menos de los que tengo.
(para envidia de amigos , enemigos e intelectuales varios ).
Todos los besos Carlos .

Laura Otermin dijo...

Cuando pasan los años no necesariamente te transformás en un ser maduro, sino "más duro". Eso quiere decir muchas cosas obvias, más intransigente, poco racional, importan dos o tres cosas, se mira más tiempo el ombligo. La madurez es notable cuando se tiene rayos de inmadurez que nos refrescan el alma. un beso.

Javier Luján dijo...

Le diría al protagonista de tu relato que bienvenido al club de los poetas muertos, esos que ya no madurarán... Pero bien pesando, mejor me callo.

El Castor dijo...

Coincido con lo que señala Laura. Podemos tener la impresión de que la vida nos va fortaleciendo pero en realidad lo que hace es endurecernos. Saludos.

Anónimo dijo...

Madurar es ser el mismo pendejo boludo (inocente) de siempre pero esforzándose por demostrar que ya no se es.
Por lo menos a mí me sucede, a veces. Y me la banco!

Carlos Paredes Leví dijo...

Churra, en tu caso seguro que es una excepción y una virtud, igual que en el mío.
Saludos.

Carlos Paredes Leví dijo...

laura; tu tienes mucha experiencia de la vida y pensamientos muy lúcidos. Te sobra espléndida madure. Un abrazo

Carlos Paredes Leví dijo...

Capitán, capítán, en qué andarás vos que sos tan listo??. Yo sí que mejor me callo, que hay muchos testigos. Vos sí que sos un capo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Usted, estimado Castor, como siempre....poniendo un toque de racionalidad en este quilombo.
¿De dónde sacamos la materia prima para endurecernos?.

Carlos Paredes Leví dijo...

La anterior, Castor, era una pregunta trampa...pero usted conteste de todos modos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Juan Pablo, no me cansaré de repetirlo a todo aquel que quiera escucharlo: SOS UN GENIO. Te parecés tanto a mí....