viernes, 17 de abril de 2009

CALI-FORNICATION

Lo mejor que me sucedió tras mi divorcio fue, la culminación de una novela: “Ángeles de alquitrán”, galardonada con varios premios, y haber conocido a las gemelas Fonseca. Lo primero, me sumió en un intenso y terapéutico proceso creativo que alejó de mi mente la idea del suicidio mientras que, lo segundo, supuso la materialización de una experiencia ansiada por la inmensa mayoría de los hombres.
Por ese entonces, el inesperado éxito del libro me había llevado en gira promocional por varios países del continente y en Cali, Colombia, tuve el venturoso azar de toparme con un par de bellezas de inolvidable recuerdo. Fue concretamente en el marco de la pileta del hotel Aristi, donde yo me había acercado, contradiciendo mi naturaleza de misántropo moderado y alérgico al cloro, en busca de gente a la que contemplar y especular sobre sus vidas. De este modo, escapaba de mi mismo y de dolorosas nostalgias de un pasado truncado, porque apenas habían transcurrido cinco meses de mi separación de Leila y aún tenía el sistema emocional en carne viva. Aquellos dos imponentes cuerpos bronceados, musculados y cargados de curvas llamaban la atención de cualquiera y, aunque mi líbido estuviera en off, se ve que aún sobrevivía cierto remanente del macho que había sido y ahora convalecía, porque no podía dejar de observarlas. Lógicamente, y a pesar de la cierta impunidad que me otorgaban mis Rayban, no tardaron en darse cuenta de mis atenciones visuales pero, lejos de molestarse, respondieron con naturalidad y simpatía, dedicándome coquetas sonrisas a cada paso. Pero, con todo, mi autoestima no atravesaba un momento óptimo en lo que respectaba a las mujeres y si bien mi ego obtenía satisfacción con el intercambio de miradas, yo no pretendía ir más allá así que, llegada la hora de comer, me retiré a mi cuarto para cambiarme. Cuál no sería mi sorpresa cuando, duchado y cambiado, casi me tropiezo con ellas al salir. Ocupaban justo la habitación contigua a la mía y mientras yo cerraba mi puerta, ellas estaban abriendo la suya.

- hola – me dijeron sonrientes
- hola – respondí, comprobando que eran tan idénticas que sólo se diferenciaban en el color del bikini; blanco uno, verde pistacho el otro
- ¿Sabés dónde se puede comer dignamente en esta ciudad? – preguntó una de ellas con evidente acento rioplatense
- pues no…..es la primera vez que estoy en Cali…
- si esperás a que nos cambiemos, te invitamos a comer, ¿querés?
- dale, esperános – dijeron al unísono mientras abrían la puerta y me invitaban a pasar.

Mientras yo las esperaba apoyado contra el marco de la ventana, ellas, sin pudores ni inhibiciones, se paseaban en ropa interior, se turnaban para ducharse y me daban conversación. Así fue como me enteré que se llamaban Paula y Nadia, eran montevideanas, pediatras y se encontraban en la ciudad para asistir a un Congreso médico sobre no sé qué enfermedades infantiles. Pero lo que de verdad me sorprendió y que explicaba, en parte, su comportamiento en la pileta y acaso el posterior, fue que no sólo eran fieles lectoras de mi obra sino que incluso habían acudido a la presentación de mi última novela en la capital uruguaya unos días atrás.

Salimos del hotel y tras caminar sin rumbo un cuarto de hora entramos en un acogedor restaurante mexicano. Comimos en abundancia, bebimos con moderación y charlamos largo y tendido antes de retornar al hotel: esa misma tarde ellas debían acudir a una ponencia y yo tenía que decir unas palabras sobre mi novela aparte de firmar unos autógrafos. Antes de separarnos, quedamos en vernos por la noche y acudir a un local italiano que habíamos descubierto camino de regreso.

A la cena, invertimos lo acaecido en la comida, es decir, cenamos poco pero bebimos con generosidad, con lo que nos mostramos aún más locuaces y menos retraídos, al tanto que sin darnos cuenta, terminamos tomando unos whiskeys en su cuarto. Poco después, estábamos los tres acostados en una de las dos camas, besándonos, acariciándonos y quitándonos la ropa. Afortunadamente, antes de esto, me había excusado unos instantes y acudido al cuarto de baño, donde tuve el buen criterio de tomarme una de las muestras de viagra que me había regalado meses atrás mi amigo Héctor (es urólogo).
Durante los siguientes dos días, nos acostábamos juntos por las noches y repetíamos a la siesta, hasta que llegó la despedida. Me acompañaron al aeropuerto y nos intercambiamos los teléfonos con el fin de mantener el contacto: Montevideo estaba a un paso y la posibilidad de un fin de semana donde pudiera emular mis recientes gestas sexuales suponía un poderoso afrodisíaco.

- danos también tu mail, así te mandamos unas fotos nuestras……para que no nos olvides – dijo Paula con una expresión de picardía que traslucía el tipo de fotos a que se refería
- anotá: leisebba@hotmail.com dije, dándoles la dirección de mi ex mujer
- qué nombre más raro, che – agregó Paula
- es hebreo – mentí
- ah, es por eso… exclamó Nadia

Fue a mi regreso de México, cuando al abrir el correo electrónico me encontré con un mail de Leila. Precediendo a unas fotos en top less de las gemelas, había escrito, en mayúsculas y entre signos de exclamación una única palabra cargada de significado: ¡INMADURO!. Sonreí al comprobar que se había sentido molesta y acto después, imprimí las imágenes, las recorté y guardé en la cartera, junto a una muestra de viagra superviviente de mi estancia en Cali. Luego, movido por un súbito impulso, llamé a Héctor al consultorio; había decidido acercarme a Montevideo el próximo fin de semana y necesitaba el aval de la química porque, hombre precavido vale por dos y siempre es mejor ir sobrado que quedarse a medias ¿O no?.

15 comentarios:

Arantza G. dijo...

Teniendo en cuenta que son dos...
Buena forma de desquitarse del divorcio, así no se entra en depresión.
Y bonita manera de celebrar el éxito.
Un beso y buen fin de semana.

Juan Pablo dijo...

Cómo dijiste que se llamaba la pastillita?

Che, hablando de uruguallas, hay una piba que últimamente me está volviendo loquito. Después te paso una foto, no sabés lo que está!!!

Buen post, chabón.

ana dijo...

Pero mi amigo ,con razón la làmpara es tan potente ,ahora ya no busca un par de piernas sino la cuadratura.
Tenga cuidado ¡pare a tiempo !,pués estos nuevos vicios a los que se dedica inducido por la pediátria pueden perjudicarle su salud seriamente.
Ya me lo imagino ante los dos monumentos femeninos ingiriendo esos vasocontrictores en cantidades inconvenientes . Mire que al corazòn no le hacen nada bien y si pasa algo en la actuaciòn es horrible la noticia en los periodicos ,dada su bien ganada fama como escritor mi estimado amigo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Arantza G:
A los fracasos, incluso los sentimentales, no hay que darles tiempo a que maduren así que, qué mejor manera de superarlo que encamarse con dos bellezones a la vez ..¡
Un saludo.


PRadero:
Claro, a vos la pastillita no te hace falta porque desde que hiciste voto de castidad......
Una piba o una flaquita de ésas que te gustan a vos, tan andróginas y que tenés que mirarlas muy de cerca para descubrir de qué género son ?
Un saludo.

Ana:
Es que cuidarse en exceso sí que debe ser malo para la salud. Uno se cuida y se cuida, y al final se muere porque caminando por la calle le cae una cornisa en la cabeza.
Sobre lo de los periódicos, me hizo recordar al viejo Rockefeller que murió retozando con una lolita y la prensa publicó que lo hizo en medio de un Consejo de Administración..
Un saludo.

ana dijo...

Pero este gran escritor ,lo es por su fama ganada por su indiscutible talento ,pero desgraciadamente con los libros no se llega a tener lo que poseía Rockefeller para tapar semejante accidente con dos camiones a doscientos kilòmetros por hora.

Miguel Baquero dijo...

Esa sí que es manera de celebrar un triunfo, sí señor... aunque no estoy yo muy seguro de que eso de hacerlo con gemelas sea el sueño de todo hombre... aunque hay gente a la que gusta lo repetitivo incluso en esos casos.
Un saludo

TortugaBoba dijo...

Yo pensaba que esas ideas retorcidas de darles el e-mail del ex a otra persona sólo se nos ocurrían a las mujeres, que podemos llegar a ser muy sibilinas. Ya me contarás algo de tu lado femenino Carlos, me dejaste intrigada :P
¿Con gemelas? ¡¡Pero a quién queréis engañar!! Si es con una y no podéis, además, como bien dices, es una fantasía erótica, esto es, si la cumples ya no tiene gracia, te tienes que buscar otra. Yo lo de los tríos nunca lo he entendido, debo de ser de lo más rara. Y encima me gusta repetir con la misma personas, más rara aún. ¿Qué opinas?
Me dices el diagnóstico y me mandas la receta por e-mail.
Beso.

TortugaBoba dijo...

Ah, por cierto, el título es buenísimo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Ana:
Ya le hubiera gustado al viejo Rockefeller cruzarse con las gemelas Fonseca pero, no se puede tener todo en esta vida....
Un saludo.

Miguel Barquero:
Desde luego no es el sueño de mi vida encamarme con unas gemelas pero, resulta curioso la cantidad de hombres que tienen esa fantasía. En lo que respecta a las celebraciones, son buenas para que los fracasos no se asienten en nuestro inconsciente....
Un saludo.

TortugaBoba:
De mi lado femenino mejor no hablo y ni te digo en lo que refiere a mis lides amatorias....no me interesan los tríos pero, hasta el momento, no he tenido problemas en el mano a mano (tête a tête).
Ah, y no tengo más fantasías sexuales que las que se me ocurren en el momento...porque no me gustan las ideas fijas y siempre he sido más partidario de la improvisación.
En esta ocasión, se me ocurrió el título y luego el post.
Un saludo.

Makiavelo dijo...

El título “Ángeles de alquitrán” me parece genial al igual que el relato.

¡Qué suerte tienen los escritores de éxito.

Saludos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Makiavelo:
Bueno, tampoco es para tanto.....
Sí, los escritores de éxito deben tener suerte. Digo yo..

Un saludo.

Isabel chiara dijo...

Cómo sois...vaya suerte la de los escritores, a pares y algunos pares también a pares, qué dolor de cabeza, qué manera de trajinar, qué mareos cuando empiecen las dos a hablar y a pedir y a exigir....

Mi duda: para cumplir con dos se necesitan dos pastillitas también? Dígale a su amigo que se ande con cuidado, que algunas veces se queratinizan, jajaja

Muy bueno el californication.

Besotes Carlos

Carlos Paredes Leví dijo...

Isabel Chiara:
Quién fuera escritor para verse en situaciones como la descrita..¡¡. No había pensado en lo cansador que puede resultar un viaje en coche con las dos cotorras charlando sin parar sobre sets de maquillaje, antibióticos infantiles o estadísticas médicas....
Dos pastillitas no será un exceso ?. No estoy nada puesto en esos temas y aún no tuve la osadía de probar estas excelencias de los laboratorios Pfizer....

Un saludo.

olhodopombo dijo...

Levi,
sem Viagra não funcionaria?

Carlos Paredes Leví dijo...

Olhodopombo:
No es mi caso.....ni el de el protagonista pero, por las dudas, éste prefiere ir bien armado.

Un saludo.