martes, 14 de octubre de 2008

LAS HOJAS TAMBIÉN CAEN EN PRIMAVERA

Llevaba días sin sentirse bien. A la dramática escena de sus hijos colgándosele del cuello y los perros poniéndole las patas en el pecho y lamiéndole la cara, que le tocó sufrir durante la despedida de ellos en su último viaje a Ferrara, se sumaba una primavera porteña que más parecía un otoño. Le asaltaban las melancolías y le acechaban añoranzas por cada rincón de su departamento. Para colmo, el encuentro con el libro “Historia de una mujer”, de su colega argentino Marcelo Birmajer, tuvo sobre él tanta repercusión que llegó a sentir incluso malestar físico. Lo leyó a ratos, porque las reacciones inmediatas que le provocaba su lectura le impedía adentrarse en sus páginas durante mucho tiempo. La desazón, el desasosiego y la indignación que sentía, se acentuaban conforme avanzaba en la trama, ocasionándole una ansiedad creciente que le impedía tirarlo a la basura. Acusaba sobremanera las vicisitudes de los personajes y se resistía a aceptar la sumisión de la belleza ante las realidades de la vida, el maltrato como elemento dominador en las relaciones de pareja, las entregas sexuales sin amor, las planificaciones malignas que emanaban de malsanas personalidades y las debilidades humanas que nos hacen vulnerables y peores personas. Cuando por fin consiguió terminarlo, lo escondió en un rincón de sus estanterías y emprendió rumbo a la calle, con la cabeza en una nebulosa indefinible, el corazón palpitante y la necesidad de airearse, ver gente feliz, árboles de copas verdes y pibes jugando a la pelota.

Una semana después, la debilidad de su sistema emotivo todavía era manifiesta y los paseos se hicieron más largos y recurrentes, obedeciendo a una necesidad físico mental ineludible. En ellos, intentaba no pensar en sus afectos, en sus dolores pasados (una viudez y un matrimonio roto), en el libro citado, y desviar sus pensamientos hacia tareas pendientes que demandaban su atención, como el prólogo de la próxima novela de su amigo Leví o la decisión de éste y Mariel por ser padre a la mayor brevedad posible. Fue por esos días, por mera casualidad o algo parecido, cuando le dió por frecuentar un Café de barrio, de esos que olían a antiguo y estaban recubiertos de madera, donde se solían encontrar Rodolfo Mondolfo y Gino Arias, individuos cuya evocación le acercaba a sus ancestros italianos. Al obligado café con medialunas contemplando pensativo más allá del vidrio de la ventana y sintiendo la orgullosa del dueño del establecimiento por tan singular visita (uno de los escritores con mayores ventas en el mundo), se sucedía un anárquico deambular por las calles aledañas, la búsqueda de algún parque cercano para ver algún partidito de adolescentes y la necesidad de encontrar estampas que alentaran sus sentidos.

Al regresar a casa, con la angustia menguada, sano cansancio y una palpable necesidad de afecto, llamaba a sus amigos para salir cenar o invitaba a Lucía al teatro y pasaban la noche juntos. No es bueno que el hombre esté solo y, mucho menos, en días de zozobra de los sentimientos. Ni siquiera, si uno se llama Fortunato Archevolti.

30 comentarios:

Makiavelo dijo...

Percibo la influencia de caldo bien salpimentado y aderezado con no se qué. Por otra parte las lindezas de las primera lineas me recordaron algo así como una Band Of Gipsy sin el pobre negro.

Requetegüeno. Te vas recuperando, jejeje...

Saludos sin té.

Carlos Paredes Leví dijo...

Makiavelo:
Yo, la verdad, es que no percibo nada. Lo único que, al igual que Fortunato, leí el libro citado y me dejo hecho polvo....Me va a hacer falta un té con miel y un caldo de algo, de lo que sea.
Un saludo.

Unknown dijo...

Recomendale a Fortunato el café con ron... eso y safarse del escenario cotidiano saturado de nostalgia.

Quizás un rinconcito tahilandes de aquellos donde te concienten tanto que no te permiten pensar!

Al imaginarme el café no se porqué recordé la frase de Bogart en Casa Blanca: "Of all the gin joints, in all the towns, in all the world, she walks into mine."

...

Carlos Paredes Leví dijo...

Ma. Candela:
Lo de Fortunato es circunstancial. Todos pasamos momentos de flaqueza y desgana donde nos volvemos vulnerables a las nostalgias y la melancolía...
Se le va a pasar, con unas cuantas citas con amigos y Lucía....
MUy buena la frase ¡¡
Saludos, y el que va a tomarse un café con ron, soy yo.

Isabel chiara dijo...

Me apunto al café con ron. Un carajillo ahora que aprieta el fresquito también entona. Y si Fortunato no encuentra el consuelo mando llamar a la abuela que ella lo arregla todo.

Qué bueno debe ser el libro para haber provocado la zozobra en un tío como Fortunato, o Usted mismo. Esa es la literatura de altura, la que se escribe con el estómago y se lee con todo el dolor del alma.

Hace poco me pasó algo parecido con un libro, la carretera, me dejó sin sentido, derrotada. Muchos la odian, pero a mí se me clavaba cada palabra.

Lo del partidito de adolescentes me ha traído recuerdos. Mi madre lo dice a menudo, eso de los partiditos.

Muy bueno (a mí me trajeron el fin de semana un ron miel; voy a darle un tiento, a su salud)

Carlos Paredes Leví dijo...

Isabel Chiara:
Uno nunca sabe qué libros nos van a afectar y de qué modo van a hacerlo...pero por alguna razón, son ellos quienes nos eligen a nosotros y no al contrario.
Da igual que sea un cafecito solo, un carajillo o una botella de ron miel, el caso, es compartirla con gente interesante....
Un saludo.

Juan Pablo dijo...

Una vez que termine de leer Harry Potter me compraré el mencionado para sumarme a la zozobra.

También me apunto al café, y al partidito.

Si te organizás un black jack 13 o un Muss, o una salida al cabaret también me apunto.
Estoy de vacaciones!!!!

Unknown dijo...

El librito si lo pesco por acá lo leere también... no se diga más!

El café combina con todas las emociones del espíritu y nunca descuadra compartirlo a cualquier hora!

Y si en este deroche de fertilidad Lucía también sale embarazada? Digo no más...

salud con ese ron miel, si es el que creo es un regalo maravilloso!

:)

Carlos Paredes Leví dijo...

Juan Pablo:
Un Mus,si te parece bien, con café y oporto al alcance de la mano....
En cuanto a lo del libro que cito; personalmente, no te recomiendo que lo leas. A mí, me hizo daño hacerlo....esto no significa que a vos te pase lo propio pero, te cuento mi experiencia....
Disfrute de sus vacaciones, compañero y acuérdese de éste amigo suyo cuando se tome un vino mendocino...

Carlos Paredes Leví dijo...

Ma. Candela:
Fíjese usted si en vez de embarazar Leví a Mariel, lo hace Fortunato a Lucía..??

Con respecto al libro, la verdad es que no sé si a usted le va a gustar y/o provocar las sensaciones que me afectaron a mí. Quizás hasta yo mismo, de leerlo en otro tiempo y lugar, hubiera escapado a estos efectos....no lo sé.
Un ron miel entra suave y sino, lo mezcla con Coca Cola.
Un saludo.

Churra dijo...

Fortunato es una artista, sabe lo fundamental, cansarse y descansarse
Un beso

Carlos Paredes Leví dijo...

Churra:
Sí, eso es. El sano cansancio y el reconfortante descanso....
Un saludo.

Remembranza dijo...
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Carlos Paredes Leví dijo...

Remembranza:
Le mando un saludo. Ya sabe que se la echa en falta cuando no aparece....

Peggy dijo...

A veces la soledad se conjura estando solo .....paradoja , si , rebuscando en uno mismo estan las respuestas .

Carlos Paredes Leví dijo...

Peggy:
MUy cierto. Yo nunca me he sentido más solo que rodeado de gente....Por otro lado, estar solo con uno mismo, armado de valor y lucidez, nos ayuda a crecer como personas...
Un saludo.

PD: No hago más que pensar en una cañita de cerveza negra allá por Ponzano casi Sta. Engracia...o en los Caracoles (calle Toledo), acompañada de una ración de los mismos...

Remembranza dijo...

Gracias. Me quedo con la melancolía del título. Las hojas también caen en primavera.
Nota: cada vez que describe un bar de estos me parece sentir el olor como si estuviese sentada alli.
Un abrazo

Carlos Paredes Leví dijo...

Remembranza:
No, no se quede con la melancolía, que crea adicción....
Me gusta que salgan Cafés o bares con personalidad, porque en ellos han sucedido y suceden, acontecimientos cargados de encanto y significado.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Carlos,

Algo que me intereso en particular es el estado animico del protagonista, que parece necesitar de algun tiempo de reflexion o de meditacion. Pero tambien busca caminar y observar a otros, como para distraerse.

En un estado de animo asi, yo no buscaria amigos especialmente. Sin embargo, el protagonista definitivamente si los necesita.

No es algo contrastante? Que es lo que busca/necesita este Sr. ahora, y porque?

Un saludo

Haim

Carlos Paredes Leví dijo...

Haim:
No tiene porqué ser una contradicción...A mí, personalmente, me ha ocurrido que, después de un largo rato de necesaria soledad y reflexión, precisar la compañía de algún amigo para no seguir alimentando la melancolía.
Fortunato sufrió un golpe súbito de sentimentalismo. Tenga en cuenta que es viudo, se divorcio, y vive lejos de sus hijos y perros. Es normal, en estas circunstancias y por muy fuerte que se sea, sucumbir alguna vez a un bajón emocional....porque los seres humanos no somos emocionalmente constantes salvo, eso sí, los simplones.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Carlos,

Tiene razon.
Confundi este bajon emocional-melancolico, con depresion.

Saludos

Haim

Carlos Paredes Leví dijo...

Haim:
Fortunato sufrió una fuerte depresión tras el fallecimiento de su primera esposa. Después, gracias a la escritura y el apoyo de quien sería su segunda esposa, logró remontar esos penosos momentos y volver a vivir.
Ahora, sólo sufre un mero bajón anímico de los que nadie estamos exentos.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Pero Fortu con tu pinta y tu talento no te perdono la depresiòn.
Usa tus encantos personales para lograr saciar tu cuerpo y alma con el amor que te mereces.

Carlos Paredes Leví dijo...

Ana María Parente:
No, no es depresión, sólo un esporádico bajón de ánimo....
Un saludo.

la cocina de frabisa dijo...

Fortunato Archevolti debería de estar por encima del bien, del mal y de la necesidad de los afectos porque es una especie de ser extraterrestre, pero ni siquiera él, puede.

El tener cubiertos nuestros afectos es sin duda el motor de todo ser humano.

un beso

Anónimo dijo...

de un lector solidario:

Fortunato: Creo que si lee "Tres hombres elegantes", del mismo Birmajer, recién editado por Seix Barral, se sentirá indemnizado por el dolor de Historia de una mujer, y reconfortado en general.

Carlos Paredes Leví dijo...

Frabisa:
Desgraciadamente, nadie está por encima de eso, y todos necesitamos calor y que nos digan que nos quieren....
Un saludo, Oriental....

Carlos Paredes Leví dijo...

Anónimo Solidario:
Tomo nota, solidario, porque le confieso, el último libro leído, y citado, me hizo daño....
Gracias, y un saludo.

Bibiana Fernández Simajovich dijo...

¿¿¿QUIEN ES LUCIA??? (CAGUENSOS)

Carlos Paredes Leví dijo...

Una ET en Euskadi
Lucía Pruss....la actual pareja de Fortunato...