domingo, 6 de julio de 2008

EL OTRO y YO

A los dos días de mi último encuentro con Fortunato, me fui a Mar del Plata. Mi amigo Mauricio Melul me había dado las llaves de su departamento y yo había alquilado un auto para el viaje. Necesitaba ausentarme de Buenos Aires, aunque sólo fuera durante tres o cuatro días. No es que no pudiera bancarme el amor sino que mi universo se asemejaba a un espejo resquebrajado en piezas que no casaban las unas con las otras. Me sentía presa de una inmensa conspiración contra mi vida interior y la incertidumbre parecía imponerse a todos mis actos. Estaba harto de un destino dependiente, de una realidad a la que todo llegaba pero nada pasaba como yo quería. Precisaba estar solo, debatir con mi propia conciencia y poder decir la última palabra.

Al llegar, mediodía tardío, dejé mi bolsón en el departamento y salí a comer. Las calles estaban casi desiertas, algo nada extraño en aquella época del año y mucho menos cuando, como ése día, un cielo de grises oscuros amenazaba con descargar agua de un momento a otro. A mí me gustaba esa carencia humana por las veredas, y me reconfortaba sentir el viento en la cara y una finísima llovizna sobre la cabeza. Obedeciendo a un impulso iterado en días similares, paré en un kiosco a comprar cigarrillos. Fumé con placer aspirando con fuerza pero sin tragarme el humo, delatando mi condición de fumador ocasional. Algún psicoloco diría que mi afición por fumar esos días era algo relacionado a la lluvia que caía el día de mi nacimiento y una añoranza del primer contacto con los pechos maternos. Quizás incluso estuviera sufriendo un Complejo de Edipo sin resolver pero igual me daba. No tenía pensado ni acostarme con mi madre, ni matar a mi padre.

Durante el almuerzo, di cuenta de un pescadito demasiado hecho, acompañado de papas y una botella de un vinito blanco más que decente. Rematé con dos cafés y salí otra vez en busca de las calles y la lluvia. Quería caminar y perderme. Como dijo alguien, una vida es como una ciudad: para conocerla hay que perderse en ella. Y yo estaba perdido por completo.
Con un cigarrillo siempre en los labios e indiferente a los truenos y relámpagos que vaciaban las calles de gente, me dejé llevar, con el viento golpeándome la cara y el alcohol manifestándose en mi sangre y abríendo zonas de mi conciencia por lo general cerradas. Pensé cómo Vilma me había arrastrado muy lejos del mundo interior que había sido siempre el mío, cómo desde apenas conocerla quise dormir con ella, prueba inequívoca de que iba a quererla. Pensé en esos malentendidos y silencios que duran años, sin que nadie tenga la humildad suficiente para deshacerlos. Pensé cómo la nostalgia que me asaltaba era propia de la de aquellos amantes que nunca se olvidan y me avergoncé por sentir cierta voluptuosidad ante algo tan doliente.

Cuando horas más tarde entré al edificio, lo hice empapado y totalmente ebrio. Me di una ducha y me acosté en la cama con una botella de whisky y el televisor encendido. Comprendí que aún no estaba destruido del todo y que debía continuar con mi caída. Yo era un personaje insatisfecho con la ficción que me había tocado en suerte. Me rebelaba contra ella y quería incitar a mi autor a luchar por salvarme, quería que mi autodestrucción lo enterneciera y trocara mi destino ante su teclado. Que me hiciera abandonar el espacio gris de fronteras desdibujadas donde me movía, y me permitiera acceder a otro luminoso en el que, sin duda, estaría Vilma esperándome. Caí inconsciente al cuarto whisky y no desperté hasta pasadas las once de la mañana siguiente, sin resaca y con un mensaje de ella grabado en mi celular. Comprendí, entonces, que él no era un mal tipo y que esa noche la había pasado en blanco, inclinado sobre su pc y mirando cada tanto Parque Centenario a través de la ventana mientras me cambiaba la vida. Ojalá pueda hacer lo mismo con la suya……reescribirla.

26 comentarios:

Anónimo dijo...

Vamos Vilma,movete chiquita movete.Tómate el bus y anda a consolar el muchacho.

Carlos Paredes Leví dijo...

Ana María Parente:
NO sé qué habrá determinado el autor pero, ésa que usted propone, no es una mala alternativa....
Un saludo.

Por cierto, hoy fui al parque y caminé mi próximo post. Estimo que erá el fragmento de una entrevista que realizaron a Fortunato Archevolti en la televisión española...

Remembranza dijo...

Hola: Pierre Menard lo hizo!
Cómo quiere que sea su vida, nunca lo va a develar?!
Porqué embriagarse lejos de casa,la inconsciencia es la misma !
Un abrazo

Remembranza dijo...

Ups ! desde cuando estoy en links ?. Qué honor, espero no desfraudar.
Otro abrazo

Carlos Paredes Leví dijo...

Remembranza:
Yo no puedo desvelar esas cosas, aunque a veces me sienta tentado, porque, entonces, sería mucho más vulnerable ante todos ustedes.
El tipo se embriaga pero no sólo de alcohol, por eso tenía que poner tierra por medio de sus lugares de costumbre.
Lo del link ? Bueno, tampoco es para tanto...
Un saludo.

Bibiana Fernández Simajovich dijo...

La voluptuosidad ante el dolor si, los dolores de amor son algo voluptuosos, especialmente para los que tenemos un espiritu algo autodestructivo. Pero está muy bien q se haya ido a Mar del Plata en esta época, de lejos todo se ve mas claro, para los 2...
¡Gora el reencuentro y gora San Fermin!

Remembranza dijo...

¡Ufa!

Anónimo dijo...

ARCHEVOLTI TE VAS PARA ARRIBA HURRAH!!!!

Alicia dijo...

Carlos, hace unos años, hice esa de irme a Mar del Plata sin previo aviso, mis hijos estaban con su papá, y me fuí a Retiro a tomar un micro con la idea de "despejarme"... durante el trayecto recibi un llamado de muy lejos...de alguien con quien no hablaba hacía meses y me preguntó... a Mar del Plata?... sola? si, sola, tranqui. por? y si tomo un avión y te veo allá mañana??? ;) Esa es actitud!! Ese hombre de alguna manera no deja de estar en mi vida.
Comparto con Ana María: A Vilma solo le hace falta tomarse ese micro!
Besos

Polakia dijo...

La mejor subida siempre tiene mejor vista desde bien abajo.
Que la disfrute y como dijo antes, que pueda esquivar las piedras del camino que son parte de lo emocionante.

Isabel chiara dijo...

El escritor no pude hacer menos que seguir los deseos de sus personajes. Al fin y al cabo ellos son los que dirigen su vida.

Carlos, es un magnífico texto.

Un beso

Carlos Paredes Leví dijo...

Una et en Euskadi:
Hay algo de gozoso en el dolor cuando no pasa de ser tibio. Más allá de eso, se convierte en algo enfermizo y una de las drogas de peor desenganche que existen...
Mar del Plata está bien en cualquier época menos en verano, que se llena de gente. No estaría nada mal un reencuentro bajo la tormenta, con los paraguas chocando y llegando ansiosos y empapados al departamento....
Un saludo y disfrute de los San Fermines si anda por allá.

Carlos Paredes Leví dijo...

Remembranza:
Si usted va despejando sus misterios, yo haré lo propio con los míos.....
Un saludo

Carlos Paredes Leví dijo...

Ana María Parente:
¿Qué tendrá Archevolti que despierta la atracción en hombres y mujeres?

Carlos Paredes Leví dijo...

Alicia:
Interesante eso que cuenta, lástima que sean pocos los atrevidos....(acuérdese de lo de Wiesel y los cobardes).
Me gusta esto de los comentarios, porque ustedes me aportan teorías que yo ni me planteo. Por ejemplo, no se me había ocurrido el traslado de Vilma a Mar del Plata...aunque cuando resulta evidente y lógica.
Un saludo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Polakia:
Ya sabe que a nosotros no nos gustan los caminos llanos.....
Un saludo.

Alicia dijo...

Carlos: igual ese "atrevido" luego desapareció por la retaguardia varias veces...tal vez para preservar lo que no era momento que fuera... pero como le dije... sigue estando y eso es una buena señal... son historias que en algún momento desenlazan y se dan en el momento menos esperado.
Un abrazo y buena semana!

Carlos Paredes Leví dijo...

Alicia:
Es que hay tipos que dan un paso adelante y otro hacia atrás...
A mí me interesan las historias con capacidad de supervivencia...
Un saludo y lo mismo le deseo.

Juan Pablo dijo...

No sé qué le gustará a las mujeres de Archevolti, pero a nosotros nos gustan sus ojos! uuyyyyy

Carlos Paredes Leví dijo...

Juan Pablo:
Me hiciste reír, flaco ¡¡¡¡
Todavía em estoy riendo.
Un saludo.

Makiavelo dijo...

Me ha gustado el repaso psicológico y las aclaraciones sobre la familia, y me he reido un montón.

El último tocho es muy bueno, profundice en esas líneas que las dejará extasiadas. Aproveche cuando esten embobadas para darles caza.

Saludos, Maestro.

Carlos Paredes Leví dijo...

Makiavelo:
Me gusta que le guste. Uno, en primer lugar, escribe para sí mismo pero también lo hace para los demás. Hay mucho de vanidad en esto....
Tendré en cuenta sus opiniones...
Un saludo.

©Claudia Isabel dijo...

Carlos, es cierto que algunos dan un paso adelante y otro atrás, y muchos otros dan varios pasos para atrás...en cualquier momento, o quizás ya ocurrió, se nos empieza a mezclar ficción realidad en una maraña imposible...tratemos de salir lo más enteros posible...

Pd: Gracias Fortunato por su visita.
Besos para ambos

Carlos Paredes Leví dijo...

Claudia:
Es inevitable mezclar ficción y realidad porque, de forma onírica e imaginativa, queremos trastocar la realidad cuando esta no nos convence....Por mí, cuanto más enmarañado, mejor.
Un saludo, o mejor, dos

Recomenzar dijo...

Intenso tu relato lo vivo............. ya que he vivido en Mar del ......... y es como que caminár contigo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Mi Despertar:
Yo fui, de pequeño, varias veces de vacaciones a Mar del Plata. De grande, lo hice en invierno, y disfruté más de la ciudad. Me gusta caminar por sus calles y contemplar el mar.
Un saludo.