lunes, 23 de junio de 2008

ELEGIRÁS LA VIDA

Era un jueves de verano y yo andaba en la cocina, preparando la cena mientras Liliana leía no sé qué tirada sobre el sofá del comedor. El rigor de la canícula nos llevó a suprimir las carnes y cenar todas las noches ensalada. Esa en concreto, tocaba una de lechuga mantecosa con gambas, palitos de cangrejo, zanahoria rallada, cebolla y un par de dientes de ajo bien picados. Sobre la mesa donde cenaríamos, una botella de vino blanco abierta hacía unos minutos exhalaba vapores y disfrutaba sus últimos instantes de vida, antes de tocar réquiem en nuestros agradecidos estómagos. Mientras ultimaba la ensalada y me entretenía aliñando unos tomates, cortados en finas rodajas, con orégano y aceite de oliva español, sentí la presencia de Liliana apoyada sobre el marco de la puerta.

- me gustó mucho el último capítulo de tu novela – dijo, mostrándome un taco de papeles que sostenía en la mano

- sí, estoy contento de cómo quedó – reconocí con algo de vanidad

- y los últimos artículos que publicaste también están muy bien….

- Si – repetí, e inquirí, un tanto extrañado de la conversación y consciente de que estaba dando rodeos para abordar algún otro tema - ¿pasa algo?

- No, bueno sí….vení al sofá, que quiero hablar con vos….

La miré con curiosidad, escudriñando sus agraciadas facciones en busca de algún gesto que me permitiera intuir, en vano, qué iba a contarme.

- ¿vos me querés? – preguntó

- ¿Qué si te quiero? ….estoy enamorado de vos, si te referís a eso….?

- ¿vos estás completamente seguro de lo que decís, no?

- Nunca estuve más seguro de nada…¿por?

Al escuchar esto, sobre su rostro se dibujó una sonrisa afilada y sus ojos se volvieron más luminosos, dulces e incitantes.

- Vamos a tener un hijo

- ¿qué? – pregunté levantándome de golpe del sofá……¿estás segura?

- Sí – me confirmó sin desprenderse de la sonrisa

- ¿no podés equivocarte?

- Sí, claro que puedo….allá por 1985 me equivoqué una vez…pero no recuerdo en qué….No, en serio, hoy me lo dijo el ginecólogo…¿qué te parece?

La agarré de la mano y la acerqué hasta mí.

- vení que te explicó qué me parece

La besé en los labios sujetándole la cabeza por la nuca y deslizando mis dedos por entre los cabellos.

- tenemos que buscarle un nombre – dije de pronto, separándome de ella

- ¿se te ocurre alguno?

- ¿Daniel, o algo por el estilo, no?

- ¿Daniel? No sé….mucho no me gusta…..mejor algo más original..…

- Sí, claro Lautaro o Gerónimo…y en vez de mandarlo a la sinagoga con la kipá lo mandamos con taparrabos y un penacho de plumas… pero bueno, ya habrá tiempo para eso, además…a lo mejor es una niña….lo cual me da igual, pero que salga sano y si puede ser, con ese pelo tuyo y esos ojazos celestes

- Y con tu tez morena y tus facciones

- Quiero pasar el resto de mis días con vos, rusa

- Y yo con vos, turco

Serví dos copas de vino y alzándolas brindamos:

- Le Jayim

- Le Jayim

* Le Jayim: típico brindis hebreo que significa "Por las vidas".

33 comentarios:

Polakia dijo...

Bueno, viendo el rapido desenlace de este encuentro llego a la conclusión de que las cosas pasan cuando tienen que pasar y no cuando las forzamos.
Pero inevitablemente hay que estas dispuestos a probar, equivocarse y sobre todo vivirlas.
La felicidad esta en la puerta de todos, pero hay que ser valientes para correr el riesgo y dejarla pasar.
Un brindis de mi parte también.
Saludos

Carlos Paredes Leví dijo...

Polakia:
Sí, yo creo que las cosas suceden por algo y todo tiene su significado. Las mejores, aparecen de pronto, sin buscarlas y si son verdaderamente buenas, hacemos todo lo posible para mantenerlas en nuestras vidas.
Si se quiere ser feliz, o algo parecido, no se puede ser cobarde y vivir temeroso. Hay que asumir el riesgo y emborracharse en la locura, sobre todo en la propia.
Un saludo.

Polakia dijo...

Y más vale arrepentirse por lo que se hizo que por lo que no.
Otro para usted.

Carlos Paredes Leví dijo...

Polakia:
Le doy la razón al 100%.
Otro saludo y prometo acordarme de usted cuando descorche mi próxima botella de vino.

Anónimo dijo...

Pero esta no es la piba del relato anterior la del pelo bíblico y los ojos celestes.
Esta chica perdió un hijo en 1985 y Kalman y la bíblica en esos momentos serìan dos mocosos.
Pero lo que me gusta es que reciban al bebe amorosamente ,llamese CAUPOLICAN O MOISES ,eso esta requetebien LE JAYIM ,LE JAYIM Y MIL VECES LEJAYIM

Juan Pablo dijo...

Ponéle Juan Pablo, que es un buen n-hombre
;)

Alicia dijo...

Como todo rito... rodeado e impregnado de s�mbolos.
Le Jayim! Por las vidas... que se atreven a ser vividas!
Un beso

Carlos Paredes Leví dijo...

Ana María Parente:
Sí, son los mismos Liliana y Kalman de anteriores entregas. Cuando dice que se equivocó allá por 1985 habla en joda y no especifica en qué erró...
Mientras lo escribía, estaba pensando que a usted iba a gustarle y en cómo Kalman cada día se parece más a mí. Ahora, sólo me falta a mí parecerme a él.
Un saludo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Juan Pablo.
Al final, esas cosas terminan por decidirlas siempre ellas....
Un saludo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Alicia:
En el Judaísmo, preservar la vida prima por encima de todo mandamiento y de ahí saqué el título para el texto...
Usted ya sabe lo que yo opino de la vida y la voluntad de vivir...
Un saludo.

Anónimo dijo...

Si es niña, te aconsejaría .... jajajaja, soy como Juanpa!!!!

Me gustó mucho la historia, si alguna vez le diera esa noticia a alguien me gustaría que fuera así de bien recibida.

Un beso (sigo viva, ocupada y viajera)

Anónimo dijo...

Que mona la piba,felicitaciones Kalman!.No juegue con mis sentimientos ,esta vez que sea la definitiva.

Carlos Paredes Leví dijo...

Mavi:
Ya le avisaré con tiempo.....
Creí que la habían secuestrado un grupo de rumanos o algo así....Me alegro de que esté de vuelta.
Un saludo.

Vió cómo a veces también escribo cosas de flores, amor y mariposas ?? Ahora, en cuanto me sienta culpable, vuelvo con mis obituarios.

Carlos Paredes Leví dijo...

Ana María Parente:
Sí, un encanto. Tanto es así,que hasta me entran ganas de tener una hija (soy Leví, no Kalman).
un saludo de parte de ambos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Ana María Parente:
¿Qué le parecería un encuentro entre Kalman y Fortunato en que, el primero le comunicara a su amigo la feliz noticia?

Peggy dijo...

Vayas la pareja se consolida :)

Carlos Paredes Leví dijo...

Peggy:
Si, los dos se acoplaron bien. Ya se sabe, con tanta concavidad y convexidad....

Churra dijo...

Me gusta ese brindis , por las vidas .
Oye si que va esto rapido..
Tambien me gusta , pamplinas las minimas . Un beso

Carlos Paredes Leví dijo...

Churra:
Yo hago ese brindis con frecuencia, aunque celebrando por cosas menos trascendentes.
Si quieres y te quieren, ¿para qué complicar las cosas estérilmente?
O todo o nada, al menos a partir de cierta edad.
un saludo.

Anónimo dijo...

Si Archevolti tiene que también tener a alguien que le de el ejemplo de vida familiar por más que sea alto ,delgado ,canoso y atractivo.Eso se va con el tiempo en cambio la nueva vida -resultado del amor verdadero-la llena para siempre.
Mis saludos desde la tolderìa en que se ha convertido laREINA DEL PLATA.

Isabel chiara dijo...

Bueno, bueno, qué noticia para ambos, y que se lo tomen tan bien. En estos tiempos tener un hijo parece cosa de apestados, suena raro, y es una alegría infinita.

Está fenomenal que ambos sigan para adelante superando lo que sea con el único objetivo de ser felices. Me alegro. Y, aunque me gustan, deje los obituarios para más adelante, parece que estamos necesitados de historias tiernas y hermosas.

Yo preferiría una nena.

Un besote

Carlos Paredes Leví dijo...

Ana María Parente:
Usted, bien es sabido, tiene debilidad por el sr. Archevolti...éste tiene una relación que no sé muy bien cómo marcho (al lado de Fortunato siempre hay alguna mujer) pero me enteraré y le informo.
Si el amor es verdadero, llena para siempre. En esto coincido con usted. Un saludo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Isabel:
Yo también preferiría una nena, pero no se lo diga a nadie....como tampoco que, a mí, me encantan los niños y tengo vocación (tardía) de patriarca.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Buenos días Carlos,

he tenido suerte y he conseguido escapar del zulo, no sabe lo que me costó aburrir a esos rumanos y que me invitaran a irme jajajaja.

Vocación de patriarca!!, ya le veo seguido por una caterva de niños jajaja.

Un beso

Carlos Paredes Leví dijo...

Mavi:
Vocación de patriarca me lo dirá porque me hago viejo y me salen canas...
Me alegro de su escapatoria..

Anónimo dijo...

Carlos,

El factor tiempo no esta detallado en esta historia. No sabemos si han pasado semanas o años desde que Kalman y Liliana se conocieron.
Por eso le pregunto: fue este embarazo una sorpresa para Kalman y para Liliana?

Por el relato, parece como algo no planeado, cosa que contrasta con el perfil de ambos protagonistas, donde todas sus acciones tienen un objetivo y una intencion.

Saludos

Haim

Carlos Paredes Leví dijo...

Haim:
Tienes razón. La verdad estaba esperando que alguien me preguntara por esto (por el tiempo), ya que no lo especifiqué, a propósito, en el texto. Mi idea es que esto sucede a los cinco meses de haberse conocido.
Tampoco sucede el embarazo por casualidad sino como algo deseado, y no expresado, por parte de ambos. Ella relajó las precauciones y él no hizo preguntas al respecto. Los dos querían a ese hijo y jugaron con el riesgo y el azar para conseguirlo. Y la intención, estaba ahí....
Un saludo.

Claudia dijo...

Me encantó la historia, la manera de ella de "cerciorarse" de los sentimientos de él, y la encantadora respuesta de él.
Un beso.

Carlos Paredes Leví dijo...

Claudia:
Me alegro que te haya gustado y que hayas vuelto a reaparecer.
La verdad, tengo que confesar que sentí envidia de Kalman.
Un saludo.

Makiavelo dijo...

Para el sofá te aconsejo un postre:

Arroz con leche, o flan duhl.

Saludos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Makiavelo:
Sí, flan duhl con dulce de leche....
Un saludo.

©Claudia Isabel dijo...

Esta historia esta cerrando con un final soñado...me encanta!!!

Carlos Paredes Leví dijo...

Claudia Isabel:
Esta historia tuvo un buen comienzo y se cierra con un final acorde. Es, de alguna manera, esa relación que a todos nos gustaría protagonizar: sincera, valiente, en la que los protagonistas asumen con naturalidad lo que a otros provoca vértigo.
un saludo.