Se levantó bien temprano para recorrer a pie la ciudad. El rigor de la canícula, especialmente opresivo en el agosto de Tel-Aviv, le obligó a numerosas paradas con la apremiante necesidad de beber líquido. Sol inclemente y humedad era una combinación que acaso soportaran bien los autóctonos pero a él, procedente de la Diáspora, aquello le estaba matando. Aún así, no iba a desperdiciar sus escasos días en Israel dormitando en el hotel al alivio del aire acondicionado. Quería, no sólo recorrer las principales arterias de la ciudad, sino perderse por los barrios y por las calles secundarias, terciarias o cuaternarias para empaparse de la verdadera esencia de una localidad que, entre otras cualidades, contaba con la de ser la que tenía mayor número de edificios de la Bauhaus del mundo. A mediodía, sin apetito pero por hábito, se sentó en un restaurante cualquiera, donde comió schnitzel con ensalada y bebió vino blanco de Galilea bien frío. Tras el almuerzo, se dirigió a una terraza con vistas al mar para tomarse un té y contemplar la quietud del Mediterráneo. La línea del horizonte separaba dos azules lisos y uniformes, uno por falta de oleaje y bañistas y el otro por la ausencia de nubes. Con la vista fija en la lejanía, le invadió cierto ánimo filosófico que dirigió sus pensamientos a las vueltas que había dado su vida. De gris contable, a escritor de éxito, de abandonado por la mujer que quería, a viudo y después otra vez casado y padre de dos hijos. De Buenos Aires a Madrid y de Madrid a Ferrara, recorriendo esporádicamente todo el mundo para promocionar sus libros. Pensó que había familias que viven en un mismo lugar durante siglos y siglos mientras la suya llevaba la emigración y el exilio marcados a fuego en los cromosomas. Absorto en ensoñaciones y mirando el infinito, no se percató de que alguien se había aproximado hasta su mesa.
- disculpá, sos Fortunato Archevolti ¿no? – le preguntó con español con acento del Río de la Plata una muchacha con uniforme militar
El se volvió, confundido, y la miró con asombro, como si acabara de despertarse de un sueño y le costara asimilar estar otra vez en la realidad.
- sos Fortunato Archevolti ¿no? – repitió ella
- .... sí, sí – aseveró también con la cabeza
- ¿me firmás el libro? – le preguntó a la par que le extendía un ejemplar de su primera novela.
- Cómo no ¡ ¿cómo te llamás?
- Sandra, Sandra Moscovici
- ¿sos porteña?
- sí, de Villa Crespo
- ¿y llevás mucho por acá ¿
- ...un año y medio
Fortunato la contemplaba sonriente. Le fascinaba la imagen de esa joven, paisana suya y que casi podría ser su hija, vistiendo ropas del Tsahal y portando, ¡ lo que son las casualidades¡ (o no) uno de sus libros.
- ¿lo leíste? – preguntó sin poder contener por más tiempo la intriga que sentía ante una escena, en conjunto, tan llamativa.
- sí, ahora lo estoy releyendo.........y la verdad es que estoy descubriendo cosas nuevas...
- Entonces sentáte conmigo y me lo contás ¿qué querés tomar?Estuvieron charlando un largo rato, algo que nunca hacía con sus lectores que, de tanto en tanto se le acercaban a decirle los tópicos de siempre. Le sorprendió la madurez que encerraban sus palabras y la serenidad con que le miraban esos ojos verdes que lo hacían de frente y sin la menor timidez. A pesar de su temprana edad, esa chica había comprendido el verdadero significado de un libro que él había escrito con una finalidad terapéutica y que supuso el inicio de esa vida que siempre había deseado llevar y que ya pensaba jamás conseguiría. Trabajaba en una agencia de viajes, estudiaba arquitectura y colaboraba con algunas revistas literarias, donde publicaba sus cuentos con el pseudónimo de Sandra Taronji, en homenaje a cierto mallorquín con idéntico apellido y singular existencia que terminó ejerciendo de rabino en Tierra Santa. Una historia fascinante que Fortunato escuchó seducido por la precisión de la narración, la musicalidad de la voz y la belleza del rostro que tenía enfrente. Cuando se despidieron (ella debía incorporarse al cuartel para partir de maniobras al día siguiente) él le entrego su tarjeta, por si pasaba por Ferrara, y la promesa de que la recordaría cuando escribiera su próxima novela.
No mentiría.....esa noche misma no pudo dejar de soñarla.
lunes, 25 de junio de 2007
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58 comentarios:
Y qué hacía ella en el ejército?
Letra de mujer:
¿y qué se hace en el ejército?
Si trabajaba, estudiaba y escribía, en ejército, o perdía tiempo, o buscaba experiencias para luego escribir.
Estás ácido?
Letra de Mujer:
En Israel, el servicio militar es obligatorio y ellá no quería escapar a sus obligaciones con el país donde quería pasar sus días. Emigro movida por los ideales, no por pragmatismo.
Letra de Mujer:
Yo creo que entró en el ejército por algo que trasciende mucho más que buscar experiencias para escribir (esto sería demasiado egoísta). Pongámosle que lo hizo por la necesidad moral de aportar su granito de arena en asegurar una patria para los judíos.
Muy bueno el relato, y extenso, como me gustan :). Buen cambio para Fortunato en su vida,se ve que los cambios los lleva en los genes y en el nombre.
Las mujeres tb hacen servicio militar en Israel?
Leuma:
Gracias. Fortunato es un ejemplo viviente para aquellos que piensan que sus vidas no van a cambiar para mejor. Pero ya se sabe, pocos son quienes se atreven a materializar sus deseos.
El, comenzó repitiéndose a todas horas: "Soy mágico".
Sophi:
Sí, así que tú verás si solicitas la nacionalidad israelí...
Carlos, te he dicho ya que soy mágica???
Leuma:
Te creo, ahora sólo falta que tú hagas lo mismo. Ya verás cuando lo consigas...
Al igual que el escrito Fortunato, las descripciones y las vivencias hacen a la escritura mas misteriosa y cautivante.
Leer este cuento pudiendo ver graficamente e imaginando el rincon especifico trajo mayor satisfaccion a la lectura. Me senti casi entremedio de los dos personajes. De a poco, hasta pude escucharlos hablar.
Me pregunto que dedicatoria le dio al final.
Un abrazo... estuve perdido con el trabajo, pero regrese y no deje de sorprenderme.
un abrazo javer sheli!
No entendí que había emigrado, pensé que estaba de paso, por eso no me cerraba lo del ejèrcito.
No te calentés Carlos!
Benjamín:
Gracias. La verdad es que la dedicatoria vamos a tener que imaginarla, pero la próxima vez que vea a Fortunato le pregunto. Un saludo.
Letra de mujer:
No,no, no me calenté. Para nada....
La verdad es que la idea era que ella se había ido a vivir a Israel y eso llevaba consigo su incorporación al ejército....
Un saludo.
Por cierto, me parece que se me escapó otro amigo allá por tu blog.....parece que les gusta..
Buenos días!
Muy buen relato Carlos, por lo que parece Fortunato nos va a acompañar y a dar buenos momentos, me alegro, me cae bien y me gusta su optimismo y empuje para afrontar la vida.
Soy mágica, soy mágica, soy mágica.
A ver si con esto y aplicando la Ley consigo lo que quiero!!!
Besos, nos vemos ahora no?
Muy buen texto Carlos. Un abrazo a tí y a Fortunato. No sabía que era obligatoria la mili para las mujeres en Israel. Curioso. Nunca te acostarás sin saber una cosa nueva.
Recuerdos de Lebeche.
Mavi:
La verdad es que Fortunato cae bien a la gente porque consiguió lo que todo el mundo desea: cambiar su vida.
Tú sigue repitiéndotelo hasta que se te grabe en el cerebro.
Ahora nos vamos a ver menos...
La Mamba:
Gracias. Tienes razón, siempre aprendemos cosas (afortunadamente).
Saludos para ambos.
!Quien se lo iba a decir al bueno de Fortunato! A sus años y flirteando con militares...
Buen texto, Carlos. Como señala Leuma, generoso en la extensión, pero ameno.
Ijon:
Si se fija en las jovencitas, es señal inequívoca de que se está haciendo viejo....
Me salió así de largo, sin planearlo...
Te acabo de enviar un mail.
De chico soñaba con ser estrella de rock para conseguir chicas. Ahora que leo tu post creo que lo ideal hubiera sido ser escritor como Fortu.
Que decis?
Juan Pablo:
Digo que todavía estás a tiempo...jajaja
Las ilusiones de Fortunato son una inspiración, además ya estamos esperando sus historias.
Un abrazo
Peregrina:
Muchas gracias. Fortunato charla mucho conmigo y yo, no puedo contener las ganas de narrar algunos episodios de su vida.
Un saludo.
Te diste cuenta que si ponès Héctormann, todo junto, queda el nombre de un superhéroe??? Està hecho a propósito o es una apreciaciòn mìa?
¿Conocería a los Finzi-Contini en Ferrara? Eso me he preguntado.
Y.
¿Conocería a los Finzi-Contini en Ferrara? Eso me he preguntado.
Y.
Letra de Mujer:
La verdad, es que no había caído en la cuenta jajaja Es apreciación tuya que se ve sos más ingeniosa que yo.
Te recomiendo la lectura de "El libro de las ilusiones", del moishe Paul Auster. Es magnífico.
Se me están escapando personajes propios y ajenas hacia tu blog....no me va a quedar más alternativa que encerrarlos con llave.
Anónimo:
Conocerías su rastro, a través de "El jardín de los Finzi-Contini" de Giorgio Bassani. Los protagonistas de esa selecta familia, tuvieron un final trágico.
Si lées a ese gran escritor italiano, te aconsejo, aparte del citado, "La garza".
un saludo.
Siempre me pregunté de dónde sacan la inspiración los escritores. ME gustó verlo en este relato, y me gustarí leer la próxima obra de Fortunato, a ver como le sale..
Un beso.
Ni se te ocurra encerrarlos, como dijo otro moishe "dejad que los hombres vengan a mi" y yo le agrego: pero de a uno!!!!
Ahí colgué otra cosa, a ver si te gusta en qué derivó nuestro chat.
Mónica:
La verdad es que no sé de dónde la sacan pero leyendo algunas entrevistas, parece que tiene más que ver con el trabajo sostenido que con apariciones súbitas.
Me gusta que el bueno de Fortunato caiga bien a la gente.....¡es tan humano...¡
Un abrazo.
Letra de mujer:
Se las saben todas....si les encierro, abren no se como..con un alambre creo..
qué prolífica que sos...¡¡¡ Voy para allá.
Letra de Mujer:
tengo que confesarte que, este post, lo escribí tras leer el tuyo y quedar vagando en mi interior el nombre de Tel-Aviv.
A los que estamos de este lado de la página y somos románticos nos gusta que el proceso inspiratorio sea como el de Fortunato. :-)
Mónica:
sí, me lo imagino....y yo me incluyo entre vosotros.
Me alegro de verte reaparecer con esa foto sonriente.
Es sentimental y romántico Fortunato Archevolti o sólo me lo parece a mí?????
un beso cálido, como siempre.
Gabriela:
Puede ser....
Hoy, sin ir más lejos, iba caminando por la calle y se topó con un libro que le rogó se lo llevase a casa. "Amor de perdición", del portugués del siglo XIX, Camilo Castelo Branco.
¿Por qué lo eligió a él? ¿y por qué no? también podría haberme elegido a mí....
te devuelvo el beso
No se me ocurriría hacer la mili, ni aquí ni en ningún otro país
Es que un combinado de edificios bauhaus con unos ojos grláucos que se precien, es como para llevarse soñando toda la vida.
Un abrazo.
Siempre me ha sorprendido que el pueblo judio sea trasterritorial , independientemente de su ubicacion de nacimiento, son una nacion de personas dispersas en el mundo , ese sentimiento de Nacion unido por su cultura religiosa ,es creo , bastante singular en la historia ..la actiutud de la chica solidaria con su pueblo en el cumplimiento de labores civicas , me la ha recordado ...
Sophi:
Yo la hice, y no porque se me ocurriera a mí, sino a otros..
Gregorio:
la verdad es que sí....gracias y un saludo.
Peggy;
Gracias por tan bonito comentario. Un saludo.
Por qué los encuentros de Archevolti, la mayoría de las veces, quedan como inconclusos, como si uno esperara una segunda parte?
Letra de mujer:
buena pregunta....voy a preguntarle a él.
Nunca pensé que un rabino leería mis textos. Ahora sí que tengo vergûenza.
Letra de Mujer:
Nunca se sabe quién nos lee...
Pero te aclaro que no les debió de parecer mal, porque no me comentó nada al respecto...
Y como la soñaba?.....
Besos
Churra:
Ahí me has pillado....pero, yo aventuraría que no en un sentido estrictamente sexual. Que duda cabe que le atraía pero sobre todo admiraba el valor que ella tuvo al ser consecuente con sus ideales.
Un saludo.
Supongo que ese es el sueño de todo escritor, un sueño que un escritor no puede dejar de soñar...una bella mujer que le lea a través de las líneas y comprenda no ya lo que dijo, sino los contradictorios sentimientos y pensamientos que le llevaron a escribirlo.
Todo buen escritor busca su musa no antes de escribir, para inspirarse, sino después, para ver el reflejo límpido y luminoso, en un rostro bello, de su inspiración.
Germánico:
voy a mandarle este comentario tuyo a Fortunato, porque me parece muy atinado y a él le va a gustar...
Has dado en la diana ¡qué puntería¡
Tiré al azar....pero a veces la suerte se confabula con uno y se da en todo el centro....
Germánico:
no te creo; tu tienes una gran puntería....Cómo seas así para todo...jajaja
Lamentablemente para casi nada....
Germánico:
anda, no seas modesto...
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