domingo, 1 de abril de 2007

Pedigrí

Sentado en un banco de una plaza cualquiera disfrutaba leyendo el periódico. Un tibio sol primaveral se concentraba con mimo sobre mi espalda y mi cabeza, adormeciéndome y amenazando con distraerme de la lectura.
- Mimí, no molestes a ese señor - escuché a una voz que profanaba mi disfrute. Alcé los ojos y vi cómo una cuarentona se dirigía a un insignificante pequeño bulto con patas, en el que lo que más destacaba era un lazo color fucsia a modo de corona sobre su cabecita, entretenido en olisquear mis zapatos.
- ¿Le ha molestado? - preguntó la señora
- No, no, no pasa nada
- Se ve que a usted le gustan los perros...
Sonreí, asintiendo, y pensando que para ella era un perro lo que para mí era una especie de rata de pelo largo. Intenté retomar la lectura, pero enseguida me interrumpió:
- Mimí tiene pedigrí ¿sabe usted?. Su madre fue subcampeona de España
- Ah - dije, y volví a posar mis ojos en el periódico, con el deseo de que interpretara el gesto como una evidencia de que no buscaba enfrascarme en una conversación
- Es una perrita ¿sabe? y le puse Mimí en recuerdo a mi madre...
- Ah - volví a decir, alzando nuevamente la vista y conteniendo las ganas de decirle que me importaba un carajo la perrita, su pedigrí y su madre. En vano intenté continuar leyendo.
- Tengo que tener mucho cuidado y vigilarla. Aquí vienen muchos perros mestizos y no quisiera tener que encontrarme con un embarazo indeseable ¿sabe?. Así que no le quito ojo, y muchas veces, incluso la traigo con correa.
- Qué interesante - solté sin ningún entusiasmo, ya con el periódico cerrado y doblado.
Mientras me aleccionaba sobre los pormenores de los concursos de belleza para perros, en los que próximamente debutaría Mimí, una casualidad en forma de llamada telefónica a mi móvil acudió en mi socorro. La señora, se apartó unos metros para no escuchar mi conversación, pero nada más terminada se acercó nuevamente, con una sonrisa dibujada en la cara y la memoria refrescada sobre anécdotas de su roedor.
Ni siquiera le dejé abrir la boca. Me levanté del banco y la ataqué sin piedad:
- Discúlpeme señora, pero me tengo que ir urgentemente. Trabajo en la perrera ¿sabe? Y acabamos de recibir una remesa de perros con pedigrí a los que tenemos que exterminar sin demora.
Me miró espantada y, alarmada, cogió presurosamente a Mimí en brazos antes de salir corriendo.

33 comentarios:

Lebeche dijo...

Carlos: entiendo perfectamente al tipo del periodico. No puedo añadir nada más. Un saludo

pietrapómez dijo...

jAJAJA, con mala leche, como a mi me gusta!!!Joder, por un momento (antes de que fuera evidente que la señora hablaba de un perro) creí que era una mamá hablando de las gracias de su "pequeño" (esa especie también abunda por los parques).
Como Lebeche, también me solidarizo con el pobre tipo

El Castor dijo...

Anda que no estarían contentas mis perras si las preñara un mestizo....

Laura Otermin dijo...

Juassssssss. genial. Un beso

Chess dijo...

entiendo perfectamente al tipo del periodico.

Eh...me he dado cuenta después de unos cuantos post de Carlos, que vivo en mi mundo paralelo.

Yo pediría una orden judicial de dos kilómetros de distancia...y no precisamente de la mujer.

Carlos Paredes Leví dijo...

No hay ,Lebeche, nada como que quieras leer plácidamente el periódico y alguien te venga a joder imponiéndote una conversación inoportuna. Un saludo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Sí, Pietra, también hay niños que asemejan a roedores.
Saludos, flaca.

Carlos Paredes Leví dijo...

Hombre, Castor ¡; además de ser un hombre juicioso, tener sobrino y saber escribir, resulta que tienes perras....Dános detalles, que por estos pagos amamos a los animales.
Saludos, caballero

Carlos Paredes Leví dijo...

Gracias, Laura. La verdad es que los parques, al ser de entrada libre, son terreno abonado para que surja algún pelotudo/a con ganas de romper las bolas.
Un saludo. Me paso mañana por tu casa a ver las novedades.

Carlos Paredes Leví dijo...

Todo es ficción, Chesk, y como tal debe ser entendida. Te aseguro que no tiene nada de autobiográfico y que no soy peligroso en absoluto. De momento, ni siquiera tengo antecedentes...
Un saludo.

Anónimo dijo...

Vamos Carlos no disimules, seguro que tú eres el tipo del periódico. Qué cruel!!

Jaja, yo quizá no hubiera dicho la frase del final pero hubiera aprovechado la llamada para cambiar de emplazamiento jajaja.

Germánico dijo...

Fina ironía la del lector de periódico frustrado. Fina crueldad contra esa otra forma de crueldad encubierta que es abordar a un desconocido por la calle y obligarle a soportar una interminable parrafada sobre el monotema de uno.

Debo decir que, aunque yo no hubiera machacado a la señora con tan sutil y a un tiempo explícita frase, me habría alejado lo más posible de ella, después de intentarlo psíquicamente con algún "ah", físicamente con piernas raudas en pos de alguna urgencia pretextada (la urgencia de huir, realmente).

Ya tenemos bastante poco tiempo para disfrutar de la meditación y nuestro cuerpo (sintiendo el sol en el cogote o de alguna otra forma), para que venga alguien superficial y aburrido a machacarnos con sus particulares obsesiones y sus requeteconocidos y requetesuperados puntos de vista.

Carlos Paredes Leví dijo...

Buena idea la tuya, Mavi. A mí no se me habría ocurrido el cambio de emplazamiento sino, como al protagonista, la huída.
A mí me gustan mucho los perros, incluso los que no tienen pedigrí.
Un Saludo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Germánico: es que la gente tiene muy poca educación y saber estar, no depara en sutilezas y se excede en sus pretensiones sociales.
El otro día, iba corriendo (haciendo footing) con los cascos puestos y un pelotudo me detiene para preguntarme por una calle.´
un saludo.

Anónimo dijo...

A mi me gustan, en general, casi todos los animales, sobre todo mamíferos aunque algunos roedores también son de mi agrado jajaja.

A veces hay que huir jajaja

Germánico dijo...

Cuando yo hacía footing......(snif, que tiempos aquellos)...uno me intentó parar para preguntarme una dirección....y yo, que la sabía, le dije: "no sé" y seguí corriendo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Mavi; a mí los roedadores no me gustan y, las ratas, me dan miedo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Eso mismito hice yo, Germánico.

Anónimo dijo...

Pues yo de pequeñita tuve un hamster que era la mar de mono!!

Ijon Tichy dijo...

Quiero llamar la atención sobre un aspecto de la historia:

Si el tipo le larga a la señora lo de la perrera a la primera, estaríamos ante un borde maleducado.

Si una vez mostradas evidentes señales de su falta de ganas de entablar conversación, el lector sigue siendo asediado, la maleducada es la dueña de Mimí y tiene merecida la respuesta.

Carlos Paredes Leví dijo...

Bueno, Mavi, puedo transigir con lo del hámster....y con los conejos, pero no más.

Carlos Paredes Leví dijo...

Ijon: ¿y cuánto debe de aguantar uno antes de estallar? ¿tan educado hay que ser que tiene uno que joderse....?. El límite es algo muy relativo...

Anónimo dijo...

Carlos en ningún momento creí que lo fuera, supongo que te imaginaba enamorado de una persona así jajaja.

En cuanto a lo de que me marcho antes no es culpa mía, lo prometo, es vuestra, ¿habéis preparado ya mi regalo?

Besos

Anónimo dijo...

Quería decir "no te imaginaba"

Carlos Paredes Leví dijo...

Te he comprendido perfectamente, Mavi, y gracias.
Sobre el regalo y el papel de envolver, no nos acabamos de poner de acuerdo, pero no te preocupes que lo estamos debatiendo.
De momento, conténtate con nuestro ilimitado genio.

Ijon Tichy dijo...

El límite es relativo y subjetivo. Hay gente con más paciencia y gente más pesada.

En fin, en la situación descrita, creo que una vez declinada al menos en una ocasión pero de forma inequívoca la invitación al marujeo, el resto de educados "ah", son de propina.

Carlos Paredes Leví dijo...

Supongo, Ijon, que casi todos aguantamos más de lo deseado. ¿A quién no le pasó lo de ir en transporte público y escuchar la vida y obra de algún viejo (previo repaso de toda la familia)?.

pietrapómez dijo...

jajaja...ese último caso que dices, Carlos, es el pan nuestro de todos los curritos de la seguridad Social. Yo temo el momento de ir al médico de cabecera más que a un nublado precisamente por los pensionistas que van a echar la mañana charlando con el médico...En cuanto a lo límites entre lo cortés y el exabrupto, basta con tener un poco de empatía y ver con qué cara se dice el primer: "ajá". Insistir, ésa es la mala educación

Carlos Paredes Leví dijo...

Pietra: el secreto debe estar en ir con la hora justa...digo yo.

Kala dijo...

Ja, ja, ja, ya me imagino la cara de la señora al escucharte. Leyendo tu relato, me preguntaba cómo no te habías parado dejando a la señora con la palabra en la boca. Ya veo que le tenías reservada una "sorpresa".
Saludos.

Carlos Paredes Leví dijo...

Es lo que tienen los "héroes" de ficción, que siempre saben cómo actuar.
Me alegro de verte nuevamente por aquí. Yo pasé por tu casa pero no habías actualizado y no dejé comentarios.
Saludos.

Kala dijo...

Lo sé, ha sido difícil durante estas semanas, conectarme a Internet. Espero que esta semana la instalación del servicio quede lista y pueda volver a postear, y a visitar blogs con regularidad.
Además tampoco ha habido mucha inspiración, pero ayer escribí para los dos blogs y acabo de subir los posts.

Saludos también para ti.

Carlos Paredes Leví dijo...

Kala:
Me imaginé que habrías necesitado, por motivos terapeúticos (nuestras mentes y almas necesitan descanso de vez en cuando)desaparecer unos días para reinventarte....pero, eso no impidió que te echara de menos y me alegre tu reaparición.
Como habrás comprobado, puse tu enlace en mi blog...

Un saludo.
PD: Acabo de venir de tu casa.