lunes, 12 de febrero de 2007

Harto

Arrastraba los pies por la oscura casa con desgana, sintiendo una comedida ansiedad ante el lento e inexorable avance del tiempo. Había puesto un cd de Leonard Cohen, pero apenas escuchaba la música, transformada esta en un murmullo que asemejaba a la lejana y distante presencia de otros seres humanos en la casa. Nadie había entre sus paredes. Nadie en su vida. Abandonado por propios y extraños, ilusiones, esperanzas, expectativas e ignorado por el destino y su lacayo Azar, esperaba ese momento en que, envalentonado por algún subidon de adrenalina o un asomo de valor, pudiera tirarse por la ventana.

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