martes, 21 de abril de 2009

UN AMIGO DE MI ABUELO

Una mañana de primavera, poco antes del mediodía, me senté a leer el diario en un banco del Parque Centenario. Pasaba las páginas con parsimonia, entretenido en sesudos artículos de opinión y noticias varias hasta que, en algún momento, me percaté de que un individuo sentado en el banco de enfrente me observaba con insistencia. Era un hombre mayor, vestido con un traje oscuro y gastado, camisa blanca con los dos primeros botones desabrochados y unas zapatillas caras de cuero azul que parecían importadas. El pelo, canoso, lo llevaba peinado hacia atrás y le caía sobre una moderada melena lacia más típica de un cincuentón cancherito que un hombre de su edad. Tras este somero análisis, intenté concentrarme en la lectura, intentando no reparar más en él pero, enseguida me di cuenta de que esto no iba a ser posible. Sus miradas eran cada vez más insistentes, hasta tal punto que no pude aguantar más y me acerqué:

- Disculpe señor, ¿nos conocemos? – pregunté
- Nos conocimos – contestó para mi sorpresa, e inmediatamente añadió – vos sos el nieto de Alberto Baredes ¿no?
- Sí.. – respondí con cierta cautela
- ¿No te acordás de mí verdad? …..soy Abraham Zucker
- ¡Abraham Zucker¡ - exclamé maravillado de estar ante uno de los más grandes escritores argentinos del siglo XX quién, además, había sido amigo de mi abuelo paterno.
Unas cuantas décadas atrás, este hombre había irrumpido con fuerza en el panorama literario nacional al publicar, con apenas 22 años, su volumen de cuentos “El gaucho boleado”. Desde entonces, se convirtió en un escritor de culto y sus sucesivas novelas “La novia fantasma”, “Indicios y vericuetos”, “El negociante” y “Muertes paralelas” no hicieron más que acrecentar su fama, ocupando un lugar de honor en el Olimpo de las Letras argentinas. Por desgracia para los lectores, tras estos cinco títulos, desapareció del mundillo intelectual y se dedicó a regentar una farmacia heredada de sus padres en Caballito Norte. Desde entonces, su pluma sólo hizo una excepción, y volvió a alzarse tras el atentado de la AMIA, en un extenso y formidable artículo donde se cebó de modo particular en la policía y los periodistas mercenarios como Bernardo Neustadt, a quien tildó de cobarde y renegado.

Después de estrecharnos la mano, nos dirigimos a un bar cercano, donde tomamos unos vinos, me confesó que le habían agradado mis libros y me contó infinidad de anécdotas de mi abuelo, Borges, su íntimo amigo César Tiempo, Perón o Luis Sandrini. Sentí una sana envidia ante el relato de tantas vivencias ajenas de unos tiempos que se me antojaban fascinantes, y no pude reprimirme preguntarle por qué había dejado de escribir.

- Mirá, pibe, me quedé sin ficciones y me dediqué a vivir.
Me casé, tuve dos hijos; el mayor, que es médico y vive en Florida y una hembra, que trabaja de publicista en Barcelona….ni siquiera cuando enviudé tuve la necesidad de volver a escribir. Sólo lo hice con motivo de todas las pelotudeces que leí y escuché después de la voladura de la AMIA…..y es que nunca me banqué a los pusilánimes...
………………………………………………………………………………………
Yo, cuando escribía, no lo hacía por cuestiones terapeúticas, catárquicas, ni pelotudeces parecidas…..para mí, la escritura era algo lúdico, algo que me producía goce y satisfacción, hasta que pasó a convertirse en algo casi obligado y dejó de interesarme….entonces me abandonaron las historias y ya no tuve ganas ni necesidad de contar nada más……sobran escritores en el mundo

- ¿Y farmaceúticos no? – solté con intención

Estalló en una sonora carcajada y me acarició la cabeza como cuando era un chico y acompañaba a mi abuelo de visita a su casa.

- Hay mucha gente que piensa que desperdicié mi vida dejando de escribir y ocupándome de la farmacia de mis viejos pero te aseguro que nunca me arrepentí de la decisión tomada. Cumplí con la literatura escribiendo cinco libros y cumplí con la vida creando una familia. Ahora sólo me resta esperar el cumplimiento de mis días y la llegada del Malaj-a-Mavet (el Ángel de la Muerte).

Diez días más tarde, en el cementerio de Tablada y bajo una intensa lluvia, el hijo de don Abraham (Z’L) me hizo entrega de un sobre marrón y abultado que su padre había dejado para mí. Al abrirlo, me encontré con dos textos; un prólogo para mi próxima novela y un cuento titulado “El nieto de Alberto”.

34 comentarios:

ana dijo...

Por lo menos conversa con el autor de "El gaucho boleado"-bárbaro el tìtulo- sobre temas interesantes y no anda arriesgando su vida con pastillas para poder manejar dos camionetas de tracciones varias a un mismo tiempo.
Muy emotivo es poder conversar con alguien que ha conocido a nuestros antepasados.Ello es autèntico desahogo para el espìritu.

Arantza G. dijo...

Hay personas que no saben lo que es la mediocridad; un hombre fiel a sus ideas y propósitos al ver que le había dejado de interesar la literatura después de dejar testimonio de su calidad.
Hay que tenerlos...
Poca gente es capaz de hacerlo.
Esos escritores que después de un bombazo editorial, se recrean en su propia vanidad. Y nos siguen bombardeando con libros de tercera.
Y siguen teniendo éxito porque seguimos confiando que el próximo será "la leche" y volvemos a darnos de narices contra las tapas de una misma historia, una vez más recreada con los mismos ingredientes.
Escritores fieles a si mismos, con calidad y con una pizca de dignidad...van quedando muy pocos.
Madre mía que parrafada!!
Bueno, ya, me voy.
Besitos.

la cocina de frabisa dijo...

Me fascinan las personas con esa claridad de ideas tan aplastante.

Supongo que esa seguridad que se desprende de sus palabras es fruto de lo poco que ha dudado en la vida y la satisfacción que eso le produce.

Siempre me ha gustado meterme en la cabecita de los escritores a través de sus diarios o entrevistas y conocer sus motivaciones a la hora de escribir. Este hombre las perdió y no fue un drama, lo cuenta con serenidad.
Me ha gustado mucho este personaje, enhorabuena.

un beso

olhodopombo dijo...

Lindo Levi,,,
adoro estas historias,,,,

Carlos Paredes Leví dijo...

Ana:
Los amigos de tu abuelo son gente que, de algún modo, te vinculan con él y que probablemente lo han conocido mejor que tú.
Cómo verá, ni con Abraham da cabida hablar de viagra (y eso que era farmaceútico) ni con las gemelas de mi abuelo....
Un saludo.

Arantza G:
Hay escritores que se recrean en sí mismo, como personaje, a pesar de no tener ningún bombazo editorial ni ningún libro editado de calidad mínima. Pero ya se sabe, el orgullo brota hasta de la nada....
Abraham tocó la excelencia y luego decidió retirarse a otros menesteres. Como bien apuntas, la mediocridd no estaba hecha para él.
Un saludo.

Frabisa:
Quizás tuviera alguna duda, quizás no pero, el caso es que fue consecuente con su decisión y no se arrepintió de haberla tomado. Esto es meritorio, sobre todo en un mundo donde la hipocresía, la estupidez y la teatralidad campan a sus anchas...
A mí también me gusta enterarme de cómo funcionan los mecanismos internos de los escritores. Supongo que cada uno tiene sus propias y singulares motivaciones...
Un saludo.

Olhodopombo:
Me alegro que le gustara. A mí también me seducen estos personajes y estas historias.
Un saludo.

olhodopombo dijo...

Levi
estas historias me fazem sentir saudades dos avohs que não conheci,
as historias ouvidas de aventuras vividas por eles...deles...

ana dijo...

Deje de perturbar la tumba de su abuelo ,no sea insolente con su memoria.
Ya estoy pensando que su abuelito era muy picaròn y -que quizás de estar en vida-le hubiese gustado entrar en conversaciones interreligiosas con el presi-arzobispo de Paraguay.

olhodopombo dijo...

Levi,
chuvendo muito por aqui, adoro a chuva.
duas opções de leitura:
Ulisses, do James Joyce e
A Odisseia , do Homero...
que dilema, não sei qual dos dois
começar....
me da uma luz...

Carlos Paredes Leví dijo...

Olhodopombo:
Yo tampoco conocí demasiado a mis abuelos pero sé que tuvieron, sobre todo uno de ellos, vidas bastante agitadas.
Y yo también adoro la lluvia.
Un saludo.

Ana:
Mi abuelo materno era un tipo bastante peculiar, con muchas vivencias curiosas.
Un saludo.

TortugaBoba dijo...

Antes que nada decir que los comentarios de Ana María me encantaron, ya me imagino a tu abuelo pícaro, si no es así sácanos de dudas Carlos.
El relato es bonito, nada me gusta más que charlar con personas vividas, con experiencias a sus espaldas que hacen su conversación de lo más interesante. Si encima uno tiene complicidad con el interlocutor y tiene una cierta confianza, se puede escuchar con más serenidad y agradecimiento (por los recuerdos perdidos).Esas relaciones hay que mimarlas. Creo que la generación de nuestros abuelos es de las últimas interesantes, de las que dan para escribir libros y más libros. Bueno, hablo de mis abuelos Carlos, evidentemente tú eres muchíiiisimo mayor que yo :P ¿O no?
Beso.

TortugaBoba dijo...

Por cierto: Baredes, Paredes...

Carlos Paredes Leví dijo...

TortugaBoba:
Evidentemente, soy mucho mayor que tú pero no tanto como para ser más viejo que mi abuelo.....Para mí, aquellos eran años en blanco y negro, salpicados de episodios dramaticos pero también de otros llenos de magia. Por entonces, los personajes eran más interesantes que los actuales, con vivencias más destacadas, tanto en el aspecto cuantitativo como cualitativo, y no entro en detalles porque, de mi familia, no hablo.
Sobre lo de Baredes y Paredes es algo más comprensible para los judíos argentinos.

Un saludo.

PD: los comentarios de Ana siempre son buenos.

Remembranza dijo...

Esta es una de las publicaciones donde encontré textos con los que me vi muy identificada.
Mucha sabiduria la que otorga el tiempo.
Ya había hecho mi comentario y , como a veces pasa, no lo envie, por eso me enojé y recién ahora te comento Jaja!
Un abrazo

ana dijo...

Tortuguita ,es que en estas latitudes están los viejos increìblemente productivos.
Resulta que en Paraguay al arzo-presidente le llaman"Padre de la patria paraguaya"pués el hombre ha tenido una prole extraordinaria ,con distintas mujeres.
Parece que va a ser ahora mucho màs fácil unir a catòlicos con musulmanes .En cuestiòn de haren los arzobispos católicos están a la orden del dìa.
Por eso le digo a Carlos que a su abuelito materno le hubiera gustado tener "conversaciones interreligiosas" con un "reproductor"de esa excelencia.
Seguramente el hombre sería digno antecesor del escritor de CALI FORNICATION.
Si fuese por ese lado tendríamos hace rato unidad religiosa asegurada.

Makiavelo dijo...

En ocasiones revivir el pasado pude causar las bonanzas de un sueño reparador.


Saludos.

Makiavelo dijo...

En ocasiones revivir el pasado pude causar las bonanzas de un sueño reparador.


Saludos.

Miguel Baquero dijo...

Cumplí con la literatura y luego cumplí con la vida... Sería una lástima, joder, que ambas cosas fueran incompatibles y excluyentes, ¿no crees? Muy lúcido, en cualquier caso, el anciano.

Carlos Paredes Leví dijo...

Remembranza:
Me gusta eso que comentas. En cuanto a la tecnología, cada dos por tres siempre te la juega, no?
Un abrazo.

Ana:
Uno de los mejores amigos de mi abuelo materno era un cura pero, se entretenían en tomar vino y comer marisco más que en conversaciones interreligiosas. Mi abuelo era bastante descreído y poco amigo de los rezos. Le iba mucho más la acción que la oración.
Un saludo.

Makiavelo:
No está mal pensado eso...
Un saludo.

Miguel Baquero:
Sí, quise que el escritor citado diferenciara entre vida ficticia y vida real, entre plasmar la imaginación en palabras y, como dicen algunos "hacer la vida". Esta división explicaría mejor la claridad de ideas y prioridades del individuo.
Un saludo.

Remembranza dijo...

Ja, ja! tenes razón.
Un abrazo

TortugaBoba dijo...

Ana María, hasta acá nos llegaron las noticias de paternidad del nuevo mandatari Paraguayo: 2 nenes por ahora y subiendo. Encima un obispo o no sé qué grado en la iglesia exactamente, ex compañero de la curia del hombre en cuestión, dice que lo apoya (!). Madre, cómo está la iglesia. A saber cuántas criaturas va a tener este señor de repente (el dinero lo que hace, y el poder).
Carlos, ¿no hablas de tu familia? Cuéntame y ya hablo yo de ella en mi blog :)
Besitossssssss

ana dijo...

Yo me referìa a otro tipo de religión en la cuàl el arzobispo presidente y su abuelito-según su propia confesiòn-son expertos.
Esa religiòn NO TIENE ATEOS .
Tortuguita:van por seis hijos ese tenía sexteto por separado.

TortugaBoba dijo...

¿Seis yaaaa????
Madre mía...

Carlos Paredes Leví dijo...

Remembranza:
Gracias por tu sinceridad; me gusta eso de tener razón pero, al final, termina aburriéndome...
Un saludo.

Tortuga:
No, no, de mi familia sólo muestro alguna leve pincelada...
Un saludo

Ana:
Mi aubelo era más cuidadoso que el señor obispo, y no iba dejando un rastro tan notorio...
Un saludo.

Agustin Cadena dijo...

Es un relato precioso: redondo, terso, perfecto. ¿Tengo que añadir que me encantó?

Juan Pablo dijo...

Muy lindo tu texto. En lo que no estoy de acuerdo es en eso de que en aquellos años los personajes eran mas interesantes que los actuales. Ni en pedo. Había algún que otro excéntrico o algún misterioso como el escritor que describís, pero en general la gente era chata, apocada y aburrida, como los viejos de ahora. Y supongo que sería por la misma falta de inspiración que la incomunicación les brindaba. Ahora hay mucha mas creatividad y variedad en el común de la gente, y eso es lo que deberíamos de, al menos, reconocernos.
Ojo, esto es sólo mi opinión.

Un saludo, compañero.

Carlos Paredes Leví dijo...

Agustín:
Muchas gracias. Es todo un elogio, viniendo de un profesional de la escritura como usted...
Un saludo.

Pradero:
En eso no nos vamos a poner de acuerdo. A mí, me atraen más esos tiempos en blanco y negro que los coloreados de ahora pero, no deja de ser una opinión...
Me alegro que te gustara el texto.
Un saludo.

ana dijo...

No estoy muy segura de que su abuelito no dejase algùn rastrito ,mire que hasta una parienta mìa de apellido Levy es una excelente escritora al par del protagonista de esta historia.
Religiòn universal la de su abuelo,el protagonista del duplete y el santo cura .ESA NUNCA TUVO ATEOS O quines negaran el santo bautismo de cupido.

Carlos Paredes Leví dijo...

Ana:
Hasta donde sé, únicamente tuvo una hija fuera del matrimonio, y esto fue antes de casarse con mi abuela....
Shabat Shalom ¡

olhodopombo dijo...

Levi,
que tal o James Joyce?

©Claudia Isabel dijo...

CArlos, una historia muy cálida y entrañable, como suelen ser esas historias con personas que son casi personajes.
Me da mucho gusto volver y leerte!(Siempre estoy volviendo)
Un abrazo

Carlos Paredes Leví dijo...

Oldodopombo:
No siento especial fascinación por Joyce...
Un saludo.

Claudia:
Qué sorpresa volver a verte ¡. A veces la frontera entre personajes y personas reales es muy permeable. Tanto, que unos pasan a voluntad de un lado al otro.
Un saludo.

Isabel chiara dijo...

Qué placer Carlos, qué delicia de relato, dos personajes, uno que empieza a conocer y otro que ya supo. No sé qué decirte, sólo lo que ya sabes y hablamos a menudo.

Qué bueno!!!

Besotes

olhodopombo dijo...

Levi,
eu tambem não,
ele me parece um escritor muito chatinho....
e meio invejoso....

Carlos Paredes Leví dijo...

Isabel Chiara:
Bueno, te agradezco el comentario. Yo tampoco sé qué decirte....salvo eso que ya hemos tratado a menudo y en lo que siempre coincidimos...
Un saludo.

Olhodopombo:
Entre ud. y yo, le voy a decir que Joyce, me aburre.
Un saludo.