Hacía mucho que no escribía y olvidados quedaron sus tiempos de universitario. El servicio a la Patria y su familia coparon totalmente sus pensamientos y emociones, alejando cualquier necesidad de expresión literaria. A veces, en medio de algún operativo sentía ganas de escribir pero, eran pasajeras y únicamente válidas para contrarrestar algunos momentos de tensión y ansiedad antes de la acción.
Hizo falta que perdiera a su familia y que abandonara el ejército para que pudiera escribir porque , es bien sabido que, el arte se alimenta de nostalgias. Sin embargo, sus ganas chocaban con la perpetua pereza, apenas salpicada por períodos de febril actividad creativa en los que escupía sus saudades en forma de cuentos (también guardaba una inacabada novela), gambeteando al dolor y los mundanos asuntos que no satisfacían sus ansias existenciales. Era en esos días, en que se acostaba tarde y cansado cuando por su mente cruzaban argumentos felices sobre una nueva vida. Imaginaba su nombre: Yair Bensusán, en la portada de los libros, páginas de periódicos o títulos de crédito de películas israelíes. También se soñaba disfrutando de unas vacaciones con sus hijos, tan distantes y vendidos al dólar gratuito que les ofrecía su padrastro. Lástima que fuera un hombre lúcido, tanto que las visiones no duraban, sucumbiendo a la dañina acción de sus duendes internos, su yo fragmentado o lo que carajo fuera que llevaba dentro y que siempre le llenaba de dudas y parálisis. Si la realidad buscaba la liberación onírica, en su caso, se conformaba con bien poco; apenas un ratito.
Volver a escribir es lo que necesitaba, y sentía que tenía mucho para contar. A lo largo de su vida se habían sucedido las experiencias vertiginosas, a la vez que el resquebrajamiento de una conciencia apuntalada por principios que pensaba a prueba de cualquier fisura. Además, su tejido espiritual había cambiado con el tiempo, encaminándolo por la senda de los pensamientos desordenados y primando la emoción sobre el entendimiento. Con esto, un corazón roto y el alma llena de cicatrices, disponía de un rico bagaje para intentar la travesía por los campos de la narración. Solamente le faltaba otra cosa: una neurosis activante que prolongara sus esporádicos períodos de creación haciéndolos uno, desde ya, hasta el fin de sus días.
24 comentarios:
La literatura se alimenta de los yo fragmentados, los ratitos de liberación, la tortura de la emoción, el miedo al dolor... Yair sólo necesita empezar a contar, y cuando empiece no habrá quien lo pare. Hay espacios reservados para su fotografía en portadas, periódicos, películas. Las neurosis vienen solas ¿no es suficiente trastorno vivir en un mundo de ciegos, sordos y mudos?
Sr leví, un gran personaje, de altura.
Una buena mochila a la espalda, cargada de numerosas y variadas vivencias, son casi el único equipaje que necesita un escritor. La inspiración es impredecible, nada garantiza su permanencia diaria, pero si al asomarse le encuentra con la pluma en la mano, habrá muchas posibilidades de que escriba párrafos interesantes.
Un beso
Isabel Chiara:
Ya sabía que a usted le gusta el ex-capitán Yair Bensusán. Es un personaje cargado de aristas y con muchas cosas para compartir con quien quiera leerlo o escucharle.
Le vaticino, a él, un mayor protagonismo en un futuro cuento o novela.
Un saludo.
Frabisa:
Sí, hay muchas historias latentes en él y con ganas de salir fuera...
Un saludo.
Ya estoy buscando un rinconcito cómodo para comenzar a leer.
Un abrazo
Remembranza:
Se lo agradezco. Un saludo.
Ah! y tambien un rico cafecito aprovechando que hace frio.
Un abrazo
Remembranza:
ése oscuro néctar si que es mágico...
Yo creo que a Yair, una vez que escriba las primeras frases, le será imposible detenerse. Vividas tantas cosas y experimentados tantos sentimientos, le faltará tiempo quizás para terminar de contar sus historias.
Saludos.
Que sean dos entonces.
Un abrazo
Claudia:
Sí, eso es lo que él desea, que la neurosis le dote de la fuerza necesaria para entregarse a la escritura....yo, desde luego, esperaré ansioso sus historias...
Un saludo.
Remembranza:
El mío, sin azúcar..
Saludos, y gracias por la invitación.
Constancia y perseverancia, dos virtudes fundamentales y tan difíciles de mantener!!!
No le deseo suerte a su personaje, no creo que le sirva de nada, más bien desearle fuerza y empeño.
Besos!
Mavi:
Con frecuencia vale más la voluntad que el talento...
Un saludo.
Gi dijo:
El 90% de la suerte consiste, simplemente, en insistir.
Woody Allen
Anónimo:
Woody siempre dice cosas interesantes....
Gracias por el "consejo" y un saludo.
Me temo que es pedir demasiado...
Neurosis activante que prolongara los períodos de creación, hasta el final de sus días, por favor dígame la fórmula!
Saludos!
Sibyla:
Bueno, el caso es proponerse algo ambicioso, para rebajar siempre queda tiempo....
un saludo.
Yair Bensusán es mi personaje más querido de tus creaciones, y su historia, la que más me conmueve. Me alegro de haber encontrado esto aquí.
Dos saludos, Carlos :)
Raquel:
Gracias. Ahora estoy intentando adquirir fuerzas para escribir una novela sobre la vida del citado Yair. Ya veremos en qué queda todo.
Con su cuerpo atlético, sus cabellos canosos y ojos oscuros, además de una vida trágica y una mente bien amueblada (incluso tiene una licenciatura en Literatura)es altamente seductor.........
Dos saludos.
Hola Carlos,
Estoy segura de que tu novela sobre Yair será excelente.
Voy a esperar pacientemente :)
Raquel:
Váyase sentado, por si acaso...
Un saludo.
Que tu arte no se alimente de"nostalgias" es el más vehemente deseo de tu nueva amiga que te desea "con papelitos o sin papelitos":QUE CONCRETES TU FELICIDAD PRONTO.
Ana María Parente:
En eso ando....pero no depende de mí únicamente...
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