HARTO
Arrastraba los pies por la oscura casa con desgana, sintiendo una comedida ansiedad ante el lento e inexorable avance del tiempo. Había puesto un cd de Leonard Cohen, pero apenas escuchaba la música, transformada esta en un murmullo que asemejaba a la lejana y distante presencia de otros seres humanos en la casa. Nadie había entre sus paredes. Nadie en su vida. Abandonado por propios y extraños, ilusiones, esperanzas, expectativas e ignorado por el destino y su lacayo Azar, esperaba ese momento en que, envalentonado por algún subidon de adrenalina o un asomo de valor, pudiera tirarse por la ventana.
Mi madre cosía las obligatorias estrellas amarillas en nuestras ropas. Todos callábamos y dominábamos lágrimas de rabia y vergüenza. Hoy, pasados tantos años, sigo recordando lo que dijo mi padre: "No os preocupéis hijos, de esto no se muere".Pobre padre ! ¿de qué has muerto, entonces?
Atraído por desaparecidos personajes anónimos revestidos de tintes literarios, investigaba sus vidas para luego encerrarlos en carpetas y llevarles, de tanto en tanto, flores a la tumba y una apurada oración. No lo hacía por ellos, sino por él, en lo que de alguna manera se convirtía en una especie de rito religioso. Creía, sin aceptarlo plenamente pero intuyéndolo, que los muertos le darían la ayuda que los vivos le negaban.
14 comentarios:
Carlos,
Como que no hay relacion entre los textos? La muerte, en sus distintas formas, esta presente tanto en estos tres textos como en muchos de tus relatos.
Sigue la direccion del Oeste, es mas vital.
Saludos,
Beduina:
En realidad, estos textos son un rescate del pasado. Tengo uno nuevo recién sacado del horno pero, lo voy a postear mañana o pasado. Antes tengo que dejarlo madurar.
Me alegro de verla otra vez por aquí.
Por cierto, mi padre conoció a un judío catalán apellidado Ballantines.
Un saludo.
Carlos, esta visto y comprobado que no se te puede dejar solo, en cuanto uno se descuida te da por aporrear el ordenador y te dedicas a la siembra indiscriminada de letras. A este ritmo la novela la vemos publicada antes en el blog que en las librerías.
Aunque pongas que no tienen relación entre sí, podrían tenerla si quisieras, desde luego eso es cosa tuya.
Hubo una serie que nunca la he visto terminar aquí en España pero que resultaba muy creativa -“A dos metros bajo tierra” – Si no la conoces, procura verla, sugiere mucho.
Muy bueno este estilo apocalíptico y mediúnico.
Saludos.
El tercero es bueníiisimo, bueno, los otros dos también, sólo que lo que tiene el tercero nolotien losanter, porqu elposterio es bueno pero másque loque los otr
PUM!
Makiavelo:
Yo escribo cuando ando inquieto, y en estos momentos, convivo con un montón de inquietudes. Escribir es la mejor manera que tengo de combatir la neurosis (siempre tengo una importante y algunas secundarias....).
La serie ésa me suena, pero nunca llegué a verla. Estaré atento a su próxima emisión.
Un saludo.
Juan Pablo:
Me alegro que le gustara el tercero. La verdad, siempre es un misterio porqué contamos ciertas historias....¿no cree?.
Un saludo.
A mí también me gusta el tercero, y me recordó esa obsesión por visitar cementerios donde residen los ídolos que nunca seremos. Quizás por eso, por oírles hablar y dejar que nos cuenten los trucos para superar trances inoportunos. Yo visité a unos cuantos en Westminster, y en Père Lachaise, y en...
Aunque hay veces que algunos de los que creemos muertos sólo están dormidos y hay que achucharlos para que despierten. Esos son los mejores.
Veo mucha relación entre sus textos, pero me falta uno para compensar tanta aridez, y es el paisaje de la vida.
Un saludo, está usted sembrao
No entiendo lo de Ballantines. Yo conozco un whisky con ese nombre.
Saludos,
Isabel Chiara:
Visitar París y no acudir a Père Lachaise o algún otro cementerio, es imperdonable....
Me estoy acordando de aquél mendigo que al ver la imponente sepultura de los Rothschild exclamó: ¡Esto sí que es vida¡.
A mí, en Madrid, me gusta visitar un pequeño cementerio británico (siglo XIX)donde se acumulan tumbas no católicas, ya que hacía las veces de cementerio civil, o algo así. En él, por ejemplo, está enterrado quien fuera jefe de la comunidad judía madrileña a principios de siglo XX y uno de los fundadores, entre otras cosas, de la editorial Aguilar: Ignacio Bauer Landauer.
En el mismo cementerio hay militares británicos, algún príncipe ruso y algún conde polaco, etc.
Un saludo.
Beduina:
A eso me refiero, que hay un whisky con se llama así pero, uno ni se imagina a un judío con idéntico apellido....
El azar viene si queremos ......hay que buscarlo.Extraordinarias letras como siempre .
Peggy:
El azar no existe.....son los padres.
Un saludo.
EXTERMINIO Y ALGO QUEDA.10 Y MENCION ESPECIAL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Ana María Parente:
Gracias por la nota....¡
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