Con una copa de oporto en la mano y mirando reflexivo el horizonte de casas bajas y edificios no muy altos que daban cuerpo y color al barrio de su infancia, Fortunato se aferraba a la suposición de que el universo tiene un fin preestablecido y nada ocurre por mera casualidad. Convencido determinista, había desistido en su afán por predecir los acontecimientos de su vida en virtud del análisis de supuestas señales que rara vez conseguía distinguir. Eso quedaba para los visionarios y él, fuera del manejo de las palabras, no gozaba de dotes de taumaturgo, aún cuando algunas mujeres quisieron convencerlo de lo contrario. Si así fuera, mejor le habría ido y no se habría enamorado de la Innombrable, enviudado de su primera esposa y separado de la segunda.
Ahora, las ruedas del Destino lo habían traído de vuelta a su querido Buenos Aires, donde esperaba poder volver a escribir, poner su alma en barbecho y adquirir los mecanismos de defensa necesarios para no volver a sucumbir a perturbaciones morbosas como las que le hicieron recaer con la Innombrable y destrozar su matrimonio. Echaba de menos a Gabriela, los niños y los perros pero sabía que lo mejor para todos era este alejamiento obligado. Estaba mutando y sólo esperaba que no terminara convirtiéndose en un monstruo. Por eso, por miedo, buscó refugio en un lugar conocido, dónde sus padres se habían establecido escapando de Mussolini y dónde él había nacido, para que le sirviera de sustituto afectivo a lo que acababa de perder.
Hacía cuatro meses que había aterrizado y, desde el principio, las cosas marcharon de modo inesperado. El reencuentro con viejos amigos, la ansiada lectura de libros que en Europa no conseguía y los cotidianos paseos por calles anheladas desde la lejana Italia, fueron factores que ayudaron sensiblemente a exorcizar el desasosiego y la soledad, reconciliándolo con la vida y permitiéndole colorear un cuadro existencial que pintaba oscuro. Pero, por encima de todos y adquiriendo una creciente influencia en la vida de Fortunato, se alzaba Lucía, Lucía Pruss, a quien había conocido hacía seis años, tras una conferencia que le tocó dar en la Facultad de Filosofía y Letras en el curso de un viaje promocional por Argentina. Desde entonces hasta ahora, sólo se habían visto en un par de ocasiones. La primera, en Italia, cuando ella lo visitó durante unas breves vacaciones y la segunda nuevamente en Buenos Aires, donde él había acudido a la presentación mundial de una de sus novelas. A lo largo de esos seis años, mantuvieron un irregular intercambio de mails y ocasionalmente se cruzaban alguna carta. Nada hacía presagiar el derrotero que estaba tomando su amistad, aún cuando sentían una pulsión interior que les empujaba a una mayor intimidad. De poco servía que la envolvieran con una vaporosa cautela, como si quisieran convencerse de que no podían permitirse “equivocaciones”, porque su relación avanzaba sin fricciones, sin juicios ni sentimientos de culpa. Él la invitaba todos los viernes a cenar en su casa y, en coche, la devolvía a su domicilio de madrugada. Al día siguiente ella reaparecía temprano, desayunaban juntos y se acurrucaba en el sofá a leer algún libro mientras él se demoraba en la cocina elaborando algún elaborado plato de cocina italiana. Los domingos, desayunaban fuera y tras pasear por algún parque y comprar libros, descubrían nuevos restaurantes. Esta rutina, afianzada en el fin de semana, pronto se vió amenazada por la urgencia y la necesidad de verse más a menudo, pasando a convertir el binomio café y paseo en un ritual de imposición casi diaria. Sólo les faltaba el sexo pero, ya llegaría, porque su cacareado “Somos amigos” nadie lo creía.
Aviso: Este post está publicado en simultáneo. La otra versión de la historia puede leerse en LALUZ
Otros posts relativos a Fortunato Archevolti, fueron publicados en las siguientes fechas:
25 de abril del 2007, 20 y 28 de mayo del 2007, 11 y 25 de junio, 24 de julio, 9 de agosto, 3,5 y 18 de septiembre, 14, 20, 23 y 27 de ocubre y 14 de noviembre de 2007.
jueves, 13 de marzo de 2008
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39 comentarios:
Vengo de Luz, de leer la otra versión.
Y no, Leví, a eso de que "somos amigos", al menos acá en Argentina, nadie se lo cree!!!
Como le dije a su co-equiper, la dupla: corazón/razón, y uds. escribiendo juntos está más que buena.
Felicidades.
El Nombre:
Ya sab�a yo que eso de "somos amigos" no iba a colar, ni en Argentina ni en la Conchinchina.
Le confiese, aunque lo habr� sospechado, que la idea de escribir estos posts simultaneados, fue de ella.
Un saludo y gracias.
Carlos,
qué bueno, es la primera vez que veo a Fortunato tan contento, tan sincero y tan real. Me gusta esta mutación de Fortunato.
Y ya le dejo que me voy corriendo al blog de nuestra "amiga" a leer la versión femenina.
Besos.
Mavi:
La verdad, es que no deja de llamarme la atenci�n la buena acogida que siempre ha tenido Fortunato. Es un individuo simple en su complejidad o complejo en su simplicidad, que a�n no termina de conocerse a s� mismo.
Un saludo.
Ahora viene la parte en que nos tiramos con flores: Qué bueno le quedó, Paredes! Qué bien está escribiendo! (digámoslo entre nosotros al menos, ja!)
jejeje, me voy a repetir.
Tiene su encanto que se narre una historia de amor en la que el sexo, ese fácil y universal recurso, esté ausente. También lo tiene esta simultaneidad con la que nos mostráis las dos caras de esa relación que se va formando, la evolución de ambos interesados en confluencia inconsciente.
Laluz:
Le agradezco sus lisonjas, querida colega. Sin �nimo de querer caer en la imitiaci�n, pero no me queda otra, me gustar�a decirle que ud. cada vez escribe mejor. �Para cuando una novela?. Cualquier cosa, me avisa y la escribimos conjuntamente...
Un saludo, literata.
Germánico:
Yo, de mayor, quiero ser un individuo tan sesudo como ud.
Un saludo, Maestro.
Hacía tiempo que no sabía de las correrías del señor Fortunato, pero me place ver que sigue su evolución, que no se atascó en venganzas contra innombrables ni se resignó a la soledad compartida con Gabriela. Será en el regreso a su ciudad donde encuentre su sitio?
El mundo cada vez se hace más pequeño, y como dice la canción ..."la vida te da sorpresas..." resulta muy interesante el experimento.
El texto tan bueno como siempre, Tanto el de ÉL como el de ELLA, la señora LALUZ.
Saludos maestros, de seguir así montaran ustedes una escuela.
Que agradable sorpresa. La historia del amigo Fortunato continúa en versión Rashomon.
No sé. Quizás ni siquiera con esta ayuda desvelaremos el fondo del personaje.
Confieso que no leido aun todos los posts, pero me sorprende la fijacion del personaje (o del autor?) con el oporto.
Ideal para tortas !!!
Pietra:
Interesante su observaci�n final.....s� tal vez sea eso y quiz�s por eso mismo, a Fortunato le sucedieron las cosas que le sucedieron. O no.
Saludos y me alegro de verla nuevamente por aqu�.
Makiavelo:
Es usted un exagerado....¿No tendrá, por un casual, genes andaluces?
Un saludo y a ver si un día nos tomamos unas cervezas y unos moluscos en Los Caracoles.
Ijon Tichy:
Nadie puede adentrarse en el alma de otro....(juro que no es de Pablo Coelho)
Un saludo.
Marcelo Levit:
POr sus palabras deduzco que desconoce los beneficios del oporto. Le avanzo que su ingesta lleva consigo cierta tendencia inmediata al pensamiento reflexivo y la metaf�sica. A otros, por contra, los estimula sexualmente.
Y no me diga eso de que el oporto.
Un saludo.
Leví, Fortunato merecía una mujer como Lucía, una estabilidad emocional, un reencuentro (que en este caso fue doble, la amiga y la ciudad)después del atracón de innombrables, esposas despechadas, niños y perros.
Y observo que le ha transmitido a Ud esa alegria, la ilusión y la esperanza. Se le nota en el magnífico relato que nos ha hecho de las andanzas de Fortunato.
Enhorabuena a los dos (yo lo presentía).
Un beso
Pd: Estoy recogiendo del patio un buen cesto de flores, considérelas echadas.
Isabel:
Y qu� le hace a usted suponer que existen afinidades entre Fortunato y yo? S� es cierto que somos amigos pero, �l, es m�s alto que yo, tiene casi todo el cabello canoso y publica libros. Por eso cualquier parecido entre ambos, corre por cuenta del lector...
En fin, ya sabe usted que me gustan estas elucubraciones y liar la madeja de mi vida con la de los personajes.
Un saludo y acepto encantado esas flores.
Mi abuelo también marchó de Italia por el Innombrable.
Lo de la altura de Fortunato no lo tengo muy controlado, las veces que le he visto a Ud o estaba sentado, echado en un automóvil, de medio cuerpo, o... y así no hay quien tome las medidas. Pero parece que Fortunato ha encontrado la luz en los ojos de Lucía, y ese dato es revelador.
Maestro, me recordó al halcón peregrino y al famoso lince. Carlos, paso a detallar mi árbol genealógico: mis genes son un cóctel de buen ribeiro, tinto de verano, tequila, saque, gazpacho andaluz y té moruno (acuérdate del nombre de uno de los protagonistas del Ojo biónico, Ahmed).
Estoy gustoso por la invitación, yo pensaba hacerlo pero te has adelantado, he de ganar tiempo tanto en el laboro como en casa y preparar una coartada que resulte coherente para ambas partes ya que me tienen controlado hasta los minutos; ejerzo como un vulgar esclavo desde muy temprano hasta muy tarde todos los días de la semana, incluso hasta los weekends.
Saludos.
Isabel Chiara:
Hace poco, alguien me contaba que, con su padre, sol�a visitar la tumba del matem�tico Beppo Levi, quien vivi� y muri� en Rosario (Argentina).
Yo no soy alto y Fortunato s�.
Makiavelo:
Pues sí que tiene usted mezcla....sólo le faltaba una ascendencia flamenca pero claro, en tal caso, sería Makiabélgico ¿no?
En cuanto a las cervezas, quedo a su disposición.
Un saludo.
Bueno fortunato , ya le echaba de menos , y con nuevos proyectos .Otro amor ? este hombre es incansable , que pena que desterro ala imnombrable me gustan las perversas .
kiss
Peggy:
La verdad es que hac�a tiempo que ven�an demand�ndome la presencia de Fortunato, y sobre la Innombrable, no descarte usted que vuelva a hacer acto de presencia. Las perversas dan mucho juego....
Saludos
PD: cuando veo los carteles sobre la exposici�n de Modigliani, en los andenes del Metro, me acuerdo de usted..
Vengo de laluz, buscando la simultaneidad, todo tengo que decirlo, ud estuvo mas pasional, letras inquietas que buscan su sitio y lo encuentran, sentimientos atropellados que tienen fuerza suficiente para alinearse ellos solos, y un fondo muy de cuento de hadas... algo especial...
Me alegro por la ese cruce de perspectivas entre la reina de la pluma, y aquel que la honra.
Ya nos se si es ficción, realidad, o lo que sea, pero les quedó muy bien a dos bandas. Y es que a dos bandas, siempre resulta todo mas facil..
Delirium:
Me alegro que le haya gustado este juego a dos bandas. La idea, como no pod�a ser de otra forma, sali� de ella y yo, como de costumbre, la acept� gustoso. S� en sociedad, algunas coas resultan m�s sencillas.
En cuanto a los textos, yo siempre escribo ficci�n (quitando alguna puntual excepci�n) y cualquier rastro de mi persona en mis personajes, lo dejo a la imaginaci�n del lector de turno.
Un saludo.
Y digo yo...¿Qué hacía devolviéndola de madrugada a su domicilio, si después ella, reaparecía temprano para desayunar juntos?. No le podía hospedar Fortunato en el cuarto de invitados?, así evitaban malgastar tiempo y energía.
Creo que están a un pequeño paso de dejar de ser "Sólo amigos"...
Se ha ganado una copa de oporto,
tómela a mi cuenta!
Sibyla:
Su pregunta es muy certera. Yo mismo me la hice varias veces....pero tenga en cuenta que a�n quer�an autoenga�arse con eso de que son amigos y durmiendo ella en el cuarto de invitados, la tentaci�n estar�a m�s cerca, demasiado al alcance....
S� eso de "s�lo amigos" ya no se sostiene y en cuanto a la copa, brindo a su salud.
Un saludo.
Andá Carlos. A seguir los pasos de ese alter ego tan suyo.
Un saludo, maestro.
P.S. Yo de mayor TAMBIÉN quiero ser tan sesudo como Germánico (añado) y tan cachondo como Juanpablo :)
CoroneL:
Mi Alter Ego ? Pse, qu� quiere que le diga...?��� Yo no dir�a tanto...
Yo, me adhiero a esos deseos suyos.
Ahora que caigo ¿es ud nieto de Beppo Levi?
Isabel:
Pues va a ser que no...
Aunque no se entienda, es difícil, pero puede existir lo de amigos entre dos sexos, aunque es algo excepcional y con poco compromiso. Se puede dar a través de la relación entre profesionales, por ejemplo, o trabajadores. Pero es difícil de creer, ya lo creo. De todas formas, es una forma de narrar estupenda.
Mart�n:
Coincido con usted, �se tipo de amistad es bastante dif�cil de mantener, incluso de establecer, al menos para m�.
Un saludo.
Prosa argentina si las hay, Carlos. De casualidad me encontré con tu blog. Seguiré visitándote.
Saludos desde Buenos Aires.
Adri.
Adriana:
Yo no creo en las casualidades (como el personaje, soy determinista) pero, en cualquier caso, te doy la bienvenida.
Pas� por tu blog. Dada la extensi�n de tus textos preciso de m�s tiempo para opinar. Retornar� con prontitud.
Un salido
Yo Creo en la amistad entre el hombre y la mujer.
Un saludo.
Pd, en realidad quisiera hacer otro tipo de comentario, lejano por cierto al que hice, pero visto que llegué tarde y hoy está usted homenajeando a un fallecido me guardaré la opinión para mejor ocasión.
Ahora sí, un saludo.
Juan Pablo:
Si existe atracci�n f�sica, yo no creo en ese tipo de amistad....
Un saludo, compa�ero. Le echaba de menos...
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