viernes, 21 de marzo de 2008
Resignado
Estaba sentado a la mesa de un bar de calle Charcas. Lloviznaba, por la calle los vehículos circulaban cansinamente arrastrando una molesto contagio de bocinas y su cerveza amenazaba con calentarse en el prolongado reposar en la copa. Con éste contexto y el local llenándose con la entrada de fugitivos de la lluvia, Jaime Tabori pensaba en la vida y en un posible orden que, profundamente, anidara en ella esperando a que alguien lo descubriera. Desde luego, él no iba a ser el elegido. Tenía más de cincuenta años y su existencia hacía tiempo que había dejado de pertenecerle, como si una inicial contradicción en el planteamiento de los términos de la misma le hubiera encaminado en una inercia sin sentido ni finalidad alguna. Siempre que se adentraba en profundas reflexiones, terminaba pensando en sus padres. Antal Tabori y Erica Farkas, habían llegado a la Argentina huyendo prematuramente de la barbarie que años más tarde sumiría a su país en gas y sangre. Ambos pertenecían a la burguesía de Budapest y coincidieron habitualmente con personajes como Ladislaw Biro (con quien se reencontrarían en Buenos Aires años más tardes), Zsa Zsa Gabor, Béla Zsolt o Antal Szerb, en la Hungría de primeras décadas del siglo XX. A Jaime, le gustaba recordar la elegante y sobria belleza de su madre o la cara que adquiría su padre cuando alguien, en virtud de su acento al hablar en castellano, lo creía alemán. Ellos se tuvieron el uno al otro, y un único hijo que, incapaz de imitar ese equilibrio emocional no logró casarse ni formar una familia en vida de sus progenitores, como si en su subconsciente hubiera anidado una fuerza que le arrastrara a un deseo de fracasar, de aspirar a no trascender y divergir, dolorosamente de las expectativas en él depositadas. Ahora, cuando ya no debía demostrar nada a nadie y su vida le arrastraba habitualmente hasta estos instantes, soportaba estoicamente las cuchilladas de la culpa y la memoria, mientras pegaba otro sorbo a su cerveza y repetía para sí “Es lo que hay”.
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40 comentarios:
Por el momento, después de solamente una leída, te comento que me impactaron fuertemente dos cosas: Una, ese contraste de un Jaime entregado a "lo que tenemos" versus la fortaleza espiritual de sus padres que tuvieron que tomar una decisión drástica para sobrevivir. Parece como si ellos hubieran absorbido toda la energía disponible y Jaime hubiera quedado suspendido en un limbo.
Segundo impacto... la mención de los húngaros... el martes pasado a la noche, conocí a Mariana, la hija de Ladislao Biro.
Me encantan estas conexiones, Carlos, y tu relato me gustó mucho.
Saludos de Renata y míos :)
A veces lleva muchísimo tiempo admitir que uno mismo se ha construido laboriosamente una red y se ha atrapado en ella. Es difícil, es doloroso, porque es admitir que uno es el que tiene la culpa y decirse a sí mismo: sí, soy un reverendo pelotudo (o pelotuda, en mi caso).
La aceptación de Tabori (magnífico nombre, por cierto) a su incapacidad para tener el equilibrio emocional que el destino aparentemente le tenía reservado es su mayor defensa hacia la obligación heredada de unos padres brillantes. "Esto es lo que hay" es una bofetada a todo lo que de él se esperaba, y las cuchilladas de culpa y memoria son posiblemente veleidades que se disuelven en la espuma de la cerveza.
Cruce de pensamientos: llevo días preguntándome qué es birome, y el Sr Biro ha resuelto mi duda.
No sé por qué pero leyendo su relato me venía a la mente Dublineses. Será porque en un instante tan pequeño se puede decir tanto.
Un beso
Raquel:
Qu� curioso que hayas conocido el otro d�a a la hija del sr. Biro...
En lo referente a Jaime, es como si en su interior anidara una pulsi�n que lo hiciera diferente de sus padres. A lo mejor, resulta que casi todos nuestros actos est�n relacionados con la educaci�n y �l, Jaime, se rebela as� contra el exceso de mimo y protecci�n recibida. No lo s�.
Dos saludos.
Adriana:
Sí, pero él, a la edad que tiene, posee la lucidez suficiente para darse cuenta que no puede escapar de la telaraña en que está prendido. Por culpa suya o de quién sea....Eso sí, quizás, y aquí estoy aventurando, le quede un atisbo de esperanza porque ya se sabe qúe ésta, es lo último que se pierde.
Un saludo.
Isabel Chiara:
El señor Biro vivió en Argentina (su condición judaica no le garantizaba una prolongada vida en el continente europeo)en una época en la que individuos brillantes buscaban refugio o un mejor horizonte por aquellas tierras. Hoy en día, esto no se da tanto y sólo conozco a Fortunato Archevolti y a mí mismo que estemos deseosos de pasar allí un buen tiempo (aunque aventuro debe haber alguien más).
Un saludo.
Maestro, todo esto me parece profético.
En cuanto al muchachito de las cincuenta primaveras se revele contra el orden establecido es común a todos los mortales, no porque él haya llegado a esa edad se ha de considerar viejo, tiene una madurez intelectual que con quince no tendría.
Respecto al valor, eso sí lo ha de sopesar en silencio, un ejemplo: me maravilla que Ayala, a sus años -todo un siglo- siga siendo un niño, pero más lúcido. Maravillas de la naturaleza.
Nada de lamentaciones. A lo hecho, pecho. El texto es sabrosón.
Saludos.
Makiavelo:
Le estaba esperando, compañero, ya que le acabo de ver por otro blog amigo en otra historia con húngaros de por medio....
El tipo es lúcido y eso no sé si, en su caso en mejor o peor. Seguro que habría sacrificado su existencia con tal de haber dado nietos a sus padres y perpetuar el significado de esa escapada de la muerte en una cadena vital de largo recorrido....
Sí, a lo hecho, pecho. Sus padres ya fallecieron y a él no le queda otra que afrontar los días que le restan.
Un saludo.
Aventura bien amigo,por allí se ve que le esperan, y no crea, que una está ya hasta la gorra de la tierra de María Santísima y no le vendría mal cambiar los aires andaluces por otros más buenos.
Voy corriendo a por una birra para decirme a mí misma: es lo que hay
Isabel:
Claro, lo malo es a ver cómo hago que deseo y realidad convergan en un mismo punto...
Tómese esa birra porque como bien reza el dicho: una cerveza en Sevilla, es una maravilla.
Saludos, y gracias.
Carlos, Hay tanto gen suelto dando vueltas, que seguro en cualquier otro continente puede aparecer el nieto.
En cierta ocasión, viajando en autobús, me quedé perpeplejo porque un par de asientos por delante iba yo mismo con una voz diferente. Ignoro de donde procedía aquel individuo pero éramos iguales.
Saludos paradójicos.
Makiavelo:
Sí, estoy seguro que todos tenemos un doble en alguna parte, como si fuéramos dos soluciones de una misma ecuación. El mío debe andar por Nueva Zelanda. O no.
Saludos.
A mi doble (que vive en USA) lo han apodado Pitt, Brad.
El texto me dió pena Carlos, sin embargo, sonreía mientras leía. Que curioso...
Un saludo, capo.
Mientras no perdamos el sentido del hunmor estamos salvados.
Juan Pablo que bueno que naciste rico.
Juan Pablo:
Ya decía yo que el fulano me sonaba a alguien.....
Sí, es curioso pero, la pena y la sonrisa no están siempre reñidas.
Un saludo.
Makiavelo:
Sí, jodidos pero salvados.
¿Saben que Brad Pitt es en realidad Carlos Jesús de Dos Hermanas, también conocido como Micael?
Permiso Charles,
Brad Pitt tiene olor a sobaco. Lo dijeron muchas veces en distintos medios. No sé si la versión platense haya venido mejorada...
(Hasta la Aniston habló del hedor axilar del rubicundo).
By the way, cariños para todos:)
PD: ¿Fortunato no pasó por aquí? Yo no sé nada de él desde anoche.
Isabel:
Carlos Jesús es de Dos Hermanas ?
Raquel:
Sí, ella habló mal de él pero cuando se separó. Hasta entonces, no había dicho nada del olor axilar de su pareja....
No sabe nada de Fortunato desde anoche ??.
Nacido en Dos Hermanas, aunque emigró con 17 ó 18 años a Martorell, donde trabajó en la factoría Seat, hasta que un accidente laboral nos lo devolvió. Una vez instalado en la casa materna decidió sacarse el carnet de vespinos y lo suspendió una quincena de veces, por lo que entró en depresión profunda ya que el vespino (o amotillo, como se dice en la tierra)era el único medio de locomoción que tenía para ir a trabajar al campo a recoger cosas (supongo que tomates, lechugas y eso). Ante la incapacidad de aprobar el teórico, decidió vivir al margen de la ley y circulaba indocumentado hasta que la benemérita lo trincó y tuvo que sacudirse del ala cinco mil pesetas. Fue en ese momento decisivo de su vida que apareció Micael y vio la luz.
Isabel:
Una biografía apasionante...
Yo, si lo llego a saber antes, ni renovaba mi carnet de conducir..
Hace tiempo que supe qué es lo que hay, y fue para mí una revelación magnífica. Desde entonces llevo un vida plena mientras mis neurotransmisores lo hacen posible. He abandonado los símbolos; las culpas no probadas y las expectativas; ello me ha dado una libertad insospechada.
El Lenguaraz:
Sí, saber lo que hay es una liberación. Lo único, que hay que tener el valor para aceptarlo, y eso no está al alcance de todos.
Interesante texto. Pienso en la grandeza de Argentina -y de otros países americanos- acogiendo a tantos europeos que huyeron de la pobreza y de la guerra. Confieso que me hubiese gustado que esos emigrantes hubiesen transmitido su lengua y su cultura a sus hijos y así sucesivamente, que Argentina se hubiese convertido en la Nueva Europa, con sus estados, lenguas y culturas a semejanza del Viejo Continente, con mínimas mezclas.
Saludos, caballero.
Castor, la misma idea tuvo Lope de Aguirre por ejemplo...
Por suerte se lo comieron los perros.
Tújele: mucho personaje triste, resignado, desahuciado. El que no se tira al mar, lo lleva por delante un camión mientras viaja en un taxi, o se queda muriendo solo y enfermo.
Está gris
O trágico
El Castor:
Sí, todo eso que dice es cierto, por eso, en Argentina, es posible encontrar a personajes sumamente eclécticos..
Un saludo, caballero.
Juan Pablo:
No sabía lo de los perros....
Laluz:
O las dos cosas....
Este me puso triste (lo que no es difícil en este martes abúlico), aunque te confieso que, tras ver en la publi de tu blog que san Antonio, por tan sólo 9 euros al mes, me va a proteger, me siento mejor.
Saludos
Pietra:
La verdad es que no leo la publicidad de mi blog pero, nueve euros me parece una suma más que aceptable para andar protegidos.....
Tal vez a Jaime le asustara no encontrar la pareja adecuada, que le hiciera conseguir el equilibrio perfecto que veía en sus padres...
O tal vez, sufriera el síndrome de Edipo, y no viera a ninguna mujer con las cualidades comparables a las de su mamá...
Sea lo que fuere, al final "Es lo que hay"
Saludos!
Escribí estados pero me refería más bien a distritos o barrios. Por ejemplo que existiese un barrio húngaro en Buenos Aires de antiguos emigrantes que hubiesen conservado y transmitido a sus descendientes su lengua y su cultura. Por supuesto serían argentinos y bilingües.
Del mismo modo me gustaría que los argentinos que viven- y quizá permanezcan- en España sigan siendo argentinos, formen comunidad y transmitan a sus hijos su cultura.
Los judíos españoles conservaron la lengua durante siglos en sociedades muy distintas.
Ciertamente entiendo que sea difícil y por encima de todo está la libertad de cada uno.
Espero, Juampa, haber expresado mejor mi idea.
Saludos.
Sibyla:
Sí, la verdad no sabemos porqué el bueno de Jaime está solo. Tal vez sólo se deba a que su destino tenía que ser así. Sea lo que sea, es lo que hay.
Un saludo.
Castor:
En estos tiempos de globalización, eso es muy difícil. También hay que tener en cuenta que algunos llegaron allí (donde sea) tras penosas circunstancias y, queriendo cambiar de vida, cerraron las puertas de acceso a su pasado....
El barrio de Villa Crespo, en Bs.As., fue tradicionalmente de mayoría judía...
Saludos
"Es lo que hay" Me acompaña allí donde voy.
Y punto.
Abrazo desde Huesca.
María Jesús:
Gracias por comentar...
Es tremendo tener que demostrar algo a los padres.
En mi caso particular ,mi padre quería verme con el título de abogada.Me llenaba de problema con eso.
Murió cuando era yo muy jóven y ,entre las lógicas distracciones de los amores juveniles y lo preocupada que me tenìa su asma enfitematosa y tambièn los altibajos de la política que a él lo enfermaban más,NO LOGRE RECIBIRME ANTES DEL FALLECIMIENTO.
En mi quedò la culpa de que para él nunca me recibì.
Luego ,la realidad se impone,si hubiésemos partido los padres a esa altura a nuestros hijos tampoco los hubieramos visto recibidos.En fin me consolé.
Ana María Parente:
El que no se consuela, es porque no quiere....
qué jodido es eso de la culpa ¡¡
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