miércoles, 28 de febrero de 2007
Paseos nocturnos
Todas las noches, después de cenar, Federico Kaplan bajaba a la calle a pasear un rato por la ciudad que, de un tiempo a esta parte, se le había vuelto extraña. “Tal vez soy yo”, repetía, sabiendo que una cosa no excluía la otra. Caminando a paso acelerado, no por gusto sino porque no sabía hacerlo de otra manera, recorría una media de tres kilómetros antes de retirarse a dormir. El sano ejercicio de sus extremidades iba a la par de una ferviente actividad mental de antagónicos efectos sobre su estado de ánimo, de por sí propenso a la melancolía y el pesimismo .Tenía la convicción de que era en esos momentos cuando su cerebro alcanzaba sus mayores cotas de lucidez, cuando las grandes verdades de su existencia, se abrían paso desde las profundidades de su alma, envuelta en neblinas, hasta materializarse en sólidas ideas. Era entonces, cuando su esencia heterogénea se expresaba con mayor vivacidad, con todas sus ramificaciones unificándose en un fin común, en un personal e intransferible acto: pensar , pero a lo grande, en términos metafísicos. Para vivir, o lo que fuera eso que hacía a diario, ya tenía el resto del día, se decía de regreso a casa, abatido ante la evidencia de un destino trivial y dañino.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
27 comentarios:
Muy bueno,en tu línea habitual.
Se me cortó el comentario.
Qué te parecería si un día de estos nos tomamos un helado argentino?
la flaca (estoy buena, por si dudas)
No dudo de que estes buena (la mayoría de las argentinas lo están) pero, ¿no tuviste bastante con lo de esta tarde?. Sos insaciable. Me pido de dulce de leche.
"Tenía la convicción de que era en esos momentos cuando su cerebro alcanzaba sus mayores cotas de lucidez, cuando las grandes verdades de su existencia, se abrían paso desde las profundidades de su alma, envuelta en neblinas, hasta materializarse en sólidas ideas"
Eso mismo me pasa a mí pero sin llegar a materializarse nunca en grandes ideas ni, para que engañarnos, demasiado sólidas.
Hoy me rilo. Tengo sobredosis blogil.
Si te consuela, a mí tampoco me pasa lo que al bueno de Kaplan. Tal vez sea más inteligente que nosotros.....
Yo también tengo sobredosis y lo único que espero es que no derive en una letal hemorragia.
* Lo de ayer fue una vorágine
A mi me da que a don Federico le gusta leer a Cioran.
Por cierto, coincido con vosotros en que ayer hubo desfase en el blog de Labeche
Sí, Federico, como hombre culto y con inquietudes intelectuales, se complace en leer a Cioran bastante seguido.
Con respecto a lo de ayer, fue un desfase, pero sumamente grato. Hubo un momento que no tenía tiempo material para atender mi blog y comentar en el de Labeche (en el mío quedaron 95 comentarios). Ya veremos si se repite algún día, porque con todo, lo mejor, fue la espontaneidad.
Un saludo y prometo dejar comentarios, en tu blog, más lúcidos que el de ayer. Me escudo en el agotamiento mental.
Coincido con Kaplan en el placer de caminar.
Cualquier noche con zapatillas deportivas, música en mis oidos y espacio por delante puede convertirse en uno de los momentos más felices del día. Bullen las ideas y me encuentro conmigo misma.
Besos
A mí, las zapatillas deportivas me inducen a salir corriendo.
Siento desepcionarlos amigos pero yo no puedo prometerles comentarios más lúcidos que los de ayer. Eso es todo lo que tengo para ofrecer.
Sinceramente quisiera agradecerles la jornada de ayer. Disfruté mucho de vuestra predisposición y su sentido del humor. Claro que sin la ayuda de Baco y de las chichis hubiera sido un garrón!. (les juro que todavía me sigo riendo)
En fin, tengamos la esperanza de que la experiencia de don Kaplan intervendrá el ambiente con el estupendo relato de hoy.
No todos los días es fiesta....
Todavía me estoy riendo de eso de que Lebeche es como un balde de playa y que cuando volviera nos iba a agarrar a todos en bolas...Estuviste espléndido.
noo, y cuando le dijiste a tu amiga:
-"Flaca, y pensar qúe vos creías que eras frígida..."
jajajajajja, espectacular!
Lo que hoy no entendí fue lo de la exentricidad... dame una pista
Si, vaaaa, cuéntanoslo, que estamos en un sin vivir!
Entrá en mi mail (te lo escribí en tu blog) porque no puedo hacerlo público. Me gustaría conocer tu opinión al respecto. Chau
Pitra, lo mismo para vos que para Juan Pablo, entrá en mi mail.
Una que te conoce, me dijo que no estás nada mal y que tenés Ojos de
Mesías (sic)
Para cuándo el heladito, che????
la flaca
AAAhhhh...No conozco a ninguno, lo más parecido un tal Mejías que era amigo de un primo mío.
Ya hablaremos del heladito.
Si ha vuelto Hashem que alguien llame a Jerusalem...............!
Ay, la gente y su manía de buscar parecidos.....¡¡
Carlos: Sé de uno, que no era Kaplan por cierto, que le salieron telarañas en la bandeja de entrada de su mail.
Me mandaste un mail?? es que quisiera consultarte una cuestión...(tengo ya la de un par)
badkar05@hotmail.com
Es que las cuestiones metafísicas son de improbable respuesta; pero me alegro que el sr kaplan haga ese ejercicio diario.
Un saludo.
Gracias, capitán. Yo creo que lo hace más por su mente que por ejercitar los músculos de sus extremidades inferiores pero, sabiendo (para eso no es tonto el flaco) que ambas cosas están conectadas.
"Para vivir...tenía el resto del día...". Ya me imagino que la promesa de esos minutos a solas, inmerso en sus pensamientos, sería como un motor que le impulsaba a completar el día.
A algo hay que agarrarse, aunque sea al pensamiento, para poder sobrevivir. un saludo
Ché! ¿alguién preguntó por mí?
Vamos con la guerra que monté, el mérito siempre será mío, la que sea más chula que levante la mano...
La otra flaca y que tambien está buena. Por si alguien duda.
Besos, (ché, que parece que tiene más tirón, me lo apunto tú)
Recién aterrizada...lo dijo.
En concreto, nadie preguntó por vos pero, seguro, todos te echábamos en falta. De hecho, el día de hoy fue muy tranquilito, quizás en exceso.
Publicar un comentario