Era un hombre vulgar, o quizás no. En cualquier caso, sabía que su paso por la vida no dejaría huellas en los demás. Sólo olvido y negación de quienes lo conocieron. Un triste ejemplar con los días contados y una existencia diferida aplazada para siempre por un cáncer. Días por venir como mero soporte para recuerdos (pocos) de cuando ambicionaba ser otro y sospechaba esquivar su destrucción y las hostilidades coyunturales de un fatídico destino soñado por indiferentes dioses.
Link
1 comment
martes, 13 de febrero de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario