lunes, 12 de febrero de 2007
Es fácil ser feliz
El desdén soterrado con el que hablaba y la indiferencia con la que preguntaba al jardinero cómo andaba de salud su esposa, sin dignarse a escuchar la respuesta, eran rasgos característicos de burguesa bien alimentada, follada con desgana una vez por semana por un marido enganchado al trabajo y a los coches de alta gama. Suplía la ausencia de su cónyuge por la fidelidad de una visa platino y la frivolidad compartida con amigas afines. Cine los lunes, cena los miércoles, falsa empatía por las vicisitudes ajenas y abundantes compras efectuadas en cualquier momento de tedio, completaban el panorama de una mujer que se definía a sí misma como “feliz”
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