lunes, 12 de febrero de 2007
Control
La habitación de hotel, intermitentemente iluminada por el neón rosa del rótulo con el nombre del establecimiento, violaba sistemáticamente un espacio propicio para la oscuridad. El cuerpo desnudo del hombre, inmóvil en el suelo de moqueta, apenas se alteraba por involuntarios movimientos respiratorios. Sólo su mente se esforzaba, motivada por la idea de que los problemas del hombre derivan de su incapacidad por quedarse quieto en un cuarto
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