“¿Quién coño llama un domingo a las nueve y media de la mañana?” fue lo primero que pensé cuando la insistencia del teléfono me sacó de un resacoso sueño de fin de semana. De mala manera, me arrastré hasta el escritorio y levanté el tubo:
- ¿sí?
- ¿sí? – tuve que volver a repetir ante el silencio del otro lado de la línea
- Soy yo - susurró- Necesito verte – añadió tras una pausa y en tono angustiado
- ¿quién es? – pregunté por joder, porque sabía de sobra quién era
- Soy Natalia – murmuró y después de otra pausa, sintiéndose más crecida, me dijo: No me digas que ya me has olvidado….
- No, claro que no, lo que pasa es que ayer salí – mentí- y me acosté tarde y como me acabo de despertar, ando un poco boleado…
- ¿saliste?
- Sí, ¿por? – interrogué con fingida ingenuidad.
- No, por nada………tú no eres de salir
- Bueno, las cosas cambian – seguí mintiendo, sabiendo que no habían cambiado un carajo, al menos no para mejor
- Sí, supongo que sí pero…..
- Bueno ¿y qué querés? – la interrumpí
- Hablar contigo
- Hablá – dije sin concesiones
- No, por teléfono no. Necestito verte – repitió – y explicarte algunas cosas
- Está bien. En media hora en el Café Central
- Vale
- Chau – colgué, dejando en el aire su “hasta ahora, entonces”.
- Te quiero
- Pues me parece muy bien – dije indiferente
- ¿Eso que significa?
- Significa que me tenés podrido, que yo pensaba que sólo las argentinas eran histéricas y vos sos otra loca y que si querés quererme, queréme, pero no me rompás las bolas….- tomé aire y seguí – si en seis meses de vernos casi todos los días, no te enamoraste de mí… ¡ qué me venís diciendo ahora que me querés…¡ me dijiste muchas veces te quiero y yo fui tan boludo que te creí….pero está claro que vos decís eso como otro dice Buenos Días…..
- Es que necesitaba tiempo para pensar, para confirmar qué te quería y…
- ¿Para confirmar que me querías?. Mirá, eso significa que vos y yo hablamos idiomas distintos….para mí, el amor no se piensa, se siente….a mi no me van las historias tibias, sin pasión…..soy demasiado grande para andarme con pavadas
- Estas tres semanas no he dejado de extrañarte…
- ¿Y qué querés? ¿qué te de un premio? …………estábamos bien y desapareciste sin darme explicaciones ni ocho cuartos y ahora volvés y me decís que me querés y que me extrañaste….pero ahora ya es tarde….me cansé de vos y ya no me das confianza…..no sé si en estas tres semanas te liaste con el jardinero de tu urbanización o con un stripper, si te quedaste en casa o si saliste todas las noches buscando rollo pero da lo mismo…..
- Estaba mal…..me la pasé pensando en vos y me moría de ganas por llamarte..
- Si vos lo decís….
- Créeme, por favor ¡¡ - imploró
- ¿Cómo cuando me decías Te Quiero?
- No estás siendo justo
- Vos de eso sabés más que yo
- Y entonces……¿qué vamos a hacer? – preguntó, temerosa de la respuesta
- Vos hacé lo que querás, yo me voy a ver el fútbol con unos amigos….
Me levanté, dejé un billete de cinco euros sobre la mesa y cuando le iba a decir “chau” se me adelantó con una patética frase que nunca debió pronunciar:
- Podemos ser amigos
-Andá a cantarle a Gardel ¡¡. Si querés amigos, quedáte con esa oligofrénica resentida y ordinaria de tu amiga Marta o con esos tipos con que tanto te gusta chatear, o con el efebo ése que se las da de poeta y te tira los perros sin disimulo pero, a mí, dejáme vivir.
* No se dejen engañar por el uso de la primera persona porque, una vez más, es pura ficción.